Esto es lo que circula por los mentideros políticos.
Antes de que concluya el actual periodo parlamentario de sesiones (¿30 de junio?) se va a producir el anuncio del cese definitivo de la violencia por parte de ETA. El escenario elegido va a ser lo más emblemático y solemne posible, especialmente de cara al nacionalismo moderado: el santuario de Nuestra Señora de Begoña. Sí, yo también me mostré sorprendido cuando me lo dijeron. No puede ser el árbol de Guernica porque éste se encuentra custodiado por la Ertaintza. Y Begoña es mucho más emblemático y tradicional. Mayor solemnidad no cabe.
Pocos días más tarde, porque ya se encuentra preparado, se publicará el Real Decreto de disolución del Parlamento y la convocatoria de las elecciones generales: 28 de octubre, domingo. Las previsiones en esas circunstancias son una holgada victoria del Partido Socialista. La extrapolación de los resultados de las pasadas municipales más el impacto del cese de la violencia permitirían augurar una victoria absoluta, o casi, de Rodríguez Zapatero, el pacificador.
Mientras tanto, en Navarra durante estos próximos meses habrá gobernado, o capeado el temporal en solitario, UPN.
Conseguida la victoria en las generales, se producirá una moción de censura en Navarra y la constitución de un nuevo gobierno de coalición entre PSOE y Acción Nacionalista Vasca. A continuación se ponen en marcha las previsiones de la Disposición Transitoria cuarta de nuestra Constitución para la incorporación de Navarra al País Vasco. En caso contrario, ETA lo consideraría un incumplimiento flagrante de lo pactado y podría retomar las armas. Esa incorporación de Navarra ha de ser ratificada en referéndum por los navarros. Las apelaciones al rechazo serán descalificadas, eso es una obviedad, como contrarias a la pacificación y guerracivilistas.
El cese de la violencia de ETA no se habrá producido por una victoria de los demócratas sobre los violentos, sino por una rendición de los primeros. Un detalle sin importancia para el relativismo moral de Zapatero.
Hasta aquí la variable terrorista.
A partir de aquí, la variable económica.
La OCDE acaba de anunciar sus previsiones de crecimiento apara España durante 2008 que serán del 2,7% del PIB, o puede que incluso menores.
El descenso de la actividad en el sector de la construcción se va a producir de una forma paulatina pero rápida, conforme se vayan concluyendo las promociones programadas para este año: unas ochocientas mil viviendas. Se calcula que para el año que viene las viviendas construidas desciendan a la mitad, con lo que podrían quedar en la calle ochocientos mil parados, muchos de ellos inmigrantes (pero que han cotizado a la Seguridad Social y tienen derecho a desempleo). El mercado de la vivienda está saturado y no es previsible ni lógico que se siga construyendo para un mercado en el que ha descendido la demanda. Y todo en unos meses, precipitándose a partir del verano para mostrar todos sus efectos en el primer trimestre o primera mitad del año que viene.
Por otra parte afrontar las demandas nacionalistas sobre los presupuestos hace casi imposible aprobarlos sin hipotecas inasumibles en una situación de mayoría minoritaria. Sólo se les podría desairar -es imposible no hacerlo sin poner en grave riesgo de quiebra el Estado- en una situación de mayoría absoluta, o casi.
Todo ello requiere ineludiblemente celebrar las elecciones antes de que concluya el año, y antes de que empiecen a percibirse de forma dramática los efectos de la crisis. El plazo límite es octubre.
Antes de que concluya el actual periodo parlamentario de sesiones (¿30 de junio?) se va a producir el anuncio del cese definitivo de la violencia por parte de ETA. El escenario elegido va a ser lo más emblemático y solemne posible, especialmente de cara al nacionalismo moderado: el santuario de Nuestra Señora de Begoña. Sí, yo también me mostré sorprendido cuando me lo dijeron. No puede ser el árbol de Guernica porque éste se encuentra custodiado por la Ertaintza. Y Begoña es mucho más emblemático y tradicional. Mayor solemnidad no cabe.
Pocos días más tarde, porque ya se encuentra preparado, se publicará el Real Decreto de disolución del Parlamento y la convocatoria de las elecciones generales: 28 de octubre, domingo. Las previsiones en esas circunstancias son una holgada victoria del Partido Socialista. La extrapolación de los resultados de las pasadas municipales más el impacto del cese de la violencia permitirían augurar una victoria absoluta, o casi, de Rodríguez Zapatero, el pacificador.
Mientras tanto, en Navarra durante estos próximos meses habrá gobernado, o capeado el temporal en solitario, UPN.
Conseguida la victoria en las generales, se producirá una moción de censura en Navarra y la constitución de un nuevo gobierno de coalición entre PSOE y Acción Nacionalista Vasca. A continuación se ponen en marcha las previsiones de la Disposición Transitoria cuarta de nuestra Constitución para la incorporación de Navarra al País Vasco. En caso contrario, ETA lo consideraría un incumplimiento flagrante de lo pactado y podría retomar las armas. Esa incorporación de Navarra ha de ser ratificada en referéndum por los navarros. Las apelaciones al rechazo serán descalificadas, eso es una obviedad, como contrarias a la pacificación y guerracivilistas.
El cese de la violencia de ETA no se habrá producido por una victoria de los demócratas sobre los violentos, sino por una rendición de los primeros. Un detalle sin importancia para el relativismo moral de Zapatero.
Hasta aquí la variable terrorista.
A partir de aquí, la variable económica.
La OCDE acaba de anunciar sus previsiones de crecimiento apara España durante 2008 que serán del 2,7% del PIB, o puede que incluso menores.
El descenso de la actividad en el sector de la construcción se va a producir de una forma paulatina pero rápida, conforme se vayan concluyendo las promociones programadas para este año: unas ochocientas mil viviendas. Se calcula que para el año que viene las viviendas construidas desciendan a la mitad, con lo que podrían quedar en la calle ochocientos mil parados, muchos de ellos inmigrantes (pero que han cotizado a la Seguridad Social y tienen derecho a desempleo). El mercado de la vivienda está saturado y no es previsible ni lógico que se siga construyendo para un mercado en el que ha descendido la demanda. Y todo en unos meses, precipitándose a partir del verano para mostrar todos sus efectos en el primer trimestre o primera mitad del año que viene.
Por otra parte afrontar las demandas nacionalistas sobre los presupuestos hace casi imposible aprobarlos sin hipotecas inasumibles en una situación de mayoría minoritaria. Sólo se les podría desairar -es imposible no hacerlo sin poner en grave riesgo de quiebra el Estado- en una situación de mayoría absoluta, o casi.
Todo ello requiere ineludiblemente celebrar las elecciones antes de que concluya el año, y antes de que empiecen a percibirse de forma dramática los efectos de la crisis. El plazo límite es octubre.
Toda esa estrategia, que encaja con la precisión de un puzzle, requiere la voluntad y el compromiso de ETA, dejando los pagos pendientes para los meses inmediatos. Hasta ahora, Zapatero ha dado muestras más que suficientes -que debieran ser suficientes a los terroristas- de ser un hombre de palabra con ETA. Ha cumplido siempre. El resto de los españoles no podemos decir lo mismo: a los demócratas, incluyendo entre ellos a buena parte de quienes le votaron de buena fe, nos ha mentido siempre.
Las piezas encajan perfectamente, las dos variables más peligrosas para la continuidad de Zapatero quedan perfectamente previstas. Ahora sólo falta esperar y ver.
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