Vuelve Roberto Centeno de vacaciones y con él su célebre espacio en la COPE:
El disparate económico de la semana.
De su intervención de esta semana quiero destacar la última frase: “Si la oposición no es capaz de transmitir a los ciudadanos el abismo de injusticia y desigualdad creado por Zapatero y sus secuaces, realmente es que no merecen ganar las elecciones”.
El disparate económico de la semana.
De su intervención de esta semana quiero destacar la última frase: “Si la oposición no es capaz de transmitir a los ciudadanos el abismo de injusticia y desigualdad creado por Zapatero y sus secuaces, realmente es que no merecen ganar las elecciones”.
Tiene razón el profesor Centeno, pero es que posiblemente no haga ni falta que sea el PP, la actual oposición, quien deba transmitir eso a los ciudadanos. Si las cosas siguen como apuntan todos los indicios, será la cruda realidad quien demuestre la canallada que nos ha hecho Zapatero, a nosotros y a nuestras familias, a nuestras pensiones y al futuro de nuestros hijos.
2 comentarios:
Estimado amigo Oroel:
Posiblemente tengas razón y estoy más pesimista que de costumbre.
A mi entender, las crisis económicas tienen una capacidad de permear muy limitada. Me explico. Los síntomas los va a padecer la población, quiera o no quiera, pero si el diagnóstico de la enfermedad no es el correcto, los remedios serán –posiblemente- inútiles.
En las dictaduras son frecuentes los periodos de penalidades económicas. Sin embargo, con una adecuada intoxicación informativa y propagandística, se puede llevar a la población la idea de que la responsabilidad no es del gestor económico, sino de los enemigos exteriores e interiores. El remedio que se propone, en estos casos, es una mayor lealtad al régimen, llamadas al sentimiento nacional –en nuestro caso, el periférico- y la denuncia de los agentes provocadores –esto último es muy llamativo, pues sirve para despertar el espíritu vengativo mediante la denuncia anónima, factor de cohesión social cuando está acompañada de algún modo de Inquisición-.
Se me puede alegar que no vivimos en una dictadura. En un sentido formal Venezuela tampoco, pero esto no puede admitirse sin una sonrisa malévola en los labios. Y, en cualquier caso, ya tenemos referencias en España. Por ejemplo, ante la crisis de los servicios públicos en la región Catalana, la reacción que tuvieron fue la de culpabilizar a Madrid, al PP, a los empresarios… ¡Y les funcionó! La población no ha pestañeado.
Terminando por el principio. Supongo que soy victima de la depresión de la vuelta al trabajo.
Un fuerte abrazo, Carlos56.
Mi brillante amigo Carlos56.
Imagino que, ante la afirmación de que no vivimos en dictadura, tu sonrisa no es exactamente malévola, sino irónica.
Y sí, tienes razón de nuevo. Las últimas explicaciones del Gobierno ante el repunte del paro en los pasados meses de julio y agosto culpaban a la climatología adversa de este verano. Ya ves, cuando las cosas van bien el mérito es del Gobierno. Nadie sabe qué ha hecho para que las cosas vayan bien, pero se cuelga la medalla. Quizás su mérito resida precisamente en no haber hecho nada. Y cuando las cosas van mal, la culpa es del clima. ¿No es perfecto?
Precisamente en la conjura de ese peligro de manipulación y de elusión de responsabilidades es en donde cobra plena vigencia la advertencia de Roberto Centeno: “si la oposición no es capaz de transmitir… no merece ganar las elecciones”. Hay que acertar en la atribución de responsabilidades como primer paso en la corrección de los errores. Ya que citas a Cataluña, si después de haber gestionado más dinero que ninguna otra Comunidad Autónoma y con más competencias que otras, después de haber malgastado millones de euros en políticas lingüísticas y de afirmación nacionalista, el gobierno catalán puede permitirse culpar al Gobierno de la Nación de sus problemas de infraestructuras, quizás conseguirá salvar la cara, pero los problemas persistirán. ¿Qué nuevas infraestructuras se podrían haber pagado con ese famoso 3% del que nadie quiere saber nada?
Hay que señalar correctamente a los responsables y/o culpables. Ese es el principal trabajo de la oposición, antes incluso de plantear alternativas. Porque para plantearlas, la condición previa es ese buen diagnóstico del que hablas.
Y aunque vayamos por libre, esa es también, entre otras, nuestra humilde contribución desde este blog (en el que tú también contribuyes). Que el pesimismo no nos atenace hasta el extremo de no hacer nada. Por lo menos denunciar.
Un abrazo.
Oroel
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