sábado, diciembre 22, 2007

La II República como ejemplo

Hoy en una comida con amigos y compañeros hemos hablado de política, en lugar de hacerlo de mujeres -las había presentes y no parecía apropiado; además, se nos va notando la edad y su efecto apaciguador-.

Hemos hablado de la nostalgia zapateril por la II República.

Resumo mi perorata, entre un whisky y el siguiente:

- Que Rodríguez Zapatero invocara la II República como ejemplo para el presente indica una de las dos cosas: o que no tiene ni idea de Historia, o que si la tiene es un sectario como ha habido pocos en la reciente etapa democrática.
.

- La II República ni fue legítima en su origen, ni se legitimó en su ejercicio.

- Uno de los principios básicos de las fuerzas de izquierdas fue la deslegitimación de la derecha. No eran el adversario, sino el enemigo a batir, al que había que impedir a toda costa que llegara a gobernar. No tenía legitimación para hacerlo.

El colapso de la República, los orígenes de la Guerra Civil (1933-1936). Stanley G. Payne, La Esfera de los Libros, Madrid 2005, 613 páginas: “La II República Española comenzó siendo un régimen radical. «La izquierda republicana pretendía excluir permanentemente a la derecha del gobierno.» (pág. 31.) Era un régimen exclusivamente para los republicanos. Lo único que les unía a las izquierdas era el anticlericalismo, el odio a España y a la derecha”.

- Si de algo es un ejemplo la II República es de lo que no puede volver a repetirse.

Que Zapatero ha tomado a la II República como modelo, incluso en su propósito de excluir al PP, lo demuestra el pacto del Tinell, que él nunca ha condenado:

Cap acord de governabilitat amb el PP a la Generalitat i a l'Estat.
Els partits signants del present acord es comprometen a no establir cap acord de governabilitat(acord d'investidura i acord parlamentari estable) amb el PP al Govern de la Generalitat. Igualment aquestes forces es comprometen a impedir la presència del PP en el govern del'Estat, i renuncien a establir-hi pactes de govern i pactes parlamentaris estables a les cambres estatals.


Pacto del Tinell. Anexo. Página 94.

PD: Por cierto, ahora que está a punto de concluir la legislatura, recuerdo que Zapatero todavía no ha condenado las agresiones y asaltos que sufrieron las sedes del PP el 13 de marzo de 2004. Todo un demócrata, sin duda. ¡Ja!

9 comentarios:

Cristóbal dijo...

Estimado Oroel:

Como sabes en español la conjunción disyuntiva “o” no tiene carácter excluyente. Por lo que seguramente el presidente por accidente sea un sectario, no tenga ni idea de Historia y además, como consecuencia de lo primero, le importe un pito.

Si hay paradigma de la estupidez y del sectarismo es la referencia que hizo el 14 de abril de 2005 “tenemos un rey bastante republicano”

http://www.libertaddigital.com/index.php?action=desanoti&cpn=1276249000

Toda la frase respira desfachatez, ignorancia, sectarismo y prepotencia. Pero de todo, lo que más asusta, es el bastante. Ese bastante es el paso previo al “… pero se puede mejorar”: puestos a tener un rey republicano (una copia por lo tanto) tengamos un presidente republicano (un original).

En su momento la República fue para ellos la transición hacia el modelo totalitario bolchevique, eso llevó a la deslegitimación de la derecha en un primer momento y luego al comienzo de su aniquilación física. Personalmente mi tesis es que ahora, y por ahora, la reivindicación de la República es efectivamente el intento de la deslegitimación del centro derecha como opción democrática.

Estoy seguro de que no he dicho nada nuevo y que en vuestra tertulia lo habréis considerado. Mis parabienes por los ratos con las mujeres, los amigos y las conversaciones alrededor de la mesa

Un abrazo. Carlos56.

Anónimo dijo...

Muy apreciado Oroel:








Recuerdo que hace no muchos años, al finalizar mi paso por el instituto, entre las muchas ideas y verdades -hasta entonces inconcusas- que logré llevar conmigo, se hallaba la de una II República almibarada, totalmente legítima y que supuso un gran salto a la democracia y, por ende, a la libertad.

Con el tiempo, pasadas las brumas de la candidez y la ignorancia, llegaron a mis oídos y ojos cierta información que contradecía los libros de texto a los que tan ciegamente había creído en el instituto. Nada sabía hasta entonces del intríngulis de la revolución del 34; la pátina de mentiras e ilegitimidades que rodeaban las elecciones municipales de abril de 1931; las componendas políticas –golpe de estado según Alcalá Zamora- llevadas a cabo por el Frente Popular en febrero de 1936; cómo, en su fuero interno, Largo Caballero buscaba instaurar una dictadura proletaria de corte soviético a empellones; las persecuciones a la Iglesia y los muchos trallazos recibidos por las libertades y la democracia; el caos –en definitiva- que era este erial llamado España que -¡pobre de mí!- me vendieron en la secundaria como un conato de paraíso.

Recuerdo que conforme ahondaba en la herida y columbraba las tantas mentiras y martingalas que nos inculcaron, la impotencia se apoderaba de mí por segundos. Una pregunta serpenteaba por mi cabeza: ¿Por qué? ¿Por qué tantas mentiras?

Sin embargo, yo, que bien me lamo las heridas y que bendita la inconformidad que siempre he llevado conmigo, las encontré con el paso del tiempo. He de reconocer que todo esto fue un verdadero golpe a los pilares que soportaban los cimientos de mi vida. De padre diputado provincial socialista convencido, se me hacía difícil saber que él estaba equivocado o se engañaba, o bien que la nueva información a la que me aferraba estaba equivocada o se engañaba. Créame, Oorel, que esto fue un disparo a quemarropa a unas convicciones ya de por sí poco maceradas y bastante frágiles.

Años de lecturas interminables me sirvieron para romper con el dulce sortilegio. Conforme hablaba, leía o escuchaba a todos esos cobistas de la II República, en particular, y el socialismo, en general, pude permitirme ya las primeras sonrisillas de conejo. ¡Era todo petulancia! ¡Todo dogma de fe! Pude comprobar el poder de la propaganda, esa arma invisible que tantos triunfos les ha traído a la izquierda mundial; la perfecta estructura del entramado socialista original; la capacidad de sojuzgar a los demás conforme a sus logros y elevarse a sí mismos por sus objetivos; el sectarismo que se respira; lo nefasto de sus ideas económicas y su escasa altura moral; lo perverso de su manipulación histórica y el poder sobre las masas a cualquier precio…

Así que, aun sabiendo que las razones han contado siempre menos que las tradiciones, deshice los nudos del pasado –el mío- y abrí la estrada a uno nuevo que llegaba con más fuerza: la que da la certeza de haber pasado por el conflicto que genera una contradicción tan poderosa.

Ahora, con Zapatero, todo esto se confirma y se multiplica. Decía Salvador de Madariaga, republicano liberal –éste sí- y antifranquista: “la sublevación del 34 es imperdonable. Con la rebelión del 34, la izquierda española perdió toda autoridad moral para condenar la rebelión del 36”.
Personalmente, semejante sentencia me parece tan necesaria hoy día, pues –como habrás podido ver- somos pocos los que salimos de la ignorancia institucionalizada y muchos los que en ella bucean. Es de una necesidad supina que se conozca bien la historia más reciente para comprender los despropósitos a los que nos lleva el actual Presidente del Gobierno; tan necesaria como que, en tiempos de “memoria histórica”, la oposición se anote un tanto, aun siendo por honor a la verdad, y ponga el punto de cordura. Por desgracia, los unos y los otros distan mucho de la realidad.

Uno de los políticos que –obviamente, dada mi edad, conozco con cierta perspectiva histórica- más me cautivan, es el conocido “ministro del pensamiento” de Thatcher, Keith Joseph, quien abogaba primeramente por las convicciones y los consensos después. Algo tan obvio no es precisamente la máxima de nuestros días. En la oposición de nuestro país más concretamente falta eso, precisamente eso: convicción e integridad.

Lamento haber sido tan prolijo con mi comentario, pero se me calentaron las manos.

Aprovecho de paso para desearte unas felices fiestas y, sobre todo, salud y alegría sin fin para los tuyos.

Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

P.D: Firmado: Samuel.

Se me fue el ratón...

Oroel dijo...

Estimado Carlos56:

Efectivamente, la reivindicación de la República no es sino la consecuencia de ese intento por asimilar a la derecha como heredera del franquismo. Y si el franquismo fue malo, la expresión de todos los males, según la izquierda, que quisieran equipararlo al nazismo -lo que es una evidente exageración-, la República, su contraria, fue necesariamente buena. Todos sabemos que ese razonamiento es esencialmente falaz, y que precisa de una falsificación de la Historia que están lejos de lograr, pero en la que no cejarán. Y todo el que no acepte esa falsificación oficial es un franquista. No importa que sólo te mueva el amor a la verdad o la falta de vocación a comulgar con ruedas de molino. Si no comulgas, eres un franquista. Es así de fácil... y grosero.

De todo eso hablamos en la comida, y de muchas cosas más...

Un abrazo.

Oroel

Oroel dijo...

Apreciado Samuel:

“Primero las convicciones, los consensos después”. Qué gran frase. Y que gran intervención la tuya (por lo buena, no por larga: no me malinterpretes). Poco puedo añadir a lo que dices.

He hablado en un comentario reciente sobre el complejo de sobrelegitimación de la izquierda, que es particularmente útil como instrumento político para deslegitimar a los adversarios, primero, y para evitar la justificación de muchos actos y decisiones, que nacen con esa legitimidad de origen de la que carecen los de la derecha, y que ahorra explicaciones.

Hay ejemplos muy curiosos. Uno de los que se me ocurre es el de la aparición de restos arqueológicos en las obras públicas zaragozanas. Éstos aparecen en las obras que acomete el PP o el PSOE y normalmente se trata de resto de cierto valor arqueológico, pero ninguno arquitectónico, artístico o monumental: cimientos, sillares y muros de cal y canto... El clamor popular, convenientemente agitado cuando gobierna el PP, suele lograr que esas obras hayan de paralizarse en cuanto aparecen restos, con el consiguiente coste económico y electoral. Cuando gobierna el PSOE esos restos son arramblados sin mayores explicaciones y sus obras se concluyen sin contratiempos. Y sin contestación ciudadana. Es evidente que aquí no sólo actúa esa sobrelegitimación de origen, sino su extraordinaria habilidad para la manipulación y control de los colectivos sociales. Pero valga como ejemplo...

Idealizar la República es un requisito ineludible para obtener esa legitimación original. Ellos son herederos de los buenos y el PP es heredero de los malos. No obsta que sus antepasados ideológicos no fueran en absoluto buenos, sino más bien perversos y nada demócratas, ni que el PP sea precisamente un partido creado ex-novo, sin ninguna vinculación ni con los partidos de derechas de la República ni con el franquismo.

Tienes mi blog permanentemente abierto a tus intervenciones, valiosísimas.

Te deseo lo mejor para el nuevo año.

Un fuerte abrazo.

Oroel

Anónimo dijo...

Estimados paisanos (o Oroel por lo menos, ya que es de Aragón)

No he podido resistirme a leer este blog, y eso que incialmente solo andaba buscando la partitura en PDF de "Musica notturna della strade di Madrid" de Bocherinni.
Y ahora tampoco puedo resistirme a contestar algunas cosillas que he leido
Para un comunista como yo (Ahorrense todos lo de Stalin, Lenin, Mao, etc...que me dan tanto asco como a ustedes) leer que soy un sectario, que mi politica económica es perversa, y que -y esto es lo que más me ha jodido- tengo una escasa altura moral me ha resultado bastante desagradable. A no ser que quien lo ha dicho especifique, claro esta, a quien se refiere.

Por otra parte, tambien he leido que la Segunda República era el perfecto ejemplo de lo que no tenía que volver a repetirse. Error. El propio Moa creo que dijo una vez que la República en si solo es un concepto, una forma de Gobierno. Que lo malo había sido la República gobernada por la izquierda (como no).
Una república es un sistema de Gobierno, no un Gobierno de izquierdas. Lo que no ha de volver a repetirse no es la Republica en si, sino las medidas que durante aquellos cinco años se tomaron. Creo que eso es más exacto. Y lo digo por ambas partes, por supuesto.

Finalmente, un pequeño comentario.
Mucha razón tiene Salvador de Madariaga en que el levantamiento del 34 deslegitima a la izquierda para criticar el del 36. Pero eso no sirve para justificarlo, ni para hacerlo bueno. Ni tampoco oculta que mientras que uno fue reprimido y se acabó en poco tiempo, el otro dio lugar a una masacre de tres años. Por culpa de ambos bandos, claro esta. No pretendo exculpar a nadie. Y mucho menos a ese PCE tan criminal como pudiera serlo el propio Franco, Largo Caballero, Carrillo o Queipo de Llano

Me pondré este blog en favoritos, que esto promete

Saludos para todos

PD: si me ayudarais a encontrar (gratis) la partitura de la que hablaba, os estaría eternamente agradecido

Oroel dijo...

A Comunista:

Gracias ante todo por tus sensatas intervenciones.

Lamento no poderte ayudar con las partituras, pues aunque me gusta mucho la música, mis conocimientos no alcanzan ni de lejos ese nivel.

Creo que mi opinión personal ha sido adelantada en otra de las intervenciones posteriores por Alejandro, puesto que en esencia coincide con la suya: suelo distinguir, como él, entre izquierdas y “progresía”. Para mí, una cosa –la primera- es respetable, y la otra no. Pondré un ejemplo cercano puesto que dices ser aragonés: yo no puedo considerar a Marcelino Iglesias de izquierdas, no con la política que está haciendo. Más bien es un oportunista sin escrúpulos dispuesto a abrazar cualquier ideario que le permita mantenerse en el poder y, especialmente, medrar económicamente. En algún otro lugar he apuntado lo de la colocación de su señora como Jefa del Gabinete de Presidencia de la Diputación Provincial de Huesca o las sucesivas colocaciones de su cuñado, Andrés Cuartero, al frente de distintas empresas o corporaciones públicas. Marcelino, al margen del oportunismo con el que muda de opinión o evita comprometerse en todo aquello que pueda lesionar las expectativas de su partido, no en Aragón, sino en Cataluña por ejemplo, y por ende en el conjunto nacional, se está forrando.

Por otra parte, nada más lejos de mi intención que hacer generalizaciones como esas que crees haber visto en el blog. Trato de huir de ellas.

Y sí, efectivamente, la República es una forma de gobierno que en otros países, Francia o EEUU, funcionado satisfactoriamente, aunque no en España. Eso no quiere decir que en España esté contraindicada. Simplemente que los dos intentos que hubo se frustraron. Y yo tengo claro por qué se malograron. El ridículo –esperpéntico: fuimos el hazmerreír del mundo- cantonalismo de la Primera y la extrema deslealtad y radicalismo de las fuerzas de izquierdas y nacionalistas en la Segunda. La República desde mucho antes del Alzamiento, posiblemente desde su nacimiento y las quemas de iglesias al mes escaso de su proclamación ya estaba herida de muerte y desahuciada. Sólo podía acabar con la rebelión de los que fueron literalmente machacados política y físicamente o con la revolución que sin ningún disimulo se estaba gestando y anunciando. Pero que iba a tener un fin violento eso estaba cantado.

En fin, seguiremos hablando.

Bienvenido al blog.

Oroel

Anónimo dijo...

Estimado Oroel:

Me produce cierta desazón comprobar que eres de los que piensan que el fracaso de la Segunda Republica se gestó en la izquierda. Admito que la izquierda llevó a cabo unas medidas antireligiosas que debían haberse evitado en beneficio de ese derecho que tenemos todos que es creer en lo que nos de la gana. Pero que yo sepa, la derecha en aquel periodo tampoco se destacó precisamente por su afán conciliador, deshaciendo todas y cada una de las medidas que tomó el Gobierno de 1931 cuando ganaron las elecciones (incluyendo la reforma militar, que tan necesaria era), liberando a los golpistas de 1932 (que intentaron un golpe de estado, que es algo extremadamente grave) y cerrando revistas y periodicos obreros. Los nacionalismos, segun lo veo yo, eran como esas personas que en mitad de una discusión se dedican a malmeter sin intentar apaciguarla. Una discusion que la derecha y la izquierda de este pais llevaron hasta el extremo que todos conocemos

Saludos

Oroel dijo...

A Comunista:

Yo, efectivamente, creo que la República se frustró por el sectarismo de la izquierda. Piensa que si se constituyó la República no fue porque ganaran los republicanos sino por el abandono del poder por parte de los monárquicos.

Y respecto a la prensa, te recomiendo este enlace: http://www.gibralfaro.net/opinion/pag_1334.htm

El primer periódico que se cerró fue el ABC al mes de proclamarse el nuevo régimen. Eran unos sectarios. Y ello, con el trascurso del tiempo dio lugar a un radicalismo de las derechas, con la aparición de Renovación Española y especialmente de Falange. Pero nada que no tuviera su lógica frente a partidos anarquistas y socialistas, claramente revolucionarios, que incluso contaban con sus propias milicias armadas y que ya en el 34 intentaron su primer levantamiento contra la República. Los cabecillas e inductores de ese levantamiento también fueron indultados. Y el golpe del 32 fue un tema menor, casi de carácter unipersonal, frente al del 34, éste mucho más grave.

Sí, culpo básicamente a la izquierda que malogró por su radicalismo y extremo sectarismo las iniciales esperanzas que suscitara la República, que por cierto duraron poco.


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