sábado, octubre 23, 2010

"Veo y escucho todo lo que haces"

La frase se la dijo Rubalcaba hace tiempo al diputado popular, Carlos Floriano, en una tensa discusión en los pasillos del Congreso.


Bien, Rubalcaba acaba de ser “ascendido” en el Gobierno, y concentra en sus manos la titularidad de la Vicepresidencia primera, el Ministerio de Interior y el cargo de Portavoz del Gobierno.

Y por las razones que sean, dicen que la oposición tiene miedo de esa acumulación de poder en semejante personaje. Quizás sea fundado. Aunque, si lo tienen, creo que es excesivo y están magnificando las capacidades del personaje, que pese a su inteligencia, astucia, capacidad de trabajo y falta de escrúpulos, también tiene sus puntos débiles.



Por supuesto, no diré que ese miedo sea infundado, pero sí que es exagerado.

“El comando Rubalcaba puede detener muchos etarras, pero no crear empleos”.

La frase, certera, es de José María Carrascal. No dice ninguna mentira, por supuesto, sino, al revés, una verdad tautológica. Pero da por supuesto que, si no la única, sí la principal misión de Rubalcaba es la lucha contra ETA para conseguir su rendición definitiva en dieciocho meses. Y yo no creo que sea así. Tampoco lo creen un gran número de comentaristas.

Tengo la convicción de que la principal misión de Rubalcaba en estos dieciocho meses que restan de legislatura es el descrédito del PP, la puesta en marcha del ventilador, el funcionamiento del sistema de espionaje telefónico SITEL a pleno rendimiento, las filtraciones a la prensa, las detenciones de miembros de la oposición por simples indicios -siempre en presencia de las cámaras, oportunamente avisadas- y, a ser posible, su procesamiento con gran despliegue de medios informativos… Quizás me equivoque, pero creo que ese va ser el escenario en que nos vamos a mover en el próximo año y medio.

Estos días, cuando ha tomado posesión de su cargo lo ha hecho posando delante de su retrato, sensiblemente más joven, de cuando formó parte de los gobiernos de Felipe González. Recuerden que fue portavoz del Gobierno cuando surgió el escándalo de los GAL. “No hay pruebas ni las habrá” fue una de sus frases más célebres. Y las hubo, vaya si las hubo.

Salió indemne de aquello, a pesar de que su conocimiento del asunto debió ser bastante profundo. Pero en aquel entonces, cuando sólo era Portavoz y él negaba toda implicación del Gobierno, la gente le miraba, le mirábamos, por encima del hombro. De su hombro, quiero decir, tratando de ver lo que se ocultaba a sus espaldas. Nadie reparaba en él, más atentos a lo que se ocultaba tras sus tenaces negativas.

Pero hoy no, hoy no miraremos a su espalda, a ver quien se oculta tras ella. Hoy le miraremos a él. Porque como genuina criatura de la noche que es, no soporta la luz. Y ahora va a estar bajo los focos. Donde debe estar. Y el PP debe tenerlo siempre bajo los focos, sin apagarlos ni un minuto. Es la forma de neutralizarlo.




Me quedo con esta frase del colectivo Gees en Libertad Digital: “Como Putin, es tal el número de escándalos acumulados, de enemigos creados, represaliados, humillados, o papeles y testigos incriminatorios por ahí diseminados, que su poder puede perecer antes de asentarse definitivamente”.

A los vampiros se les combate con un arma tan sencilla como eficaz: la luz del sol. Así pues, luz para Rubalcaba. Mucha luz. Al fin y al cabo, la luz es la esencia de la democracia, ¿no es así?

PD1.: Por cierto, Rubalcaba es químico, o sea que debe saber las diferencias entre la Goma 2 y el Tytadine y entendería las prolijas explicaciones de Antonio Iglesias en su libro.

PD2.: El señor Lobo
.

2 comentarios:

Natalia Pastor dijo...

En cualquier otro país Rubalcaba estaría en prisión.
Eso es lo preocupante,Oroel, y lo que denota que tipo de democracia y justicia tenemos en este país.
El GAL y la cal viva ,violar la jornada de reflexión, estar como Ministro en un asunto tan grave y escándaloso como es el chivatazo del Faisán... y ahí sigue.
Y eso es lo que debe tenernos en alerta y ojo avizor: que Rubalcaba ha salido impune de todas sus fechorias.

Oroel dijo...

Querida Natalia:

Ese refrán que dice que las apariencias engañan debería ser matizado con el siguiente complemento: “muy pocas veces”, para ser enteramente cierto. Siempre he creído que es mucho más cierto, o muchas más veces, su contrario: “las cosas son lo que parecen”.

Juzgando a Rubalcaba desde esta segunda perspectiva, desde lo que parece su gestión, muy posiblemente estemos frente a un mafioso y no frente a un político. Desde luego, su trayectoria política hiede. Y por supuesto no creo que estemos frente a un demócrata.

La democracia, aunque requiera también de cloacas, es transparencia. Y si hay cloacas es porque ha y delincuencia y delincuentes frente a los que no siempre es posible luchar con las armas de la ley. Pero las cloacas deben ser una excepción, y su tránsito por ellas lo menor posible.

Reconozco que no soy muy escrupuloso frente al GAL o por lo menos frente a sus propósitos. Todos los países lo han hecho. Margaret Tatcher reconoció sin ambages que ella dio la orden de disparar a matar contra dos terroristas del IRA abatidos en Gibaltrar y no hubo fariseismo alguno. Hasta la oposición calló. Aquí, lamentablemente, el GAL fue una chapuza y además, como pasa siempre con los socialistas, se aprovechó para desviar los fondos reservados para el lucro personal de los dirigentes. Lo llevan en la sangre.

Pero cuando esas cloacas se emplean para la lucha contra los rivales políticos, o como en el caso Faisán, para encubrir a los delincuentes en lugar de perseguirlos, ya estamos hablando de otra cosa. Aquí si hay delincuencia, intriga, traición y comportamientos mafiosos. Algo en lo que Rubalcaba se mueve con maestría. Porque, como he dicho, posiblemente no estemos ante un político, sino frente a otra cosa.

Pero he señalado que para combatirlo basta un arma muy sencilla: la luz. Tu blog y el mío, hablando del personaje, contribuyen a lanzar luz sobre él. No comprendo cómo puede ser el miembro más valorado del Gobierno. Quizás porque la gente no conoce, y debe saber quién es, cómo es y lo que hace.


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