La separación de poderes es uno de los cimientos del Estado de Derecho, otro más de los que está dinamitando ZP. Que el poder judicial acabe plegándose a la conveniencia del Gobierno, lejos de alegrarnos -por el encarcelamiento de De Juana Chaos y de Otegui- debiera llenar de preocupación a quienes nos consideramos demócratas sinceros.
No se puede administrar justicia en función de las circunstancias. Me alegro de que De Juana Chaos vuelva a prisión, porque pienso que es lo justo. Pero no me parecen justas las circunstancias que han motivado la repentina decisión. Si hace tres o cuatro días no había motivos -que los había-, ¿qué ha cambiado? ¿Qué ha hecho De Juana Chaos en estos días que justifique ahora un retorno a prisión que no estuviera justificado antes? Nada, no ha hecho nada nuevo, ni delictivo. No ahora. Quienes lo han hecho han sido los etarras que anunciaron el cese del alto el fuego. Así pues, De Juana vuelve a prisión por la rueda de prensa y las amenazas que han vertido otros. No es esa una administración de Justicia ejemplar.
La Justicia ha de basarse en los hechos de los que es responsable cada persona, no en lo que hagan o digan otros ni, mucho menos, en la oportunidad o conveniencia del Gobierno. Porque es claro que la decisión del Gobierno no se aplica con criterios de Justicia, como la de hace tres días de mantenerlo excarcelado tampoco se basaba en criterios humanitarios. De Juana ha vuelto a prisión ante la creciente exasperación de la opinión pública, para que no acabara desgastando al Gobierno más de lo soportable. Y esa no es la Justicia esperable en un Estado de Derecho. No se puede hacer justicia para contentar a la opinión pública.
Y respecto a la prisión ordenada por el Tribunal Supremo, la rapidez con que se ha dictado la sentencia y la diligencia con que se ha cumplido abren serias dudas sobre la independencia del poder judicial. Me alegro de que Otegui acabe en prisión, pero, de nuevo, por sus actos, y no por la conveniencia del Gobierno.
Ya tenía serias dudas sobre las convicciones democráticas de Zapatero. Ahora, cada día voy albergando menos. Simplemente, no es un demócrata. En estos tres años ha demostrado justo lo contrario.
Otegi ingresa en prisión para cumplir una condena de 15 meses
El Análisis: Otegi ya no es un "hombre de paz".
No se puede administrar justicia en función de las circunstancias. Me alegro de que De Juana Chaos vuelva a prisión, porque pienso que es lo justo. Pero no me parecen justas las circunstancias que han motivado la repentina decisión. Si hace tres o cuatro días no había motivos -que los había-, ¿qué ha cambiado? ¿Qué ha hecho De Juana Chaos en estos días que justifique ahora un retorno a prisión que no estuviera justificado antes? Nada, no ha hecho nada nuevo, ni delictivo. No ahora. Quienes lo han hecho han sido los etarras que anunciaron el cese del alto el fuego. Así pues, De Juana vuelve a prisión por la rueda de prensa y las amenazas que han vertido otros. No es esa una administración de Justicia ejemplar.
La Justicia ha de basarse en los hechos de los que es responsable cada persona, no en lo que hagan o digan otros ni, mucho menos, en la oportunidad o conveniencia del Gobierno. Porque es claro que la decisión del Gobierno no se aplica con criterios de Justicia, como la de hace tres días de mantenerlo excarcelado tampoco se basaba en criterios humanitarios. De Juana ha vuelto a prisión ante la creciente exasperación de la opinión pública, para que no acabara desgastando al Gobierno más de lo soportable. Y esa no es la Justicia esperable en un Estado de Derecho. No se puede hacer justicia para contentar a la opinión pública.
Y respecto a la prisión ordenada por el Tribunal Supremo, la rapidez con que se ha dictado la sentencia y la diligencia con que se ha cumplido abren serias dudas sobre la independencia del poder judicial. Me alegro de que Otegui acabe en prisión, pero, de nuevo, por sus actos, y no por la conveniencia del Gobierno.
Ya tenía serias dudas sobre las convicciones democráticas de Zapatero. Ahora, cada día voy albergando menos. Simplemente, no es un demócrata. En estos tres años ha demostrado justo lo contrario.
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