Las campañas electorales duran cuatro años. Algo que a estas alturas debería saber cualquier político profesional, salvo que sea muy mal profesional.
Y si un partido aspira a ser alternativa debe ejercer la oposición desde el primer día, e incluso demostrar que es capaz de llevar la iniciativa y, si es posible, desbordar al Gobierno con sus propuestas, o ponerlo contra las cuerdas y enfrentarlo a sus contradicciones. La burbuja inmobiliaria ha estallado, el Euríbor vuelve a subir, el paro se acentúa, la inflación está fuera de control... y el principal partido de la oposición está callado. Qué aliviado debe sentirse Zapatero.
Lean el artículo de Manuel Martín Ferrán sobre la siesta de veinte días que ha decidido tomarse el PP a nivel nacional:
Rajoy quiere ser segundo
Rajoy debería empezar a preocuparse cuando no sólo desde la COPE o el Mundo se empieza a sugerir la posibilidad de buscar un líder alternativo -que podría ser mujer-, sino que también empieza a recibir críticas por su pasividad desde las páginas de opinión del ABC.
Pero en Aragón las cosas están peor. Porque en el PP nacional han remontado 400.000 votos. Sin embargo en Aragón han vuelto a disminuir. Y ya van cinco elecciones consecutivas con descensos en el número de votos. Y no parece haber pasado nada, ni haber iniciado una fase de debate abierto, de movimiento entre la militancia más allá de las casi protocolarias y obligadas reuniones de los órganos directivos.
Me temo que Gustavo Alcalde, como Rajoy a nivel nacional, quiere ser el líder perpetuo de la oposición en Aragón, al menos hasta la jubilación. Lo que significa que Marcelino será presidente vitalicio.
Y si un partido aspira a ser alternativa debe ejercer la oposición desde el primer día, e incluso demostrar que es capaz de llevar la iniciativa y, si es posible, desbordar al Gobierno con sus propuestas, o ponerlo contra las cuerdas y enfrentarlo a sus contradicciones. La burbuja inmobiliaria ha estallado, el Euríbor vuelve a subir, el paro se acentúa, la inflación está fuera de control... y el principal partido de la oposición está callado. Qué aliviado debe sentirse Zapatero.
Lean el artículo de Manuel Martín Ferrán sobre la siesta de veinte días que ha decidido tomarse el PP a nivel nacional:
Rajoy quiere ser segundo
Rajoy debería empezar a preocuparse cuando no sólo desde la COPE o el Mundo se empieza a sugerir la posibilidad de buscar un líder alternativo -que podría ser mujer-, sino que también empieza a recibir críticas por su pasividad desde las páginas de opinión del ABC.
Pero en Aragón las cosas están peor. Porque en el PP nacional han remontado 400.000 votos. Sin embargo en Aragón han vuelto a disminuir. Y ya van cinco elecciones consecutivas con descensos en el número de votos. Y no parece haber pasado nada, ni haber iniciado una fase de debate abierto, de movimiento entre la militancia más allá de las casi protocolarias y obligadas reuniones de los órganos directivos.
Me temo que Gustavo Alcalde, como Rajoy a nivel nacional, quiere ser el líder perpetuo de la oposición en Aragón, al menos hasta la jubilación. Lo que significa que Marcelino será presidente vitalicio.
3 comentarios:
No es que Rajoy no haga oposición, es que no sabe hacerla.
En la pasada legislatura ha actuado sin ningún sentido, oponiéndose a todo por principio (y sin principios) ha entrado como un pardillo en todas las trampas que le ha puesto el PSOE (matrimonios homosexuales, ley de memoria histórica, educación para la ciudadanía,...)
No ha desaprovechado ni una ocasión para aparecer como un partido carca y agrio mientras los asuntos verdaderamente importantes se le escurrían entre los dedos.
Su oposición ha sido una desesperada huida hacia adelante en que ha conseguido marcar muchos goles (más que nunca en su historia) pero a costa de que le marquen a él unos cuantos más. El PSOE nunca había tenido tanto apoyo con un presidente peor. ¿Por qué? Porque una gran parte de España votaría a Marx (Groucho) antes de ver gobernando a Rajoy.
Esto es un hecho. Rajoy está quemado. Acabado. Que siga en el puesto no tiene más sentido que el que si se va ahora el PP está terminado ya. Si se queda, aguantará hasta la devacle de las próximas elecciones.
No desaparecerá, por supuesto, pero se va a quedar con un techo electoral de 6 a 8 millones que le imposibilitarán gobernar.
Tenemos ZP para rato a no ser que surja un líder-milagro.
Un saludo.
No puedo discutir contigo sobre este tema porque (1) los hechos -los resultados electorales- te dan la razón y (2) hablar del futuro es entrar en un terreno sujeto a múltiples variables y contingencias, y la principal -la crisis económica- acaba de irrumpir en nuestras vidas, aunque ya se venía advirtiendo de ella. No sabemos qué influencia tendrá en las previsiones del voto futuro. Cabe la posibilidad incluso de que la legislatura no concluya en plazo. Cualquiera sabe.
Que no se ha hecho buena oposición es un hecho, que los resultados confirman. Pero daría lo mismo que yo opinara que la oposición había sido buena. El resultado electoral es explícito e inapelable.
El problema, como dices, es que la consistencia del presidente da la medida de la oposición que no ha sabido batirle. Y esto es válido tanto a nivel nacional -Zapatero- como a nivel aragonés -Marcelino-. Podría entender que la gente prefiriera a Marx (Groucho) antes que a Rajoy, pero no puedo entender que prefieran a Zapatero, para mí el peor presidente de la democracia y un personaje que no me suscita sino desprecio: banal, mentiroso, rastrero, carente de principios y de escrúpulos... Mi fe en el pueblo español ha caído muchos enteros después del 9-M. No creo que tengamos mucho futuro como país si después de todo lo que llevamos viendo hemos sido capaces -y hablo colectivamente- de volver a votar a este impresentable. La falta de información hace esas cosas. Hemos -han- revalidado su confianza en un irresponsable que nos ha llevado a la ruina y que está dispuesto a pisotear sin pestañear los derechos y libertades ciudadanos con tal de seguir en el poder y lograr el apoyo nacionalista. En fin…
Me deprimo.
Un fuerte abrazo.
Oroel
Bueno estimado Oroel, no hay que exagerar. La democracia nunca, o casi nunca y en todo caso por accidente o en tiempos de zozobra (Churchill, Roosevelt, De Gaulle, Adenauer y muy pocos más), ha producido otra cosa que líderes mediocres. Está en la naturaleza de la gente confiar en sus iguales, y Zapatero no iba a ser una excepción. Tampoco Aznar lo fué, si a eso vamos. Es verdad que ZP de tan mediocre ya casi resulta excepcional el hombre, pero esto es lo que hay. Habrá que confiar en que la crisis saque a la luz al auténtico genio español, si es que tal cosa existe.
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