lunes, febrero 19, 2007

Reformular la política autonómica

Aunque yo hubiera preferido una respuesta más comprometida (una abrumadora apuesta por el “no”) por parte del electorado andaluz, posiblemente la que ha habido haya sido la más inteligente por su parte. “El tema no va con nosotros”, han dicho. “No nos interesa y no estamos dispuestos a perder el tiempo con tonterías”. Los políticos, y no sólo los de Andalucía, van a tener que tomar nota.

El buen político es el que aplica el sentido común y el que escucha a los ciudadanos. No necesitamos políticos especialmente imaginativos, sino, a la inversa, previsibles. Nuestros problemas los conocemos nosotros, y lo previsible y sensato sería que un gobernante dotado de sentido común se aplicara a resolverlos. Nuestros problemas no tienen nada que ver con la articulación territorial del Estado, ya resuelta con la Constitución de 1978. Ese es un problema de los nacionalistas. Queremos un gobernante al que le quiten el sueño exactamente los mismos problemas que nos lo quitan a nosotros, que haga suyos nuestros problemas y cuya máxima prioridad sea resolverlos. Ese no es Zapatero, obviamente, que precisamente se caracteriza por lo contrario, por crear problemas donde no los hay.

Y Rajoy y el PP debieran tomar nota de lo que hay, reunirse con carácter de urgencia en El Escorial, o en algún otro sitio frío y aislado, a debatir a calzón quitado y reformular esa política absurda de seguidismo de ZP en las reformas estatutarias. Y Arenas debiera cubrirse la cabeza de ceniza y aparecer ante la opinión pública y su militancia descalzo y con cilicio. Y si se me apura, todo el resto de líderes autonómicos que se han apuntado a esa absurda y estúpida carrera de reformas estatutarias.

En este tema, como en la política antiterrorista, Zapatero nos lleva directamente al desastre. Y si en la política antiterrorista, el PP ha sabido marcar las distancias, no se entiende por qué se ha dejado arrastrar en este tema por la irresponsabilidad del Presidente, quien no gobierna para los ciudadanos, sino para asegurarse ad aeternum el apoyo de los nacionalistas. Un apoyo oneroso e indeseable, del que más nos valdría que prescindiera. Al desastre, ya digo.

Ya está bien de tonterías. Como sigamos así, en las próximas elecciones va a haber una abstención como no se recuerda.

PD: ¿no convendría establecer por la vía de urgencia ese límite del 50% para la validez de los referenda que ya aplican sensatamente en otros lugares del mundo?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad, estimado Oroel, es que razones para la abstención no faltan. Entre necedades sobre realidades nacionales y otros hallazgos estatutarios, pelotazos varios y gestión incompetente y alejada de la realidad y una ilimitada capacidad para hacer el ridículo, en el asunto del terrorismo, por ejemplo, los políticos, sobre todo los que actualmente gobiernan, están hartando a mucha gente que tiene prioridades más urgentes que atender que las tonterías de estos señores, como, por ejemplo, si llegarán o no a final de mes. En fin, paciencia y en tu caso supongo que más porque los tienes que ver más de cerca...

Oroel dijo...

Estimado carlos a.:

Al final no bastará con la paciencia, sino que será cuestión de supervivencia, porque nos están arrastrando al corralito argentino.

Javier Pérez Reverte escribía en El Semanal del domingo pasado sobre el cuento de "El emperador desnudo". Alguien habrá de decirles a nuestros políticos, a casi todos ellos, que están desnudos. Realmente el pueblo andaluz se lo dijo ayer. ¿Se darán por aludidos?

Cristóbal dijo...

Querido amigo Oroel:

Cada vez es más necesario plantearse una reforma de la Constitución. Muy posiblemente sea uno de los asuntos más urgentes. En esta reforma, la exigencia de al menos 50% de participación para validar el resultado de un referéndum se hace ineludible. Personalmente yo lo pondría en el 55%.
Esta limitación existe en otras legislaciones y tiene sus antecedentes en España y particularmente en Andalucía. En la primera convocatoria para la tramitación del Estatuto de Autonomía se exigió un mínimo en cada una de las ocho circunscripciones. Quizás recuerdes que Almería les falló; pero en el Congreso (gobernaba la UCD) no tuvieron pantalones de aplicar la ley de convocatoria y dieron por bueno el resultado.
En la misma línea de esta restricción estaría la exigencia de un mínimo del 5% de votos del cuerpo electoral para poder obtener representación el Congreso. Aunque el asunto es distinto la base es la misma: No se puede admitir que las minorías estén conduciendo al país cogido del ronzal.

Hay otro extremo que se me seduce comentar:
“…reunirse con carácter de urgencia en El Escorial, o en algún otro sitio frío y aislado, a debatir a calzón quitado y…”
Pregunto: ¿Lo filmamos y luego lo doblamos al catalán? Seguramente, sólo con las subvenciones de ERC, obtenemos un pico.
Y ahora en serio. En el PP hay que empezar a hacer buenas algunas costumbres democráticas. Arenas decidió apoyar un Estatuto, a pesar de sus convicciones y las de su electorado. Ya no es un líder de la confianza de los votantes del PP en Andalucía. Y la conclusión es fácil: DIMISIÓN o CESE.

Un cordial saludo Carlos56

Oroel dijo...

Mi dilecto amigo Carlos56:

Debo, como siempre, inclinarme ante tu superior criterio. No tengo nada que oponer, ni matizar siquiera, a lo que dices. Algún día habrá que hablar de cómo nos hemos dejado llevar por el ronzal a lo largo de treinta años al escenario (modelo) que los nacionalistas se habían planteado como meta. Posiblemente, ni siquiera sea ésta su meta, pero estamos más cerca de ella que de lo que desea la inmensa mayoría de los españoles. ¿Cómo ha podido ser?

Respecto al destino de Arenas, no puedo estar más de acuerdo contigo. Ceniza y cilicio vendría a significar lo mismo: dimisión.

Pero, ¿y qué me dices de Manolo Cháves? "Asumo la responsabilidad del resultado?" ¿Y cómo la asume el gran hombre? ¿De alguna manera tangible o sólo de forma retórica? Porque en la forma en que me parece que la asume, yo mismo asumo hasta el incendio de Roma que injustamente se le atribuye a Nerón: fui yo. Nos ha jodido la asunción de responsabilidades del fulano (¿se puede llamar fulano a un presidente autonómico?: ¡sí, qué demonios!).

Un abrazo.

Oroel

Cristóbal dijo...

Querido amigo Oroel:

El término “fulano” referido al Sr Chaves, es claramente ofensivo… para las fulanas. Las meretrices se dedican al oficio por necesidad o por explotación. En pocos casos lo hacen por vicio.
No conozco suficientemente esa parte del “mercado laboral”, ni me merecen en cuanto “trabajadoras” mayor respeto. No obstante poner a su altura al Presi andaluz me parece un exceso de crueldad, para con ellas.

Te contaré que sí oí la declaración y que fue tal el ataque de risa que ahora estoy por baja laboral por afonía (además de la visita al medico general, ya tengo una cita para el otorrino). Entenderás que, ahora, a este individuo no lo trago. En un político del régimen la frase “yo asumo la responsabilidad” va acompañada de la intención de “y por ahí os van dando”.

Mas grave me parece la actitud de su segundo, Gaspar Zarrias, ese que fue sorprendido votando con tres de sus cuatro extremidades. Sobre la marcha explica que los andaluces no han votado a causa de que estaban seguros del SI y no se encontraban intranquilos: “un exceso de confianza”

Hace muchos años, ¡muchos! En los baños de la facultad había una pintada: “¡las puta al poder!, ¡sus hijos ya están en él!”

Un cordial saludo Carlos56


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