A D. José Blanco le sabe muy mal, por lo que cuentan, que se le llame Pepiño. Quizás le parezca una falta de respeto.
Como saben ustedes, hace ya unos días mandé el comentario anterior al blog de José Blanco, Secretario de Organización del PSOE. Imaginé que un blog que él mismo definió como heterodoxo, sería también valiente, plural, abierto al debate (tampoco vayan a pensar que tenía muchas esperanzas, a juzgar por la imagen del personaje). Pues bien, no, no lo es. No es un blog valiente ni abierto al debate y a la confrontación de ideas. Es un blog destinado a la adulación del personaje. Y es enormemente sectario como es él. El comentario no ha sido colgado, por supuesto.
Por el contrario hay otro que recomiendo, el de Iñaki Anasagasti, que es, para gente que piense como yo, una auténtica provocación ideológica e intelectual. Pero es un blog en el que se puede criticar al autor, a Sabino Arana, poner en solfa la lamentable historia de los mitificados gudaris vascos y en general discrepar acerbamente del nacionalismo y, oye... cuelgan tus intervenciones. Lo que las deja expuestas, por supuesto, a la contestación de militantes nacionalistas. Pero eso resulta estimulante. Uno puede replicar de nuevo. Y el hecho de que se acepten comentarios abiertamente discrepantes me parece un gesto de dignidad y de gallardía que debo reconocer. Aunque me resulte, por lo demás, tremendamente desagradable el personaje.
No es el caso del blog de José Blanco. Allí no hay ni dignidad ni gallardía. Sólo sectarismo y untuosa adulación. Resulta difícil respetar a alguien así. Por eso, a partir de ahora para mí será sólo Pepiño. Porque el respeto hay que ganárselo.
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