El 21 de abril de 2005 podría pasar a la reciente historia de Aragón como “el día de la infamia”. Porque ese día se perpetró, se escenificó más bien, la inmensa traición del PSOE al pueblo aragonés en materia hidráulica.
La política hidráulica ha sido uno de los ámbitos donde más se ha manipulado a la opinión pública aragonesa y donde ésta se ha volcado con más energía e inconsciencia para defender lo que ha creído “suyo”, sin serlo. Todas las energías del pueblo aragonés se han puesto en marcha como nunca antes en la oposición al Trasvase del Ebro, sin reparar en que era mucho más lo que estaba en juego y mucho más lo que finalmente nos han robado.
Que ese día, con dos acontecimientos tan significativos y tan contradictorios haya pasado desapercibido para los aragoneses es lo que me induce a llamarlo, creo que con más precisión, “el día de la inopia”. Porque ese día estuvo en la inopia el pueblo aragonés, sus medios de comunicación, que apenas lo reseñaron sin destacar su relevancia, y, especialmente, los políticos de la oposición, que no han sabido denunciarlo ni mostrar a los ciudadanos ni lo que pasó realmente, ni su importancia.
He dicho que el agua del Ebro, a lo que me refería antes, no es del pueblo aragonés, ni de Aragón. Nadie nos puede robar por tanto lo que no es nuestro. Y no lo digo yo; lo dice la Constitución en su artículo 128: “Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general”. Cuestión distinta es si el Trasvase a Levante o cualquier otro uso distinto y alternativo es más útil al interés general. Pero el Trasvase, a la vista de los caudales manejados en el PHN del PP y de sus condiciones nunca fue una amenaza para Aragón, ni comprometía su desarrollo. Y quien diga lo contrario está faltando a la verdad. ¿Cómo, sin embargo, se ha podido decir con esa ligereza sin que haya habido la respuesta adecuada? He dado ya, en otro artículo, datos suficientes, creo, para sostener y argumentar lo que digo.
Ese día, el 21 de abril de 2005, se votaba en las Cortes de Aragón una proposición no de Ley del PP de apoyo a la Reserva Hidráulica aprobada en el Pacto del Agua, y que el anterior PHN, el del PP, contemplaba expresamente, mientras que en el del PSOE, esa Reserva había desaparecido. El PSOE, junto con el resto de los partidos, la apoyó. Hubo una rara unanimidad.
Pero ese mismo día se debatía en el Congreso la Ley de Modificación del PHN, que el PSOE había puesto en marcha de forma urgente por el procedimiento del Decreto Ley. En el curso de ese debate se votó una propuesta del PP, en similares términos que la presentada en las Cortes de Aragón, de apoyo a la misma Reserva Hidráulica. Todos los diputados socialistas aragoneses votaron, junto con el resto de su partido, en contra. El PSOE aragonés, sus representantes en las cámaras nacional y autonómica votaron pues de forma distinta. Ni que decir tiene que la proposición de las Cortes aragonesas era testimonial, mientras que la del Congreso era determinante.
El Trasvase, cuya captación se realizaría aguas abajo de Aragón, que deja escapar bastante más de 10.000 Hm3 anuales (con una media que en los últimos 50 años rondará los 14.000 Hm3, aunque si nos centramos en los últimos veinte, habrá bajado a 12.000 ó 13.000 Hm3), necesita un caudal de 1.050 Hm3. ¿Supone eso una amenaza para nuestros intereses, pudiendo trasvasarlo además en invierno y embalsarlo en destino? Hemos “ganado” por tanto 1.050 Hm3 que ni son nuestros, ni aprovechamos ni vamos a hacerlo, ni comprometen nuestro crecimiento, pero se nos ha robado una Reserva Hidráulica de 6.550 Hm3 que sí es vital para nuestro desarrollo.
Que ese día, con dos acontecimientos tan significativos y tan contradictorios haya pasado desapercibido para los aragoneses es lo que me induce a llamarlo, creo que con más precisión, “el día de la inopia”. Porque ese día estuvo en la inopia el pueblo aragonés, sus medios de comunicación, que apenas lo reseñaron sin destacar su relevancia, y, especialmente, los políticos de la oposición, que no han sabido denunciarlo ni mostrar a los ciudadanos ni lo que pasó realmente, ni su importancia.
He dicho que el agua del Ebro, a lo que me refería antes, no es del pueblo aragonés, ni de Aragón. Nadie nos puede robar por tanto lo que no es nuestro. Y no lo digo yo; lo dice la Constitución en su artículo 128: “Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general”. Cuestión distinta es si el Trasvase a Levante o cualquier otro uso distinto y alternativo es más útil al interés general. Pero el Trasvase, a la vista de los caudales manejados en el PHN del PP y de sus condiciones nunca fue una amenaza para Aragón, ni comprometía su desarrollo. Y quien diga lo contrario está faltando a la verdad. ¿Cómo, sin embargo, se ha podido decir con esa ligereza sin que haya habido la respuesta adecuada? He dado ya, en otro artículo, datos suficientes, creo, para sostener y argumentar lo que digo.
Ese día, el 21 de abril de 2005, se votaba en las Cortes de Aragón una proposición no de Ley del PP de apoyo a la Reserva Hidráulica aprobada en el Pacto del Agua, y que el anterior PHN, el del PP, contemplaba expresamente, mientras que en el del PSOE, esa Reserva había desaparecido. El PSOE, junto con el resto de los partidos, la apoyó. Hubo una rara unanimidad.
Pero ese mismo día se debatía en el Congreso la Ley de Modificación del PHN, que el PSOE había puesto en marcha de forma urgente por el procedimiento del Decreto Ley. En el curso de ese debate se votó una propuesta del PP, en similares términos que la presentada en las Cortes de Aragón, de apoyo a la misma Reserva Hidráulica. Todos los diputados socialistas aragoneses votaron, junto con el resto de su partido, en contra. El PSOE aragonés, sus representantes en las cámaras nacional y autonómica votaron pues de forma distinta. Ni que decir tiene que la proposición de las Cortes aragonesas era testimonial, mientras que la del Congreso era determinante.
El Trasvase, cuya captación se realizaría aguas abajo de Aragón, que deja escapar bastante más de 10.000 Hm3 anuales (con una media que en los últimos 50 años rondará los 14.000 Hm3, aunque si nos centramos en los últimos veinte, habrá bajado a 12.000 ó 13.000 Hm3), necesita un caudal de 1.050 Hm3. ¿Supone eso una amenaza para nuestros intereses, pudiendo trasvasarlo además en invierno y embalsarlo en destino? Hemos “ganado” por tanto 1.050 Hm3 que ni son nuestros, ni aprovechamos ni vamos a hacerlo, ni comprometen nuestro crecimiento, pero se nos ha robado una Reserva Hidráulica de 6.550 Hm3 que sí es vital para nuestro desarrollo.
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¿Por qué ha desaparecido la Reserva Hidráulica del PHN? Ya lo he dicho en otros artículos: por exigencia de ERC.
Observen que la Proposición no de Ley partió del PP, como todo el resto de las iniciativas que sobre esta u otras materias hidráulicas se han votado en las Cortes, y de las que podremos hablar en próximas ocasiones. Nunca, ninguna ha partido del PSOE, aunque luego las ha apoyado todas. Las ha apoyado aquí, recuerdo. En Madrid ha votado en contra. Como hizo el día de la inopia. ¿Alguien ha oído alguna explicación de Marcelino Iglesias? Ninguna, por supuesto. Nos prefiere así, en la inopia.
Observen que la Proposición no de Ley partió del PP, como todo el resto de las iniciativas que sobre esta u otras materias hidráulicas se han votado en las Cortes, y de las que podremos hablar en próximas ocasiones. Nunca, ninguna ha partido del PSOE, aunque luego las ha apoyado todas. Las ha apoyado aquí, recuerdo. En Madrid ha votado en contra. Como hizo el día de la inopia. ¿Alguien ha oído alguna explicación de Marcelino Iglesias? Ninguna, por supuesto. Nos prefiere así, en la inopia.
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