Los afiliados al PP no deciden nada

Artículo 6 de la Constitución española: Los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la Ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos.

Sr. Director:

Soy una aragonesa de 39 años y he votado siempre al Partido Popular. Me afilié después de los atentados del 11-M porque pensaba que en ese momento el par­tido en el que yo creía me necesitaba. Voté también al PP de Mariano Rajoy, no convencida al 100 por 100, pero convencida de que era mejor hacerlo antes que no votar. También es verdad que me sentía mucho más identificada con Aznar aunque, como todo el mundo, tenía sus defectillos.

Pues bien, en todos estos años, el PP sólo me ha lla­mado dos veces para ayu­darles a cerrar sobres en época electoral. Una vez ne­cesité que me escucharan y no lo hicieron; pensé que la política es así, pero me he quedado sorprendida al en­terarme por distintos me­dios de comunicación de que los afiliados decidirían qué compromisarios nos re­presentarán en el próximo congreso de junio.

¿Decidir? No sé qué, por­que a mí no me ha llamado nadie ni me han convocado para absolutamente nada. Debo de ser afiliada de ter­cera o cuarta regional.

En mi opinión, estamos sirviendo en bandeja al PSOE su permanencia en el poder, porque la alternativa no la veo por ningún lado, y juro que me duele en el alma.

Rosa Galindo.

Copiada de la sección de "Cartas al director" del diario El Mundo del día 23 de abril de 2008.

He ahí uno de los déficits estructurales -uno más- que deberá ser resuelto en los próximos congresos regional y provinciales. Y en su funcionamiento diario a partir de entonces.

PD.: Realmente y después de los desastrosos resultados electorados obtenidos por esta formación, ya debiera haber habido un cambio de actitud y modos de funcionamiento, sin esperar a los congresos. Pero no parece haber capacidad de reacción. Ni quizás propósito.