Mientras que en otros partidos tratan de asegurarse la fidelidad de sus militantes y premiarla mediante un reparto de los cargos electos, lo que asegura además una más adecuada dedicación de quienes los desempeñan, en el Partido Popular han optado por concentrarlos todos en manos de unos pocos escogidos. Un error. Otro más.He aquí los efectos de esa política equivocada:
Representatividad pluriempleada
“Lo "lamentable" no es que estos diputados autonómicos, que son a la vez senadores, carezcan del don de la ubicuidad, sino que el partido no lo tenga en cuenta a la hora de pluriemplearlos”.
Pero no sólo se descuida la necesaria fidelidad de la militancia, sino que se generan envidias y resquemores que merman la cohesión de la organización. Y tampoco los electos pueden atender sus múltiples cargos con la dedicación requerida, al margen de episódicas coincidencias de actos importantes donde su presencia sería necesaria -e incluso vital- en todos ellos.
Un partido ha de ser una organización colectiva y necesariamente amplia. La participación política ha de extenderse hasta en esos detalles significativos. No puede imponerse la vanidad o la ambición de unos pocos sobre el proyecto colectivo.
Les queda mucho por aprender, también a nivel organizativo.
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