“Merecemos un Gobierno que no nos mienta”. ¿Recuerdan ustedes? Fue la frase con que nuestro Fouché particular, Rubalcaba, se permitió romper la jornada de reflexión, el 13 de marzo de 2004. Ha llovido desde entonces. Luego ha resultado que ningún gobierno nos ha mentido tanto como éste. Y nadie más que su presidente.
Hay, como digo, muchas formas de mentir:
Hacer afirmaciones sin ninguna base en que sustentarlas, más allá del deseo de que sean ciertas, y sabiendo que el interlocutor, la opinión pública, también está deseando que lo sean, es una clara forma de mentir. Anunciar que no hay crisis, que nuestro país está en la Chmapions League de la economía, que nuestro sistema financiero es el más sólido del mundo o que ya se vislumbran “brotes verdes” sin ningún dato objetivo que avale tales afirmaciones, es, lisa y llanamente, mentir.
Hacer anuncios de compromisos futuros sujetos a determinadas condiciones, y realizar lo anunciado sin que se cumplan aquellas condiciones, es otra forma de engañar.
Dos ejemplos:
Uno, la retirada de las tropas de Irak si antes del 30 de junio de 2004 la ONU no respaldaba la intervención. Las tropas, como se recuerda, se retiraron antes de que se cumpliera el plazo y además finalmente sí se produjo el aval de la ONU en el plazo exigido por Zapatero, y con el respaldo además del gobierno español.
Y dos, el diálogo con ETA condicionado a la existencia de pruebas inequívocas del abandono de la violencia. Se dialogó, como se recordará, cuando todas las evidencias demostraban precisamente lo contrario, que ETA ni había abandonado la violencia ni tenía intención de hacerlo. La recaudación de fondos por la banda mediante la extorsión continuó. ¿Para qué recaudarían fondos, para obras de caridad? Siguió la violencia callejera. E incluso, por si hubiera alguna duda, el robo de armas en Francia. Y se siguió negociando.
Y por último, una de las más evidentes: callar lo que no interesa que se sepa. Decir la verdad a medias, tal como ha ocurrido en el último debate en el Congreso en materia económica.
Rodríguez Zapatero ha explicado que en otros países europeos (Francia, Alemania…) la contracción del PIB ha sido mucho más intensa que en España, lo que es cierto. Pero no ha explicado por qué con esa intensa y mayor contracción del PIB su pérdida de empleo ha sido menor que la española, ni, sobre todo, por qué ellos (incluidos Portugal o Grecia) ya tienen cifras positivas de crecimiento y nosotros todavía seguimos cayendo.
Rodríguez Zapatero ha afirmado que los organismos económicos internacionales ya anuncian el fin de la crisis, pero ha eludido decir que auguran una salida mucho más retrasada para España.
Y Rodríguez Zapatero no ha sido capaz de informar a los españoles -ni al Congreso de los Diputados- de cómo ni dónde piensa obtener los 15.000 millones adicionales por la subida de impuestos, ni cómo piensa cubrir el resto del déficit previsto, que multiplica por cuatro esa cantidad. Ni ha sido capaz de explicar todavía, a pesar de que ya han transcurrido varios meses, el reparto que surge del nuevo modelo de financiación autonómica. Nos oculta información, lo que demuestra que no nos tiene ningún respeto o, quizás peor todavía, que ni él, que es quien genera esa información, conoce todos los datos y todas las implicaciones de sus decisiones.
Y por último, una de las más evidentes: callar lo que no interesa que se sepa. Decir la verdad a medias, tal como ha ocurrido en el último debate en el Congreso en materia económica.
Rodríguez Zapatero ha explicado que en otros países europeos (Francia, Alemania…) la contracción del PIB ha sido mucho más intensa que en España, lo que es cierto. Pero no ha explicado por qué con esa intensa y mayor contracción del PIB su pérdida de empleo ha sido menor que la española, ni, sobre todo, por qué ellos (incluidos Portugal o Grecia) ya tienen cifras positivas de crecimiento y nosotros todavía seguimos cayendo.
Rodríguez Zapatero ha afirmado que los organismos económicos internacionales ya anuncian el fin de la crisis, pero ha eludido decir que auguran una salida mucho más retrasada para España.
Y Rodríguez Zapatero no ha sido capaz de informar a los españoles -ni al Congreso de los Diputados- de cómo ni dónde piensa obtener los 15.000 millones adicionales por la subida de impuestos, ni cómo piensa cubrir el resto del déficit previsto, que multiplica por cuatro esa cantidad. Ni ha sido capaz de explicar todavía, a pesar de que ya han transcurrido varios meses, el reparto que surge del nuevo modelo de financiación autonómica. Nos oculta información, lo que demuestra que no nos tiene ningún respeto o, quizás peor todavía, que ni él, que es quien genera esa información, conoce todos los datos y todas las implicaciones de sus decisiones.
Porque, por si no se lo había dicho antes, Zapatero no sólo es un personaje extraordinariamente mendaz, tanto que es una parte esencial de su carácter, sino absolutamente irresponsable.
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3 comentarios:
Por mucho menos a un gobierno del PP le dan de gorrazos. A la gente no le importa que le engañen si procede de la izquierda. Así como no le importa que le roben su dinero para financiar los excesos del gobierno de ZP. Subirán el IVA, tabaco,... perjudicará a la economía aún más y es posible que la dejen en depresión, pero eso es indiferente porque tener un gobierno de izquierdas es más importante que esas minucias: unidad del Estado, economía seria, libertad, honestidad del gobierno, coherencia política, sentido de Estado,...
Habrás observado que con carácter general la gente peor preparada profesional e intelectualmente, los más vagos, los menos capacitados, los menos valientes para emprender, suelen decantarse por ideologías políticas colectivistas, lo que hoy llamamos idelogía de izquierdas. (No quiero que suene a descalificación global: también aquellos que a pesar de su mérito han sido injustamente tratados por la vida, que no han tenido suerte o la han tenido muy mala...) Todos ellos apelan, con una lógica aplastante, a la igualdad y a la solidaridad.
Por el contrario, y también con carácter general, los mejor preparados, los más competitivos intelectualmente, los más esforzados, tenaces, quienes creen en el mérito personal y en la propia responsabilidad (que es el correlato ineludible de la libertad)suelen apostar por políticas liberales, porque son las que más oportunidades brindan, las que más y mejor remuneran la iniciativa, el esfuerzo y la inteligencia. (También, por supuesto, quienes han tenido suerte, a pesar de no merecerla)
Tiene su lógica. Eso es lo que hace también que los votantes de la derecha sean más exigentes hacia sus líderes y mucho menos conformados. Menos manipulables también.
Hablando siempre, por supuesto, en términos muy generales pero perfectamente válidos, creo.
La misma noche de ganar zETApé la elecciones por primera vez, un amigo sociata me dijo que Aznar lo había hecho muy mal con la guerra de Iraq. Le pregunté de qué guerra me hablaba si de la 1ª o la 2ª guerra de Iraq y su respuesta fue: "¿Qué?".
Después me dijo que si zETApé retiraba las tropas guay y que si no lo hacía o, incluso, mandaba más soldados que también guay del Paraguay.
En ese momento lo comprendí todo. Y así vamos...
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