El PSOE aumenta su poder municipal

Como he señalado en anteriores ocasiones, muchas veces a lo largo de estos años me he formulado esa pregunta, si estábamos ante un personaje ingenuo hasta casi la estupidez o por el contrario ante un individuo frío y calculador. A la vista de cómo va logrando sus objetivos, uno tras otro, más valdría no minusvalorarle. Creo que me quedaré con el análisis de Martín Ferrand que reproduzco más abajo.

Tal como asegura El Mundo, después de las últimas elecciones municipales y tras los pactos subsiguientes, "el PSOE gobierna más capitales que el PP por primera vez desde 1991". Y sin embargo, observen que el PSOE perdió las elecciones. Es cierto, como dijo José Blanco, que si descontamos la ventaja obtenida por el PP en Madrid, en el resto de España gana el PSOE. Pero el fino analista calló el hecho de que la ventaja obtenida por el PSOE al PP en Cataluña dobla a la del PP en Madrid. Es decir, en el resto de España la victoria del PP ha sido todavía más significativa.

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Y sin embargo, con peores cartas, Zapatero gana poder. Luego habrá que concluir que su política de arrinconamiento del PP está dando resultado. Ha habido once capitales de provincia (Albacete, Palma de Mallorca, Cáceres, Córdoba, Jaén, Logroño, Orense, Pontevedra, Sevilla, Teruel y Toledo) en las que a pesar de que el PP ha sido la lista más votada, el PSOE, en coalición con otros partidos, le ha arrebatado la alcaldía. En algún caso, como en Teruel, gobierna el tercer partido en votos (el PAR, con cuatro concejales, la mitad que el PP). Y todo ello, lo ha conseguido Zapatero habiendo perdido las elecciones.

(Y recuérdese cómo se ha ido librando o desprendiendo de todos los barones socialistas que pudieran incomodar su poder: Ibarra, Bono, Francisco Vázquez, Redondo, Rosa Díez... González ya no es casi ni una referencia, Guerra ni sombra de lo que fue, Leguina una voz inaudible en el desierto...)

¿Será vileza?

El perfil psicológico del presidente: el triunfador sin esfuerzo

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A estas alturas, y ante la falta de reacción de la ciudadanía incluso empiezo a dudar que en las próximas elecciones generales se le pueda desbancar. Hará falta ganarle por mayoría absoluta. Zapatero caerá, claro que caerá. Todo pasa. Pero cuando caiga se habrá llevado por delante la Nación española, la economía, nuestras pensiones y el futuro de nuestros hijos. Soy pesimista: nunca pude imaginar que alguien tan poco dotado intelectual y moralmente pudiera obtener tales éxitos políticos; éxitos que son en realidad amargos fracasos colectivos. Cuando nos percatemos de ello, quizás sea demasiado tarde.