lunes, septiembre 10, 2007

¿Genocicio catalán? (III)

López Tena -nada menos que vocal del Consejo General del Poder General- califica de étnico el proyecto nacional español. Sin comentarios.

El resto de las frases que recoge el ABC no tienen tampoco desperdicio:

“El error catalán de la transición fue confiar en el entendimiento, confiar que los españoles habían cambiado también es las cuestiones nacionales, y que poco a poco la plurinacionalidad del Estado sería asumida cordialmente como un activo a promover”. Quizás de forma parecida también podríamos hablar de error español, puesto que fiamos en la buena fe del nacionalismo identitario. En primer lugar, si se aceptó un estado descentralizado fue para conceder a los nacionalismos un marco de convivencia que les fuera confortable. Se aceptó cuanto pidieron. Pero en ningún sitio quedó escrito que la Constitución fuera un marco transitorio y que fuera la obligación de los españoles aceptar “poco a poco” la plurinacionalidad del Estado o que ésta fuera un activo a promover. En la Constitución se asumía explícitamente que España es una Nación.

Pero no caigamos en esa trampa sutil de López Tena: no hay error catalán. En todo caso hay error -aunque no lo creo- de los nacionalistas catalanes. Y digo que no lo creo, porque a fecha de hoy, a base de transferencias y de reformas estatutarias han ido mucho más allá de lo previsto en la Constitución, hasta el extremo que, de generalizar sus avances al resto de las comunidades, el Estado se convierte en inviable. Y si no se generalizan, hay una parte de la población con prerrogativas exorbitantes respecto al resto de sus conciudadanos. De entrada su comunidad tiene garantizadas las inversiones del Estado, mientras que no el resto.

Recuerda que en la negociación del Estatuto ya se evidenció “la agotadora guerrilla que aún continúa: los catalanes piden algo, los españoles se niegan, y si no tienen más remedio, lo conceden a regañadientes, con la voluntad de quitárselo a la primera ocasión”. Vuelvo a recordar el apoyo al Estatuto por parte de los propios catalanes.

El autor cree que esta situación es inevitable “mientras sean los españoles los amos del Estado” -¿somos los amos del Estado? Porque de momento se está configurando según los deseos de los nacionalistas- y “mientras los españoles sean como son. Ya no es pedagogía lo que se necesita, se ha revelado una vía muerta; ya no es el entendimiento por el convencimiento, sino la garantía que sólo da el poder propio”. ¿Cómo somos los españoles? El solo enunciado de la frase deja entrever un trasfondo xenófobo. ¿Tenemos rasgos propios distintos de los catalanes?

Por cierto, observen los apellidos del vocal del CGPJ: López Tena. ¿Qué es lo que le hace distinto del resto de los españoles?

No hay comentarios:


Número de visitas