miércoles, junio 20, 2012

Parsimonia

Lean el artículo de Victoria Prego en el Mundo de hoy. 

Habla de parsimonia. Y eso que se refiere al Gobierno de la Nación. ¿Qué pensará de los gobiernos autonómicos? 

Pero lean la noticia que aparece más abajo: “Las diputaciones gestionarán los municipios más pequeños”.

Esa reforma ha de suponer forzosamente la desaparición de las comarcas, en Aragón y allá donde se hayan implantado (81 en toda España). No tienen función alguna ni razón de ser, y tras la reforma del Gobierno, menos aún. 

Viendo esta parsimonia del Estado en racionalizar la Administración española, que a muchos nos desespera, ¿cómo van a confiar en el resto de Europa en nuestras medidas de ajuste?
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sábado, junio 16, 2012

Miré los muros



Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes, ya desmoronados,
de la carrera de la edad cansados,
por quien caduca ya su valentía.

Salime al campo, ví que el sol bebía
los arroyos del hielo desatados,
y del monte quejosos los ganados,
que con sombras hurtó su luz al día

Entré en mi casa, ví que amancillada
de anciana habitación era despojos;
mi báculo más corvo y menos fuerte.

Vencida de la edad sentí mi espada
y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.



El exilio vasco

Bandera española del Ayuntamiento de San Sebastián

En el año 2001 se publicó el último Censo de la población.

En él se indicaba que el porcentaje de personas nacidas en el País Vasco y residentes entonces fuera de él era del 14,3 por ciento.

En el resto de España, el porcentaje de personas residentes en otra comunidad autónoma distinta a la de nacimiento era de aproximadamente la mitad.

Es decir, el número de emigrantes vascos es anormalmente alto, y mucho más si tenemos en cuenta que el País Vasco es una región rica, con bajo nivel de paro y elevado nivel de vida.

En base a esas cifras cabe conjeturar, con bastante rigor, que  al menos 125.000 vascos han emigrado por motivos políticos. 125.000 que superan la media de emigración interior que se observa en el resto de comunidades autónomas españolas.

¿Y si esas personas votaran en el País Vasco?
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jueves, junio 14, 2012

El concierto navarro

Cada día tengo más claro que hay que acabar con el cupo vasco y con el concierto navarro.


He aquí una selección de lo que he escrito estos años pasados sobre el tema: 




domingo, junio 10, 2012

Ya estamos intervenidos

Nuestro sistema financiero necesita un rescate de 100.000 millones de euros.

Y eso que era, quizás, el más sólido del mundo.

Sólo quizás.


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lunes, junio 04, 2012

Pedro J. Ramírez y Rajoy

Aunque como he dicho muchas veces, la vanidad es un defecto propio de jóvenes o de tontos, y yo ya no soy joven, permítanme hoy un pequeño pavoneo. 

Porque aunque a mis años ya tengo la vanidad totalmente amortizada, también me puedo permitir hacer el tonto (el pavoneo es una tontería) de vez en cuando, sin sentirme excesivamente ridículo. No a mis años. 

Lean, por favor, la carta dominical de Pedro J. Ramírez y compárenla con mi artículo de hace tres días: 



Mucho más exhaustivo y documentado que yo, vean los puntos 2º, 3º ,6º  y 7º del artículo de Pedro J. Ramírez. Son temas que yo he enumerado como errores de Rajoy.

Sólo hay un punto que me ha llenado de perplejidad y es cuando en su punto 6º habla de la sobrestimación intencionada del agujero de Bankia. Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo, según mis noticias, o por lo que yo he creído entender de lo leído hasta ahora, había criticado exactamente lo contrario: la minusvaloración del agujero de Bankia, que había dado lugar a sucesivas revisiones de las necesidades de financiación de la entidad. 

Bien, salvo este desacuerdo, Ramírez cita todos los puntos que yo señalé exactamente un día antes. 

Es evidente que cuando yo escribí mi artículo, él ya tenía escrito el suyo, por lo que no voy a considerar siquiera la posibilidad de que le haya servido de inspiración. 

Al revés, él me ha servido a mí muchas veces de fuente de documentación. 

En cualquier caso, si Rajoy no me lee a mí, es seguro que leerá a Pedro J. Ramírez.

PD.:

Pues los dos, Pedro J. y yo, tenemos razón sobre Bankia. Se han ido dando datos crecientes del agujero de Bnakia hasta llegar al último, que es, dicen, excesivo.

Transcribo parte de una artículo de El Mundo:

"El planteamiento de la intervención de Bankia se ha explicado fatal. Y la consecuencia es que el mercado ha comenzado a hacer sus propias cuentas", señala el director de análisis de Bankinter, Ramón Forcada.

Hay que recordar que la ejecución del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) se cifró en un primer momento en 4.500 millones de euros, luego se elevó la cifra a 7.000 millones por una filtración a la prensa y finalmente, el nuevo presidente de la entidad disparó el dato hasta 23.500 millones (incluyendo la primera inyección del FROB).

Fuentes financieras consideran desmesurada esa cuantía y lamentan que el Gobierno no sepa explicar a los mercados que no deben aplicar al resto de entidades del país los cálculos que han hecho los nuevos gestores de Bankia. El resultado es que ahora los inversores están contando con que España necesita 60.000 millones para sanear sus bancos sin que nadie clarifique el dato.
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domingo, junio 03, 2012

Too big to fail?

Somos, se nos ha dicho, demasiado grandes para caer. 

Pero el tamaño no nos inmuniza frente al batacazo. Los aviones grandes caen igual que los pequeños. Y hasta el Titanic naufragó. Y no somos, desde luego, el Titanic. Ni mucho menos. 

Somos, sería más preciso decirlo así, demasiado grandes para dejarnos caer. Too big to leave us to fail.

Pero ya hay quien descuenta el rescate. Antes o después del verano. Esa es la duda: no si se producirá sino cuándo se producirá.

Ya hemos alcanzado los niveles que alcanzaron los intereses de la deuda de Irlanda, Grecia y Portugal cuando fueron rescatados, pero seguimos sin ser intervenidos. El esfuerzo de rescatarnos es demasiado grande y, por ello mismo, disuasorio. 

Pero, ¿qué nos pasaría si fuéramos rescatados? Lean este artículo y sobre todo los numerosos enlaces  a los que redirige, que son igualmente sustanciosos: 


El resumen es claro y coincide con el diagnóstico que he hecho en mis conversaciones privadas: saldremos reposicionados en un nivel de riqueza más realista, el que nos corresponde, más próximo al de Polonia o Hungría que al de Francia o Alemania, con el que soñaba el indocumentado que nos gobernó los últimos ocho años. Lo dice el artículo: como una devaluación de nuestro nivel de vida ya que no podemos devaluar nuestra moneda. Aunque si pudiéramos devaluar nuestra moneda, el efecto sería muy parecido, aunque quizás no tan drástico ni traumático. La devaluación, al fin y al cabo, es un empobrecimiento frente al mundo.

Pero que nadie se engañe: con rescate o sin él, ya nos estamos reposicionando. De momento, en medio de esta pasada orgía de gasto, las desigualdades sociales no han parado de crecer, agudizándose precisa y paradójicamente bajo los mandatos socialistas. 

No es ocioso incidir de nuevo en los múltiples errores que hemos cometido a lo largo de estos treinta últimos años. Ya los he mencionado otras -muchas- veces. Quizás las próximas generaciones, cuando hayan podido remontar el descalabro que les vamos a legar, puedan aprender de nuestros errores y eviten repetirlos. Si para entonces este blog sigue accesible en algún olvidado rincón de la red.

El principal de ellos: el Estado autonómico. Las autonomías han sido el error histórico de nuestra generación. Y el otro, sobre el que he escrito bastante menos por falta de conocimientos y documentación, pero que ya intuía: la merienda de negros que han sido las cajas de ahorros, la mitad de nuestro sistema financiero. ¡Cuánto dinero han tirado y cuánto nos han robado! Faltan más errores: el boom inmobiliario y la falta de liberalización del suelo, la entrada indiscriminada y masiva de inmigrantes, a los que hemos ofrecido sin control ni limitaciones unos servicios sociales que no les ofrecen el resto de los países europeos… 

Hemos construido carísimas e inútiles infraestructuras, sin ninguna o muy poca rentabilidad. Edificios emblemáticos vacíos y sin utilidad: aeropuertos sin aviones, estaciones sin trenes, trenes sin viajeros, universidades sin alumnos… Hemos dilapidado los fondos europeos de los que nos hemos beneficiado tras nuestro ingreso en la Unión Europea. Pero si las infraestructuras pueden dejarse vacías, e incluso abandonarlas al deterioro para no gastar en su mantenimiento, hemos multiplicado e inflado las estructuras administrativas, descentralizadas hasta la fragmentación y, éstas sí, éstas siguen gastando, porque hay que pagar sueldos, mantener abiertas las sedes y oficinas, aunque no se pueda gestionar nada ni pagar a los proveedores… Pero apenas se han tomado medidas al respecto. Se prefiere recortar en sanidad o educación.

Señalaré, para ser justo, el único ejemplo que he descubierto, de hoy mismo, absolutamente excepcional y de un valor apenas simbólico, por la poca entidad del ahorro que se conseguirá. Pero es un comienzo. He quedado transido de emoción ante la belleza del gesto, como haría un espíritu sensible ante la primera, y quién sabe si la única, flor de esta primavera: 


Quedan las comarcas, la televisión autonómica, las empresas públicas todavía llenas de militantes socialistas colocados a dedo en la pasada legislatura, la policía autonómica, tantos institutos autónomos inútiles… ¡Hay tanto por hacer! (Y no se está haciendo)

Así pues, lo que sí es cierto es que hay margen para recortar, pero que no se está recortando donde se debiera; que parece como si prefiriéramos ver disminuir el nivel de vida de la población y las prestaciones sociales antes que eliminar las estructuras políticas y administrativas sobredimensionadas y redundantes (autonomías, diputaciones, comarcas) de que nos hemos dotado. Y estoy seguro de que la inmensa mayoría de la gente no piensa así. 

No hay que preocuparse: cuando nos rescaten las veremos eliminadas o, al menos recortadas al mínimo imprescindible. Lo que no estamos haciendo ahora, habremos de hacerlo dentro de poco por imposición. 

No derramaré una lágrima por ello, salvo por el hecho tristísimo y descorazonador de que ha hecho falta que nos arruinemos colectivamente antes que hacer las reformas por propia iniciativa, cuando el sentido común lo aconsejaba.  
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sábado, junio 02, 2012

Los errores de Rajoy

Que Rajoy está sufriendo un desgaste acelerado es una evidencia.

Un desgaste, perfectamente previsible, pero que está resultando mayor y más rápido de lo esperado. 

Quizás porque Rajoy ha cometido y está cometiendo errores. 

Permítanme repasarlos:

1.- Para mí el más obvio y fácil de reparar es la bicefalia del equipo económico. No es admisible que haya dos ministros (Luis de Guindos, ministro de Economía, y Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda) que compiten entre sí por los titulares, se contradicen a veces y ofrecen a menudo una imagen de descoordinación. Rajoy ha de elegir entre uno u otro, y nombrar vicepresidente económico a uno de ellos. Puede equivocarse en la elección, porque no es fácil, pero siempre será un error menor que mantener a dos ministros económicos del mismo rango.

2.- La situación heredada está resultando ser un campo de minas y socavones. Posiblemente haber creído en su momento a Zapatero, quien se mentía a sí mismo y al que casi con toda certeza sus propios colaboradores (con los incompetentes Pedro Solbes y Miguel Ángel Fernández Ordóñez a la cabeza) mentían, fue un primer y gravísimo error. La desviación del déficit público en un treinta por ciento fue la primera mina que le estalló a Rajoy. Que nos estalló realmente a todos. 

Pero lo que está acentuando el desprestigio de Rajoy es el amargo descubrimiento de que las propias comunidades autónomas gobernadas por el PP han incurrido en el ocultamiento de datos. Y eso mismo es aplicable, en mucha mayor medida, a Bankia. Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo ha criticado la minusvaloración que ha hecho el gobierno español del agujero de Bankia, obligándose a aceptar cada día unas cifras mayores y más preocupantes, hasta la monstruosidad final: 24.000 millones de euros, una cantidad que da vértigo. 

Al final ha resultado lo que todos sospechábamos: que las cajas de ahorros, todas, incluso las controladas por el PP, son una merienda de negros. La mitad al menos del sistema financiero español es -ha sido- una merienda de negros. 

La aparición de datos nuevos, todos preocupantes y hasta ahora desconocidos, transmite la pesimista sensación de que el Gobierno no conoce la situación y, por tanto, difícilmente puede controlarla. 

Rajoy no puede consentir que le hagan como a Zapatero: ocultarle información. Y si la tiene (la información) no puede hacerse el ignorante, porque debe transmitir, sin ningún género de duda, una imagen de conocimiento y control absoluto de la situación. Una imagen que hoy por hoy no se percibe, o que se está desmoronando. 

Y 3.- Estoy convencido de que los recortes son inevitables. Y, por supuesto, no voy a ser tan estúpido de culpar a quien debe llevarlos a cabo -y que por lo tanto sufre el desgaste que conllevan-, disculpando a quien realmente los ha hecho inevitables, quien no los hizo cuando debía. Nadie asume el suicidio político de hacer recortes si las circunstancias le permitieran evitarlos. Pero todavía hay gente, desinformada y/o manipulada, que debe creer que esos recortes son caprichosos y evitables. 

Ahora bien, no se está priorizando adecuadamente. Especialmente las comunidades autónomas (y no olvidemos que ahora mismo casi todas están gobernadas por el PP) están resultando remisas a la hora de implementar los ajustes necesarios y allí donde debieran ser prioritarios. Como leí en un chiste: “Hemos cogido todos esos gastos inútiles, redundantes, innecesarios, superfluos…  y los hemos disminuido”. ¡No y mil veces no! Esos gastos inútiles no se deben disminuir: se deben eliminar. 

No es admisible, lo decía El Mundo hace días, que se estén haciendo recortes en Sanidad y Educación mientras se mantienen unas televisiones autonómicas deficitarias, por ejemplo. O, como en Aragón, las comarcas. 

Si Rajoy y los dirigentes autonómicos del Partido Popular creen que los ciudadanos no se percatan de esa errónea (o interesada, o cobarde, o clientelar) elección de prioridades, se equivocan totalmente.
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