Si hay que dar una excusa, que sea con elegancia.
Un conocido lord británico invitaba a sus amistades a tomar el té todos los martes a las cinco de la tarde, de forma infalible y puntual.
Pero un martes, el puntualísimo caballero no apareció a la hora y los invitados esperaron intrigados en el salón en medio de inquietantes conjeturas sobre su salud o sus negocios.
Un conocido lord británico invitaba a sus amistades a tomar el té todos los martes a las cinco de la tarde, de forma infalible y puntual.
Pero un martes, el puntualísimo caballero no apareció a la hora y los invitados esperaron intrigados en el salón en medio de inquietantes conjeturas sobre su salud o sus negocios.
A los pocos minutos apareció el elegante y circunspecto mayordomo y les tranquilizó de este modo: “Señores, Milord me encarga que les transmita sus excusas por la demora y les anuncia que se ha encontrado con su vieja y querida amiga Lulú, a la que hacía muchos años que no veía. Dice que SI PUEDE estará con ustedes en unas dos horas, y que SI NO PUEDE, en diez minutos. Muchas gracias”.
1 comentario:
Muy bueno. Auténtico humor británico.
Publicar un comentario