domingo, febrero 25, 2007

La mentira como arma política

Confieso que siempre tuve una pésima opinión de Felipe González a quien consideraba, ante todo, un personaje mendaz. Pero viéndole hablar se le podía apreciar un pequeño tic, un cambio en la expresión que me alertaba: “¡está mintiendo!”, decía yo entonces, “se le nota”. Y ese tic sobrevenido a mitad de una frase sólo era posible porque el protagonista era perfectamente consciente de la mentira que estaba intentando colar.


A Rodríguez Zapatero no soy capaz de detectarle ningún tic, ningún gesto que le delate, y eso que le he oído declaraciones que eran clamorosas falsedades. En un anterior
artículo mío señalaba yo una frase de Zapatero: «Este Estatuto, por primera vez en la Historia, sitúa al mismo nivel el catalán y el castellano, y yo me siento orgulloso de que sea así; primero, porque lo dice la Constitución y segundo, porque una vez más, después de todo lo que se ha dicho, la gente de Cataluña va a demostrar cómo se convive perfectamente en el terreno de la lengua entre el castellano y el catalán». Algo evidentemente falso para quien hubiera leído esos artículos del Estatuto referidos a las lenguas. Es por eso que a estas alturas estoy casi convencido de que el verdadero peligro del personaje es que se cree sus propias mentiras. Que estamos ante un iluminado. O ante alguien que miente con verdadero virtuosismo.

El Heraldo de Aragón de hoy señala dos frases de ZP, que son otras tantas mentiras, dichas en su momento con el aplomo solemne de quien de verdad se las cree:

“Debe estudiarse una conexión rápida de Teruel con Madrid y con el Mediterráneo; es incomprensible que el trazado del AVE se cierre sin escuchar a Aragón”
, dicho durante su visita a Teruel en enero de 2001. El trazado del AVE Madrid-Valencia, pues a esa línea se refería, se cerró ya con él en el Gobierno sin estudiar esa conexión de Teruel y, por supuesto, sin atender, ni escuchar siquiera a Aragón.

“El PHN se ha hecho contra Aragón y contra los ciudadanos”, durante una entrevista al Heraldo de Aragón el 7 de marzo de 2004. Ya he escrito abundantemente sobre el tema.

El PHN del Partido Popular contemplaba un trasvase a Levante de 1.050 Hm3, la Reserva Hidráulica de Aragón con 6.550 Hm3 y un caudal ecológico para el Delta de 3.100 Hm3. El agua que ha salido de Aragón en los últimos cincuenta años es de 14.000 a 1500 Hm3 anuales. La captación para el trasvase se haría aguas abajo, por lo que éste no comprometía ni los intereses de Aragón ni el incremento de su consumo, garantizado desde los 4.000 Hm3 actuales hasta los 6.550 Hm3 de la Reserva, determinada y aprobada por las propias Cortes de Aragón, respetada por el PP e incluida en el PHN.

Llegado Zapatero a la Moncloa se deroga ese PHN y se aprueba otro del que desaparece el trasvase, la Reserva Hidráulica de Aragón (con los votos a favor de los diputados socialistas aragoneses, mientras que los diputados socialistas autonómicos -en el más descarado ejercicio de funambulismo político que se recuerda- votan por su mantenimiento en las Cortes de Aragón) y se aprueba la determinación bilateral del caudal ecológico del Delta entre el Estado y la Generalitat, violando por primera vez desde la creación de las Confederaciones Hidrográficas el principio de unidad de gestión de cuenca. Todo un innovador el hombre. Ni que decir tiene que las demandas de los nacionalistas catalanes ascienden a 12.500 Hm3. Así pues, con la excusa del trasvase desaparece también la Reserva Hidráulica, expresamente incluida por el PP en el PHN para salvaguardar los intereses de Aragón. Pero Zapatero tenía ciertos compromisos.

Con el tema del agua, nos han mentido, nos han manipulado y nos han robado.

Y todo esto sin un tic, sin un gesto que delate su inmensa capacidad para mentir. Zapatero debe muchas explicaciones a los aragoneses.

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