miércoles, agosto 29, 2007

Empresas públicas y Democracia

Que la creación de empresas públicas en Aragón está hurtando del control político y del conocmiento de la opinión pública grandes parcelas de gestión es un hecho incontrovertible. Algo que estamos aceptando con una sorprendente mansedumbre, sin percatarnos de que supone una abdicación de los principios democráticos y de nuestros derechos como ciudadanos. Porque tenemos, entre otras cosas, derecho a saber.

Omertá institucional

Aragón: ¿está vigente el Estado de Derecho?

No sólo hay que contar con la clamorosa falta de respuesta del gobierno de Aragón a las preguntas formuladas por la oposición sobre las empresas públicas, o las irregularidades de gestión detectadas por el Tribunal de Cuentas con enorme retraso, sino las sospechas y denuncias, de momento sólo difundidas en conversaciones privadas entre funcionarios, sobre las contrataciones de militantes y familiares de los partidos en el poder, y que, extrañamente, ni son utilizadas por la oposición en su legítima función de control, ni trascienden a la opinión pública. Somos muchos quienes pensamos que, al igual que sucede con las comarcas, las empresas públicas no son sino una cantera de empleo preferente para la militancia de los dos partidos gobernantes y quién sabe si una fuente de financiación. La ausencia de control e información, la deliberada opacidad de su gestión, permiten formularse legítimamente todas esas cuestiones. ¿Por qué, si no, ocultan una información que vendrían obligados a dar? Con ese secretismo todo es posible.

Contrataciones de personal en empresas públicas aragonesas

El Gobierno no informará de las empresas públicas

Sabemos ahora que los partidos en el gobierno han excluido al principal partido de la oposición de los órganos de control de Gestión de Residuos Huesca S. A. Una forma de garantizar el secreto de sus actuaciones y la ausencia de incómodos testigos. Algo que no debería aceptarse en democracia.

El PP se queda fuera de los órganos de control de la empresa GRHUSA

El control y la transparencia de la gestión de las empresas públicas debe ser uno de los principales ejes de trabajo de la oposición en esta legislatura. Por ese sumidero se nos pueden perder nuestra Democracia y nuestro dinero. La Democracia se pierde, sin más, pero el dinero no. ¿A qué bolsillos puede ir a parar éste último? Pueden ustedes deducirlo viendo el cambio de estatus de la militancia de los dos partidos gobernantes.

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