lunes, noviembre 09, 2009

La trama (comarcal) de captación clientelar

Hace ya unos cuantos años, presidiendo el Gobierno de Aragón Santiago Lanzuela se empezó a hablar de las comarcas y se inició el proceso legislativo que había de darle soporte legal.

El PP gobernaba entonces en coalición con el PAR, y la comarcalización era un empeño personal de José Ángel Biel, al que el PP se plegó para mantener la buena sintonía. Un error, sin duda.

Una de las promesas con que se nos vendió el invento fue el “coste cero” con que Biel pretendió justificarlas:

Flexibilidad y coste cero

Recuerdo que por aquellas fechas coincidí en el tren a Madrid con un diputado del PP al que conocía y que luego ha desaparecido de la escena pública, posiblemente por cuestiones laborales, y del que no he vuelto a saber. Hablamos precisamente sobre las comarcas, que en aquel entonces eran el tema político de actualidad. Él tenía sus reservas sobre el asunto, aunque por mandato político debía apoyarlas. Yo también tenía mis reservas, pero como no tenía mandato político ni podía apoyarlas ni oponerme eficazmente. Tampoco había Internet para desahogarme escribiendo en contra, como ahora. Recuerdo que le dije al diputado que consideraba, creo que textualmente, que Biel estaba preparando una “trama de captación clientelar” a su servicio. Y estoy seguro de haber empleado ese término textualmente porque luego lo he vuelto a usar muchas veces. Debo decir, con la perspectiva que da el tiempo, que aquellos temores míos no sólo se han visto confirmados, sino que han sido superados ampliamente por una realidad que se ha revelado repugnante y corrupta.

La mamandurria comarcal

El caso es que todos los partidos apoyaron el proceso, aunque luego en conversaciones privadas he oído a militantes del PSOE denostarlas. Saben perfectamente lo que son, lo que cuestan y para lo que sirven, aunque nunca lo reconocerán en público. Sólo Luisa Fernanda Rudi lo ha hecho muy recientemente, convirtiéndose por primera vez en el referente de lo que piensa -de lo que pensamos- mucha gente. Ya era hora.

Rudi arremete contra el alto coste de la comarcalización

Opinión de José Luis Trasobares sobre la comarcalización

Uno de los dramas de Aragón es la extraña coincidencia de todos los partidos políticos en torno a unos cuantos grandes consensos, con los que estoy convencido que una gran parte de la sociedad aragonesa, posiblemente la mayoría, está en franco desacuerdo. Uno es el de las comarcas y otro posiblemente el de la reforma estatutaria, que no se nos dejó ni votar; y seguro que hay más. Hay muchos temas en los que una gran parte de los aragoneses no tenemos un referente a quien votar ni nadie que nos represente en las instituciones.

Quizás haya influido en ese consenso el hecho de que las comarcas fueran otra marmita en la que todos los partidos tenían cuchara que meter. Una marmita que, por cierto, se hurta de la mesa de la que comen la sociedad y los contribuyentes. No se les puede quitar ya mucho más. Incluso convendría empezar a devolver a esa mesa muchas de las viandas que los partidos y las instituciones les han robado estos años para administrarlas ellos.

Pero hablaba de la falta de referentes. Ya es hora de que alguien asuma la necesidad de que la sociedad aragonesa, una parte importante de la misma vuelva a tenerlos. Posiblemente la pérdida de votos por parte de la derecha tenga su explicación en que ha sido precisamente su electorado el que ha carecido de referentes claros, sintiéndose poco y mal representado, en este y en tantos otros temas.


Porque, ¿quién nos representaba hasta ahora, hasta que se ha pronunciado Rudi, a los que estamos en contra de las comarcas?
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4 comentarios:

Insolidario dijo...

Oh!Oroel, el visionario!! Y a mí, que os apropiáis de símbolos como la bandera y el himno como si fueran vuestros, ¿quién me representa?

Oroel dijo...

Querido Insolidario:

¿Quién se apropia de la bandera y del himno?

¿Como si fueran vuestros? ¿De quién?

No sé a quién te refieres con ese plural, pero la bandera y el himno son míos, efectivamente, tanto como tuyos. Por lo tanto, si son míos, yo no me los apropio. No necesito hacerlo: ya son míos.

En la pasada campaña electoral francesa los mítines de Sarkozy acababan con el canto de la Marsellesa. Los de Ségolène Royal también.

Usa la bandera y el himno. Yo jamás te lo reprocharé, pero ni se te ocurra impedirme ni reprocharme su uso. Son, insisto, mi bandera y mi himno. Los de mi país. Los de mi Patria.

¿Quién te representa, preguntas? José Luis Rodríguez sin duda, aquel para el que la Nación era un concepto cuestionado y cuestionable. ¿Me equivoco?

Insolidario dijo...

Espera que me da la risa... A mí no me representa Zapatero pero mucho menos los patriotas que utilizan ilegalmente, repito, al margen de la ley, el himno en actos propagandísticos de partido (sí, ilegalmente porque la ley no lo permite). Lo único que me representa soy yo porque afortunadamente tengo muy claro mi concepto de nación, nacionalidad y Estado y creo que tú ni nadie debe imponerme nada y mucho menos cómo pienso. E insisto, porque ya me sé la matraca, no me representa ni Zapatero ni nadie del PSOE. Creo más en los estados que en las naciones pero no soporto que se utilice la bandera y el himno, que son solo eso, bandera y música, como arma arrojadiza.

Oroel dijo...

Querido Insolidario:

1.- Vale, no te representa Rodríguez. Quizás no seas irrecuperable para la cordura.

2.- ¿Actos propagandísticos de partido, dices? ¿Qué partido ha usado el himno nacional en sus actos? ¿Dónde? ¿Cuándo?

3.- ¿La ley no lo permite? Hay cosas que no sé, más de las que yo quisiera. ¿Puedes indicarme dónde y en qué términos se prohíbe el uso del himno nacional? Creo que hay una ley que indica cuándo y dónde “se debe” usar. Pero no dice cuándo y dónde “no se puede” usar. Y en una democracia está permitido todo lo que no está expresamente prohibido. Habrás de saber. Pero puedo estar equivocado. Acláramelo, por caridad.

4.- ¿Imponerte algo? ¿He tratado yo de imponerte algo? ¿He tratado yo de imponerte qué o cómo debes pensar?

5.- En toda la etapa democrática, no ha habido mayor dirigismo cultural e ideológico que el que está protagonizando este gobierno, el de Rodríguez.

6.- Yo no utilizo ni el himno ni la bandera como arma arrojadiza, sino como símbolo de lo que amo y de aquello con lo que me siento identificado. ¿Te vale?

Son mi himno y mi bandera. Te guste o no.


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