Cataluña y Andalucía son las más importantes canteras de votos con que cuenta el Partido Socialista. Es por eso que son o han sido objeto de preferente atención política y, sobre todo, económica (al final todo se reduce a eso, a la exigencia y obtención de más recursos)
Zapatero y Cataluña
A lo largo de esta legislatura se ha dado una vuelta de tuerca (o quizás varias vueltas) más al desmantelamiento del Estado. Uno de los principios que lo sustentan, el que sustenta cualquier unión política -incluso la más laxa, como la Unión Europea- es la solidaridad financiera, el flujo de fondos desde las regiones y sectores más ricos a los más necesitados. Nuestra Constitución habla de “solidaridad interterritorial”; los Tratados europeos de “convergencia económica”. Viene a ser lo mismo.
Las dotaciones de fondos que anualmente se deciden por las Cortes Generales en las respectivas leyes de presupuestos han quedado de alguna manera blindados con la aprobación de los diferentes estatutos de autonomía. Esa competencia del legislativo se diluye ahora y se acota. El problema reside en que los criterios de reparto se han establecido a la carta, en la forma en que a cada comunidad, singularmente a Andalucía y Cataluña, les resulta más favorable. Un absurdo lógico y matemático, que alguien acabará pagando, quizás las regiones interiores, las que menos votos aporten o aquellas gobernadas tradicionalmente por el Partido Popular.
El Estado ha reconocido estos meses atrás la llamada Deuda histórica de Andalucía (las mermas tributarias de impuestos cedidos) e incluso ha dado un anticipo de 300 millones de euros. Aragón sigue esperando.
La ministra Salgado vuelve a dar largas a Aragón para el pago de la deuda
La noticia es del 20 de febrero de 2008.
Y en el Heraldo de Aragón de hoy aparece ésta:
El Gobierno da 517 millones a Cataluña por el "Estatut" mientras rechaza aplicar el de Aragón
Todo ello a menos de un mes de las elecciones.
Que cada uno saque sus conclusiones.
Zapatero y Cataluña
A lo largo de esta legislatura se ha dado una vuelta de tuerca (o quizás varias vueltas) más al desmantelamiento del Estado. Uno de los principios que lo sustentan, el que sustenta cualquier unión política -incluso la más laxa, como la Unión Europea- es la solidaridad financiera, el flujo de fondos desde las regiones y sectores más ricos a los más necesitados. Nuestra Constitución habla de “solidaridad interterritorial”; los Tratados europeos de “convergencia económica”. Viene a ser lo mismo.
Las dotaciones de fondos que anualmente se deciden por las Cortes Generales en las respectivas leyes de presupuestos han quedado de alguna manera blindados con la aprobación de los diferentes estatutos de autonomía. Esa competencia del legislativo se diluye ahora y se acota. El problema reside en que los criterios de reparto se han establecido a la carta, en la forma en que a cada comunidad, singularmente a Andalucía y Cataluña, les resulta más favorable. Un absurdo lógico y matemático, que alguien acabará pagando, quizás las regiones interiores, las que menos votos aporten o aquellas gobernadas tradicionalmente por el Partido Popular.
El Estado ha reconocido estos meses atrás la llamada Deuda histórica de Andalucía (las mermas tributarias de impuestos cedidos) e incluso ha dado un anticipo de 300 millones de euros. Aragón sigue esperando.
La ministra Salgado vuelve a dar largas a Aragón para el pago de la deuda
La noticia es del 20 de febrero de 2008.
Y en el Heraldo de Aragón de hoy aparece ésta:
El Gobierno da 517 millones a Cataluña por el "Estatut" mientras rechaza aplicar el de Aragón
Todo ello a menos de un mes de las elecciones.
Que cada uno saque sus conclusiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario