“No es nuestro miedo ni nuestra debilidad lo que le ha salvado. Es nuestro valor y responsabilidad”
Cuando el atentado de Barajas, Zapatero tardó cuatro días en dar la cara. Esta vez han sido sólo tres. En Barajas no medió su intervención (salvo su insigne torpeza del día previo). Aquí sí, aquí se ha cumplido su voluntad. Ha sido decisión suya, deliberada y tomada con tiempo. Pero ha necesitado tres días para afrontarla, y aún así, en un foro amigable y previamente rendido: el Comité Federal del PSOE. No obstante, he visto algunas fotos de la reunión y hay expresiones que lo dicen todo: la de Pepiño Blanco, sonriente y encantado. Zerolo lo mismo. Pero los rostros circunspectos y reconcentrados de Cháves, Fernández Aguilar o Rubalcaba demostraban una honda preocupación.
Ya he dicho que Zapatero consigue desconcertarme. No sé si miente, o si realmente se cree lo que dice.
La frase que encabeza este artículo es eufónica y solemne, como casi todas las suyas. Y falsa. Rotundamente falsa. Y junto con ella, todo el discurso elaborado sobre esta premisa falsa, un discurso solemne, grandilocuente y mendaz. A De Juana Chaos no le ha salvado ni el miedo o el valor del Gobierno, ni su debilidad o responsabilidad, porque De Juana no estaba en peligro ni necesitaba ser salvado. Llevaba 114 días en huelga de hambre (una insólita cantidad de días), había estado haciendo el amor con su novia la semana anterior y salió del hospital por su propio pie. ¿Necesitaba ser salvado? La frase de Zapatero, como casi todas las suyas, arranca de una falacia. Toda ella es una falacia.
Cuando el atentado de Barajas, Zapatero tardó cuatro días en dar la cara. Esta vez han sido sólo tres. En Barajas no medió su intervención (salvo su insigne torpeza del día previo). Aquí sí, aquí se ha cumplido su voluntad. Ha sido decisión suya, deliberada y tomada con tiempo. Pero ha necesitado tres días para afrontarla, y aún así, en un foro amigable y previamente rendido: el Comité Federal del PSOE. No obstante, he visto algunas fotos de la reunión y hay expresiones que lo dicen todo: la de Pepiño Blanco, sonriente y encantado. Zerolo lo mismo. Pero los rostros circunspectos y reconcentrados de Cháves, Fernández Aguilar o Rubalcaba demostraban una honda preocupación.
Ya he dicho que Zapatero consigue desconcertarme. No sé si miente, o si realmente se cree lo que dice.
La frase que encabeza este artículo es eufónica y solemne, como casi todas las suyas. Y falsa. Rotundamente falsa. Y junto con ella, todo el discurso elaborado sobre esta premisa falsa, un discurso solemne, grandilocuente y mendaz. A De Juana Chaos no le ha salvado ni el miedo o el valor del Gobierno, ni su debilidad o responsabilidad, porque De Juana no estaba en peligro ni necesitaba ser salvado. Llevaba 114 días en huelga de hambre (una insólita cantidad de días), había estado haciendo el amor con su novia la semana anterior y salió del hospital por su propio pie. ¿Necesitaba ser salvado? La frase de Zapatero, como casi todas las suyas, arranca de una falacia. Toda ella es una falacia.
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Si no necesitaba ser salvado, si otros gobiernos afrontaron el retorno a la violencia de ETA, ¿qué le debe Zapatero a ETA? ¿qué hay en el otro platillo de la balanza? Eso es lo que acabaremos sabiendo, quizás cuando ya sea demasiado tarde.
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Porque algún día -esperemos que para entonces no esté todo consumado- sabremos a cambio de qué nos vendió Zapatero.
1 comentario:
¿Y el papelón de Rubalcaba, el ministro portavoz del gobierno de los GAL, el que lo negaba todo, hablando ahora de humanidad? Porque cuando murieron Lasa y Zabala torturados, él, Rubalcaba, también era ministro. ¿No se acuerda? ¿O prefiere que no lo recordemos?
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