"La izquierda tiene bula
Desde luego no es papal, pero tiene bula. Si un grupo de cafres intenta agredir a dirigentes del PP o a Rosa Díez, el incidente, grave, se minimiza por los partidos autocalificados de progresistas y el ex presidente Felipe González se permite hacer comparaciones sobre lo que le pasó cuando fue abucheado hace años. Los colectivos de "artistas" (hay que ver qué devaluadas están algunas palabras) que claman ante cualquier declaración de dirigentes del PP y llegan a plantarse en la puerta de la sede de los populares por cualquier nimiedad, callan y miran hacia otro lado. Y, en el colmo del esperpento, los violentos son calificados de fascistas, en una trampa dialéctica que trata de hacer ver que la radicalidad agresiva y excluyente es patrimonio de la derecha y no cabe en la izquierda, un territorio donde hombres y mujeres son tolerantes, solidarios y, por supuesto, muy simpáticos. Como Zapatero, todo sonrisas, pose estudiada, las manos juntas, la figura que no se descompone, el gesto que no se tuerce, pero a la hora de la verdad, a micrófono cerrado, aparece el verdadero talante, el poli malo, el que se esconde tras los Pepiño y compañía, que le hacen el trabajo sucio. No, no son fascistas. Fascistas, haberlos haylos, pero estos que van a agredir a María San Gil o a Rosa Díez son de izquierdas. También ETA es de izquierdas, como el Grapo. Pero en este país ser de izquierdas es un chollo, el de izquierdas tiene bula, el de derechas es un hombre o una mujer avergonzado de serlo, que tiene que pedir disculpas porque no es lo políticamente correcto. Fíjense si es un chollo, que Gaspar Llamazares se permite colgar un vídeo en el que su personaje virtual aparece quemando una foto del Rey y no hay una condena unánime, una descalificación severa de un comportamiento que incita a la violencia y a la agresividad, una actitud antidemocrática que nada tiene que ver con la legítima defensa de la república como alternativa a la monarquía. Ser de izquierdas es un chollo tan grande que cuando Castro anuncia que se va pero sin irse, algunos estómagos agradecidos critican al penúltimo comunista sobre la Tierra (el último es Llamazares, una vez Ana Belén y Víctor Manuel han abandonado la nave que se hunde... llevándose, eso sí, todos sus bienes), y no se les cae la cara de vergüenza al recordar cómo le reían las gracias al dictador".
Ya hace años Vidal-Quadras dejó dicho que gobernar con una oposición responsable era una prerrogativa exclusiva de la izquierda.
Y un conocido mío dice, con buen criterio, que eso -que la izquierda tiene bula- es un dato sociológico -triste, descorazonador, pero real y tangible- que la derecha habrá de admitir como cierto e incorporar a sus estrategias. Ha de contar con eso.
No es normal, lo sé; pero quizás el nuestro no sea un país normal.
2 comentarios:
¿Donde esta el link de la noticia?
Le vuelvo a repetir lo mismo que antes. ¿Tiene permiso para ripear un contenido exacto de un medio de comunicación?
Señor, puede estar incurriendo en un delito
¿Delito? Pues posiblemente...
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