lunes, abril 19, 2010

Las dos Españas

Claro que hay dos (o quizás más) Españas, pero no son la izquierda y la derecha.

A lo largo de los años han sido muchos los autores que han reflexionado sobre ello, y cada uno ha hallado sus dos peculiares Españas. Y todas ellas existen.

Tomado de un artículo de Gregorio Marañón (14 de abril de 1932): Un año de república. España en franquía.

En torno a la República se trata de perpetuar en España la lucha tradicional, no entre derechas e izquierdas, como ligeramente suele decirse, sino entre energúmenos y hombres sensatos, que son los que hoy se oponen entre sí, cualquiera que sea su filiación.

Tomado de un artículo de Pedro Juan Viladrich (30 de enero de 2010): El sexto sentido

Hay dos Españas. No son la izquierda y la derecha. Menuda simplificación para consumo de bobos y progres.

Hay una España en “la izquierda y en la derecha”, la pícara y sanguijuela, la astuta e inmoral cuyo ocupación ideal es ganar mucho dinero con el menor trabajo posible, la de la culpa siempre la tiene el otro, irreal, vanidosa, despilfarradora y chulesca, que gusta de la mentira y la farsa.

Hay otra España “en la derecha y en la izquierda”, la honrada y trabajadora, la que pone el sudor, la espalda, la disciplina y el sacrificio, la que tiene los hijos y los educa en un hogar y en el mejor colegio que puede, la que todavía cree en el mérito, el esfuerzo y el trabajo bien terminado, la del “cobro lo que es justo”, la que cree que ser y aparentar debieran coincidir, la que siente el orgullo y el honor de nuestra identidad e historia, la realista, a la que disgusta la mentira y la farsa.

¿Será tan necia la España parásita que ignora que le será imposible sobrevivir si muere la España honrada? El drama entre ambas Españas se está tensando y el desenlace -el que tenga que ser en democracia y Derecho- se acerca.

Tomado de un artículo de Ignacio Camacho (19 de abril de 2010): Extrema izquierda

Las únicas dos Españas actuales son la de una inmensa mayoría estable y sosegada y la de unas vociferantes y minúsculas facciones de agitadores oportunistas y revisionistas exaltados.

Todavía hoy, y ese es mérito exclusivo de Zapatero, al que espero que la Historia trate con justicia, treinta y cinco años después de la muerte de Franco, hay algún repartidor de credenciales de demócrata -pseudoprogre, por supuesto, investido de ese plus de legitimidad que sólo cree tener la izquierda- que te exige la condena del franquismo. Con cuatro millones y medio de parados y más de un cuarenta por ciento de paro juvenil. Resucitando las otras dos Españas. No aprendemos.

Adenda: Y Zapatero frotándose las manos.
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