martes, octubre 23, 2007

Cuando falla la Oposición

En su acostumbrada carta dominical, Pedro J. Ramírez, hacía una referencia este último domingo a un libro titulado “When the Press Fails”. El fallo de la prensa es un fracaso grave del sistema democrático, sin duda. Pero posiblemente es más grave aún que falle la oposición. Ésta es una pieza imprescindible para evitar que la democracia se corrompa.

Las circunstancias y, más aún, sus propios errores han situado al PP de Aragón en la oposición, y en ella, en la oposición, comienza su tercera legislatura. No sé si merece la pena analizar las razones que le han conducido donde está. Algunos lo atribuyen a su defensa del trasvase y a la política hidráulica en general, otros a la división del voto de centro derecha con el PAR, votos que éste último pone luego a disposición del PSOE.

He oído o leído muchas explicaciones, pero nunca la simple posibilidad de que por parte del PP se hubieran hecho las cosas mal. Y eso es peligroso, porque si se descarta esa posibilidad, se está descartando la de enmendarlas si, efectivamente, algo se hubiera hecho mal.

Porque, ¿se ha hecho algo mal?

No voy a analizar a los candidatos presentados, o si se pudiese haber elegido otros. Hablar de unos malos candidatos, exige proponer otros alternativos y mejores, y no me siento capacitado.

Pero sí se han hecho las cosas mal. Al menos tres:

1.- Un partido debe ser un instrumento para la participación política de los ciudadanos. ¿Lo está siendo el PP aragonés? No, con toda evidencia. La vida interna del partido, por lo que sé, está muerta o en hibernación. Teniendo la mayor militancia entre todos los partidos presentes en Aragón, todas las decisiones, todas las estrategias, todas las ideas se gestan y producen en un ámbito reducidísimo, en lo que yo llamo el Sanedrín. ¿Hay alguna garantía, alguna certeza de que allí se concentre lo más inteligente, lo más capaz del partido? ¿Existe una renovación continua o frecuente, un refresco de mentes, la entrada de ideas y talantes nuevos, alguna depuración?

Sé que a estas alturas es imposible, y seguramente indeseable, un funcionamiento asambleario. Pero entre eso y lo otro debe haber un punto medio más satisfactorio que lo que hay. Y más eficaz para consolidar al PP como alternativa.

2.- Un partido debe ser un referente para un sector de la sociedad, cuanto más amplio mejor. Hay un sector amplísimo del centro derecha que necesita, desea un referente político, que necesita saber que hay un partido que le representa fielmente y con eficacia, sin complejos y con claridad. Un referente es un hito en el campo, un faro en la lejanía, un elemento distinguible y diferenciable. Es por eso que si alguien desea ser un referente debe evitar confundirse con el paisaje. Si alguien pretende eso en un partido, el camuflaje, queda claro que su vocación no es la política.

Se han tomado muchas decisiones que han concitado en Aragón una sospechosa unanimidad. Por ejemplo, apoyar la reforma del Estatuto, sin referéndum, ignorando las propuestas de Rajoy de reforzar al Estado antes de proseguir con esas reformas. Todos los partidos, salvo Chunta -y éstos por considerarlo insuficiente- han apoyado el texto del nuevo Estatuto. ¿No hay aragoneses que no estén de acuerdo con esa nueva descentralización? Yo por ejemplo, no lo estoy. ¿Cuántos militantes del PP lo están? ¿Han pulsado los líderes del PP aragonés la opinión o los sentimientos de la militancia y de sus votantes? No sé si somos pocos o muchos los que nos oponemos a esa reforma estatutaria -repito, sin referéndum: ¿por qué los catalanes o los andaluces sí y nosotros no?- ¿Quién nos representa a quienes no estamos de acuerdo? ¿Cuál es nuestro referente?

Y lo mismo podría decirse del apoyo del PP a la televisión autonómica o a la creación de las comarcas.

La mamandurria comarcal

¿Quién es el referente de los que no apoyamos la televisión autonómica o de quienes pensamos que las comarcas son un inmenso despropósito caciquil?

3.- Y por último, la oposición.

El electorado ha puesto al PP en la oposición, por las razones que sean. Y eso es lo que debe hacer: Oposición.

La legislatura pasada supe de un diputado, del que me consta que conocía flagrantes casos de corrupción del gobierno autonómico; datos de los que nunca hizo uso, ni denunció, ni formuló interpelaciones... Nada. Siento un profundo desprecio por ese diputado.

Yo no sé si ese diputado indigno, y tantos otros, se han llegado a plantear en alguna ocasión la responsabilidad moral, la naturaleza ética del compromiso que adquieren frente al electorado, frente a la sociedad, de la que deberían ser sus aliados objetivos, sus valedores frente a los abusos del poder. Porque si no se lo han planteado nunca, no deberían dedicarse a la política. Si frente a la corrupción, conociendo datos y hechos, la oposición calla, ¿en quién puede confiar la sociedad? ¿A quién van a votar los electores?

En estas pasadas elecciones autonómicas, el PP ha perdido en Aragón unos 12.000 votos, creo recordar, mientras que el PSOE se ha mantenido sensiblemente igual. 12.000 personas que confiaron en anteriores ocasiones en el PP y en esta ocasión no le han creído merecedor de esa confianza.

Haría bien el PP de Aragón en recordar que si renuncia a ser instrumento para la participación política de sus militantes, si renuncia a ser un referente nítido del centro derecha y si renuncia a hacer oposición, está renunciando a ser alternativa. Porque supongo que quiere serlo. Alternativa.

3 comentarios:

Abel Sancho Tomás dijo...

Bravo, análisis perfecto. El PP de Aragón es cerradísimo, no se si por cansancio, por complejo, o porque sí, y así no se llega a ningún sitio.

En la oposición hay tiempo para pensar estrategias, trabajar ideas menos inmediatas, y sobre todo, denunciar los casos de corrupción, y yo no he visto nada de eso.

cartapacio.liberal dijo...

Has trasladado un comentario importante: "el pp debe ser el eco de los que no están contentos con el actual gobierno, y "por tanto" de sus votantes? ¿Cómo trabajan nuestros diputados aragoneses para conocer el sentir popular y trasladarlo a las Cortes? y... luego, ¿cómo nos hacen llegar los desplantes, los nos a nuestras propuestas... los secarismos... y "si se da alguna vez"... los acuerdos conseguidos desde nuestros posicionamientos?... "aunque sea previo a la presentación de las normativas legislativas, las ayudas al campo, las subvenciones a entidades sociales, etcétera".

¡que se note que trabajan!... porque supongo que sí trabajan.



frid

Oroel dijo...

Gracias Abel y Frid:

Hoy aparece en el Heraldo una frase que parece referida expresamente a mi artículo: “Las críticas no serán agradables, pero son necesarias” (Winston Churchill)

Este gobierno que padecemos, y me refiero concretamente al autonómico, al que dirigen el biunvirato Marcelino-Biel, tiene tres rasgos básicos que lo definen: Corrupción, corrupción y corrupción. Es esencial y absolutamente corrupto. Pero en el PP de Aragón no se han enterado, quizás por el aislamiento en que vive ese Sanedrín al que me refería y a su falta de contacto con la gente fuera del estrecho círculo político en el que se mueven desde hace años. Como tampoco se han enterado de que Aznar ganó las elecciones en 1996 gracias a su denuncia implacable de la corrupción socialista, cuando los escándalos salían a la luz a razón de uno a la semana. Bien es cierto que a nivel nacional la prensa jugó un papel de investigación y denuncia irremplazable, que fue eficazmente aprovechado por un Aznar sin complejos y sin ningún tipo de miedo o reserva.

En Aragón la prensa falla, “the press fails”. Las denuncias, cuando se producen, son esporádicas, tibias, matizadas. E incluso muy sesgadas. Que el Heraldo haya dedicado el esfuerzo y espacio que conocemos respecto a las irregularidades en la contratación de un trabajador del grupo municipal popular en el Ayuntamiento de Zaragoza, ignorando las irregularidades, que multiplican por miles de veces las de este caso, que se producen en la Administración autonómica, en las empresas públicas y en las comarcas, puede ser calificado de escándalo.

He hablado de corrupción, corrupción... Creo haber dado ya pistas suficientes, pero voy a facilitarles la labor: me refería a la corrupción en la Administración autonómica, a la corrupción en las comarcas y a la corrupción en las empresas públicas.

Estos meses pasados, gracias a un pacto sorprendente y audaz, el PP se ha hecho con la presidencia de la comarca de Daroca, desalojando al PAR. A estas alturas, desde esa privilegiada posición, ya debería haber un dossier completo de todas las irregularidades detectadas en esa comarca y perpetradas en la anterior legislatura. ¿Lo tiene ya el PP? No debe tenerlo, porque si no, ¿por qué no lo ha hecho público? ¿a qué espera? Y de la misma forma, en cada una de las comarcas debería tener un listado de todas las contrataciones de familiares que conozca. No es posible que si a esta lejana atalaya capitalina llegan los ecos y rumores de esas contrataciones, en las comarcas, donde todo el mundo se conoce, no se tengan los datos pormenorizados, clasificados y ordenados. Y no es posible que a estas fechas no se esté en disposición de darlos a conocer a la opinión pública, de denunciarlos en la tribuna de las Cortes y de publicarlos en la prensa. Y si falla la prensa aragonesa, recurrir a la nacional.

Las comarcas y las empresas públicas no se han creado para enriquecerse, o no especialmente para eso. Se han creado para algo más modesto pero en los tiempos que corren mucho más importante: para colocar a la clientela y a los familiares. Eso es mucho menos expuesto, crea una red clientelar fidelísima y permite eludir cualquier control gracias a la complicidad de los servicio jurídicos: no se pueden dar datos personales, ni siquiera el nombre de los contratado, porque ello viola su derecho a la intimidad. Es decir, se crean para colocar a los familiares, y luego se blinda cualquier posibilidad de investigación a las Cortes. Fastuoso. Pero el PP parece incapaz de denunciar eso tan elemental y tan obvio.

Mientras no rompa ese círculo vicioso, no conseguirá ser alternativa.

Un abrazo.

Oroel

PD: Abel ha dicho que el PP de Aragón es cerradísimo. Un coto cerrado imagino que ha querido decir. Y tiene razón. Sólo le veo una solución: ábrase. Mientras permanezcan así, el partido irá languideciendo hacia la irrelevancia.


Número de visitas