La foto está tomada en el tradicional mitin de Rodiezmo, hace escasos días. ¡Qué foto, Dios mío!
Observen que ninguno de los tres personajes que allí se ven tiene apenas experiencia laboral fuera de la política, y que las dos muchachas, con poco más de treinta años, sin ninguna preparación especial, ni experiencia, ni ninguna dote sobresaliente, cobran sueldos con los que la mayoría de los trabajadores del país, con muchos más conocimientos y experiencia, no pueden ni soñar. Cuentan que, por ejemplo, la Pajín -con esa cara, sí-, en el centro de la foto, ronda los quince mil euros mensuales.
Y observen que a los tres, sus puestos de trabajo les vienen grandes. Muy grandes.
La canción que entonan, la Internacional, que casi todo el mundo conoce, comienza así: “Arriba, parias de la Tierra, en pie, famélica legión…” El suyo, claramente, es un caso sobresaliente de empatía, porque conocen a los parias de la Tierra de oídas y referencias lejanas. Nunca han visto uno de cerca, ni saben -salvo, ya digo, por referencias- cuales son sus problemas, aspiraciones o sueños. No saben ni a qué huelen. Pero han decidido erigirse en sus representantes. Y un buen número de españoles (no sé si trabajadores, jubilados o parados) los consideran, a la vista de los resultados de dos elecciones generales consecutivas, sus mejores representantes.
Cosa que a mí, el que esos tres megapijos puedan representar a los trabajadores, jubilados o parados de este país, obviamente, me sorprende enormemente.
Observen que ninguno de los tres personajes que allí se ven tiene apenas experiencia laboral fuera de la política, y que las dos muchachas, con poco más de treinta años, sin ninguna preparación especial, ni experiencia, ni ninguna dote sobresaliente, cobran sueldos con los que la mayoría de los trabajadores del país, con muchos más conocimientos y experiencia, no pueden ni soñar. Cuentan que, por ejemplo, la Pajín -con esa cara, sí-, en el centro de la foto, ronda los quince mil euros mensuales.
Y observen que a los tres, sus puestos de trabajo les vienen grandes. Muy grandes.
La canción que entonan, la Internacional, que casi todo el mundo conoce, comienza así: “Arriba, parias de la Tierra, en pie, famélica legión…” El suyo, claramente, es un caso sobresaliente de empatía, porque conocen a los parias de la Tierra de oídas y referencias lejanas. Nunca han visto uno de cerca, ni saben -salvo, ya digo, por referencias- cuales son sus problemas, aspiraciones o sueños. No saben ni a qué huelen. Pero han decidido erigirse en sus representantes. Y un buen número de españoles (no sé si trabajadores, jubilados o parados) los consideran, a la vista de los resultados de dos elecciones generales consecutivas, sus mejores representantes.
Cosa que a mí, el que esos tres megapijos puedan representar a los trabajadores, jubilados o parados de este país, obviamente, me sorprende enormemente.
Me gustaría poder preguntar a cualquiera de esos votantes del PSOE: ¿de verdad cree usted que esos tres personajes son de los suyos? ¿Qué cree que pensaría Pablo Iglesias si levantara la cabeza?
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