Distintas causas producen distintos efectos.
José Luis Rodríguez y sus palmeros se han hartado de decir que la crisis española era consecuencia de la crisis financiera internacional, y que además era imprevisible, puesto que ni los organismos internacionales fueron capaces de anticiparla.
Que ha habido crisis financiera internacional es cierto, y que en buena medida ha pillado por sorpresa a todos, también es cierto.
Pero la crisis española no es consecuencia únicamente de la crisis internacional sino que tiene factores propios en los que una gran cuota de responsabilidad corresponde a nuestros gobernantes, aunque traten de eludirla y atribuírsela al modelo heredado y a la crisis internacional.
Hay al menos dos rasgos diferenciales propios que caracterizan a la crisis española:
Primero, que no ha sido precisamente imprevisible, sino abundantemente anunciada y advertida desde todas partes y por centenares de expertos en intervenciones públicas y artículos. El propio Mariano Rajoy la anunció repetidas veces en la propia tribuna del Congreso ante el presidente del Gobierno, quien en su arrogancia, sólo superada por su ignorancia, desoyó todas las advertencias y avisos. En este mismo blog se anunció con bastante antelación lo que podía pasar.
La amenaza del “corralito”
La tormenta perfecta
Mira que se le advirtió
Parece sorprendente que el Gobierno español asistido por un Ministerio de Economía, por un Banco de España con su Servicio de Estudios y por una Oficina Económica del Presidente, fuera incapaz de anticipar lo que cientos o miles de expertos y ciudadanos normales advertíamos en base a los datos que se conocían y publicaban. A lo largo de estos últimos años, antes de que se declarara la crisis y de que la burbuja estallara ha habido miles de artículos, debates e intervenciones públicas en todos los medios, advirtiendo de lo que se nos venía encima. Pero eso sólo puede tener dos explicaciones: o bien que Zapatero, tal como lo que el conocimiento de su carácter permite aventurar, no escucha más que lo que quiere oír y si escucha no entiende, o que se ha rodeado de un verdadero ejército de incompetentes cualificados sólo en el arte de la adulación pero no en el de la Economía.
Segundo, que está durando más y está siendo más profunda que en los demás países. Si es cierto, como decía yo al principio y como la experiencia demuestra, que distintas causas tienen distintos efectos; y si nuestra crisis tiene características distintas, y más graves, que en los demás países, no puede sino concluirse que en España concurren otras causas distintas de la crisis financiera internacional que ha castigado a los demás países y de cuyo golpe ya se están recuperando.
José Luis Rodríguez y sus palmeros se han hartado de decir que la crisis española era consecuencia de la crisis financiera internacional, y que además era imprevisible, puesto que ni los organismos internacionales fueron capaces de anticiparla.
Que ha habido crisis financiera internacional es cierto, y que en buena medida ha pillado por sorpresa a todos, también es cierto.
Pero la crisis española no es consecuencia únicamente de la crisis internacional sino que tiene factores propios en los que una gran cuota de responsabilidad corresponde a nuestros gobernantes, aunque traten de eludirla y atribuírsela al modelo heredado y a la crisis internacional.
Hay al menos dos rasgos diferenciales propios que caracterizan a la crisis española:
Primero, que no ha sido precisamente imprevisible, sino abundantemente anunciada y advertida desde todas partes y por centenares de expertos en intervenciones públicas y artículos. El propio Mariano Rajoy la anunció repetidas veces en la propia tribuna del Congreso ante el presidente del Gobierno, quien en su arrogancia, sólo superada por su ignorancia, desoyó todas las advertencias y avisos. En este mismo blog se anunció con bastante antelación lo que podía pasar.
La amenaza del “corralito”
La tormenta perfecta
Mira que se le advirtió
Parece sorprendente que el Gobierno español asistido por un Ministerio de Economía, por un Banco de España con su Servicio de Estudios y por una Oficina Económica del Presidente, fuera incapaz de anticipar lo que cientos o miles de expertos y ciudadanos normales advertíamos en base a los datos que se conocían y publicaban. A lo largo de estos últimos años, antes de que se declarara la crisis y de que la burbuja estallara ha habido miles de artículos, debates e intervenciones públicas en todos los medios, advirtiendo de lo que se nos venía encima. Pero eso sólo puede tener dos explicaciones: o bien que Zapatero, tal como lo que el conocimiento de su carácter permite aventurar, no escucha más que lo que quiere oír y si escucha no entiende, o que se ha rodeado de un verdadero ejército de incompetentes cualificados sólo en el arte de la adulación pero no en el de la Economía.
Segundo, que está durando más y está siendo más profunda que en los demás países. Si es cierto, como decía yo al principio y como la experiencia demuestra, que distintas causas tienen distintos efectos; y si nuestra crisis tiene características distintas, y más graves, que en los demás países, no puede sino concluirse que en España concurren otras causas distintas de la crisis financiera internacional que ha castigado a los demás países y de cuyo golpe ya se están recuperando.
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¿Cuáles pueden ser estas causas? Creo que son sobradamente conocidas:
1.- La burbuja inmobiliaria, que tenía que estallar. Que tarde o temprano estallaría.
El modelo económico español basado en el ladrillo, el turismo y los salarios bajos (esto último, para lo que se requería abrir las puertas de par en par a la inmigración) era un modelo con una fecha de caducidad muy corta. Como así ha sido. Y nadie sino un perfecto irresponsable podía presumir, como hacía Rodríguez, de un crecimiento basado en esos endebles fundamentos.
2.- El desmadre administrativo español.
Ya lo he dicho otras veces: el mayor error histórico de nuestra generación han sido las autonomías.
Pero ya las hemos multiplicado. Ahora tenemos hasta comarcas.
La crisis exige austeridad en los ayuntamientos
El más elemental sentido de la responsabilidad frente a la crisis estaría exigiendo ya una urgente y drástica reconsideración de la estructura política española, descentralizada hasta la fragmentación, carísima, insostenible, ingobernable, insolidaria... Y esa reconsideración no se ve por ninguna parte.
Fíjense que ni siquiera a nivel central el irresponsable de Rodríguez se está planteando la supresión de algunos ministerios inservibles y perfectamente prescindibles. Quizás se vea obligado por la oposición en el Congreso gracias a una sorprendente y paradójica iniciativa del PNV, que además de pedir que se recorten ministerios, apoya los Presupuestos del Gobierno. No quien les entienda.
3.- La corrupción
La corrupción es uno de los más evidentes factores de ineficiencia económica y su extensión en España es un cáncer que amenaza con ahogarnos.
La corrupción ahuyenta la inversión extranjera.
Parece una constante histórica que cada vez que gobierna el PSOE en España crece la percepción de la corrupción según en famoso Índice que publica Transparency International.
España ha pasado desde una puntuación de 7,1 (la puntuación es más alta cuanta menos corrupción se percibe) en el 2004 (los datos corresponden al año anterior: 2003) ocupando el puesto número 22, a tener una puntuación de 6,5 en el 2008 (datos correspondientes a 2007) y el puesto número 28 en el ranking mundial.
¿Cuál será la evolución de ese índice cuando se publique el del año que viene, con los datos recogidos éste?
Evolución de la percepción de corrupción en España
4.- Estar gobenados por un inepto.
Frente a quienes opinan que la política no es importante, fíjense las consecuencias de estar gobernados por un político incompetente.
He aquí un resumen, necesariamente incompleto de los frentes en los que hay que luchar para salir de la crisis. ¿Ven que alguien se esté planteando una estrategia global en todos ellos?
2 comentarios:
A mi, Oroel, me precupa sobremanera el "efecto bocadillo" que puede producirse cuando algunos países de la UE avancen significativamente frente a la crisis.
En ese momento (1er trimestre del 2010, I suppose) el BCE no tendrá más remedio que subir el precio del dinero.
A nosotros nos pillará con el calzón bajado hasta los tobillos.
Tendremos un paro del, presumiblemente, 20,5%; nos faltarán dos trimestres para ver números positivos en el crecimiento del PIB (optimista que es uno) y el modelo económico seguirá siendo el del "sálvese quien pueda".
El año que viene me produce auténtico canguelo.
Si a eso le unimos tu acertado análisis de causas que, me temo, permanecerán sine die...
A Gasparetto:
No se aprecia por ningún sitio una verdadera y comprometida política de recorte de gastos públicos y ahorro. No se saldrá de la crisis sin sacrificios, o saldremos muy tarde, y nada será igual.
Preparémonos para salir al nivel de Polonia, Hungría o la República Checa. Esos van a ser a partir de ahora nuestros competidores y nuestros referentes. Olvídemonos de Alemania, Francia y esos otros países a los que, a decir del iluminado que nos gobierna, íbamos a superar en renta per cápita.
Consecuencias de estar gobenados por un inútil, entre otras cosas.
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