miércoles, octubre 03, 2007

El exilio vasco

Aquella célebre frase de Arzalluz: “unos mueven el árbol y otros recogen las nueces”, referida a los papeles que han jugado respectivamente ETA y PNV, tiene su más directa constatación en el exilio vasco ocurrido en los últimos treinta años de supuesta democracia. Sólo supuesta, en el País Vasco. Porque sobre esa realidad de sangre y terror se asienta todo el proyecto soberanista de Ibarretxe.

Si hoy gobierna el PNV en el País Vasco es gracias a esa limpieza étnica e ideológica que ha practicado ETA. Y eso Ibarretexe lo sabe, aunque nunca lo reconocerá. ¿O acaso cree que si toda esa gente no hubiera tenido que exiliarse, él estaría gobernando? Sabe que no.

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Todo esto, en Europa y a caballo de los siglos XX y XXI. ¡Qué vergüenza para los vascos!

Pero por otro lado, ¿en qué condiciones piensa Ibarretxe celebrar el referéndum que ha anunciado? Imaginemos que un partido cualquiera, el PP por ejemplo, pretendiera celebrar un mítin para solicitar el “no” a la autodeterminación, a la independencia o al enunciado soberanista que proponga el lehendakari. Tanto los intervinientes, normalmente protegidos por escoltas, como los asistentes, inermes, estarían poniendo en peligro sus vidas. Riesgo del que están libres todos aquellos que propugnen el “sí”. ¿Puede celebrarse un referéndum, al margen de otras consideraciones legales, en esas condiciones?

Y en otro orden de cosas, ¿aceptaría el lehendakari que puedan votar todos los vascos que han tenido que exiliarse a causa del terror?

Alguien que pretenda convocar una consulta popular en esas tramposas condiciones de excepcionalidad es un infame. Directamente.

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