Todas las noches, antes de acostarse, Marcelino Iglesias se postra de hinojos ante San Pablo Iglesias, conocido patrón de los socialistas españoles, y le da las gracias por la oposición que le han deparado los cielos. Ningún político podría haber deseado una mejor. Tanto que a pesar de su legendaria inanidad intelectual y su acreditada falta de ideología y de escrúpulos no sólo se ha escapado crudo, sino fortalecido. ¿Cómo ha podido suceder?
Durante la campaña electoral y hasta el último minuto he esperado -he deseado- el milagro. Pero sabiendo que el PP de Aragón no ha hecho nada en toda la legislatura para merecer la victoria. Lamentable, pero cierto.
Escribía una buena amiga que la oposición es un aliado natural de la ciudadanía frente a los abusos del poder. Si la oposición, por tanto, a quien le debe mover el legítimo deseo de desplazar a quien gobierna y sustituirle, no denuncia sus errores y, especialmente, sus abusos, ¿quién lo hará? ¿Quién defenderá a los ciudadanos si además la propia fiscalía se revela obediente al poder?
Ha habido varios temas a lo largo de esta legislatura donde la oposición, el Partido Popular, ha dejado escapar las ocasiones de forma lastimosa.
1.- Iniciativa legislativa popular para la defensa de la montaña aragonesa.
El 15 de diciembre de 2005 tuvo lugar el Pleno de Las Cortes de Aragón para el trámite de la toma en consideración de la “Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para la Ley de Protección de la Alta Montaña de Aragón”, avalada por 30.000 firmas, casi el doble que las 15.000 firmas exigidas por la ley que la regula. Esa toma en consideración fue denegada con los votos en contra de los dos socios de gobierno, PSOE y PAR.
¿Qué hizo el PP en ese Pleno?: abstenerse. Un error de libro. Algo en lo que no incurriría ni un principiante.
Posiblemente el texto presentado no fuera del agrado del PP. ¿Y qué? Ello no hubiera debido impedir su toma en consideración. A lo largo del debate hubiera podido cambiarse introduciendo las enmiendas que considerara oportunas. Pero ante una iniciativa popular, los diputados, que precisamente lo son por delegación popular, deben ponerse en “primer tiempo de saludo”, y tomar en consideración al menos lo que se presenta. Por estrictos principios democráticos.
La iniciativa, con los votos en contra de los dos socios de gobierno, no hubiera podido prosperar, pero allí quedaría, para su invocación posterior y su empleo en campaña, el voto favorable del PP. Que, estúpidamente, no se produjo.
2.- Acuerdo entre Eva Almunia y Caterina Mieras en el tema de los bienes eclesiásticos aragoneses.
Acuerdo sobre los bienes de la Franja
PSOE-PAR eluden la comparecencia de Iglesias por los bienes de la Franja
Sí que es cierto que aquí la actitud de los populares fue mucho más decidida y coherente, pero les faltó continuidad. Todo indica que en el acuerdo alcanzado por las dos consejeras de cultura, la aragonesa y la catalana, se cedía la posesión de los bienes, invocando la unidad museística. Una cesión intolerable contra la que se alzó la opinión pública, eficazmente liderada por el Heraldo de Aragón. Sin embargo, se impidió la comparecencia de Marcelino Iglesias y el conocimiento del texto del acuerdo, que nunca se hizo público.
Y es obvio que si la consejera Almunia no fue cesada, fue porque cumplía órdenes de Iglesias.
El Partido Popular -que aquí, insisto, sí lo intentó- no supo dar continuidad a su esfuerzo, ni llegar a movilizar a la opinión pública.
3.- La gestión socialista de la Reserva Hidráulica.
El 21 de abril de 2005 los socialistas aragoneses protagonizaron un episodio que debiera haber servido para desenmascarar de una vez la hipocresía y falsedad de sus maniobras en torno al trasvase y la gestión del agua. Ese día, los diputados socialistas en las Cortes de Aragón votaron a favor de una proposición no de Ley del PP para el mantenimiento de la Reserva Hidráulica (6.550 Hm3) en el Plan Hidrológico Nacional, mientras que los diputados socialistas en el Congreso de los Diputados votaban en contra. ¡El mismo día!
Una ocasión para haber apuntillado al PSOE, para haberles desenmascarado ante la opinión pública, para haber denunciado con toda la energía y en todos los foros su doble juego.
En el Partido Popular nadie pareció apercibirse de la increíble oportunidad que se les ofrecía. Más aún, incluso en esta pasada y reciente campaña hemos tenido ocasión de oír a Marcelino volver a agitar el fantasma del trasvase, sin que nadie le hiciera callar, sin que nadie le recordara que él apoyó no hace tanto años uno con el doble de caudal, sin recordarle que él apoyó las demandas de los republicanos catalanes para la desaparición de la Reserva Hidráulica de Aragón, sin recordarle que mientras el resto de las comunidades de la cuenca del Ebro han recurrido las prerrogativas que Zapatero ha concedido a los catalanes, él ha permanecido quieto y callado, sin recordarle ni recordar a los aragoneses que el trasvase nunca ha puesto en peligro nuestro suministro, ni nuestros intereses ni nuestras expectativas de desarrollo, sin recordarle en definitiva que nos embarcaron en una guerra donde no se nos había perdido nada, entre catalanes y valencianos, haciéndonos tomar partido por los primeros.
4.- La pérdida de la referencia para el centro derecha aragonés
El PP ha dejado sin referentes válidos al centro derecha aragonés, ha renunciado a diferenciarse, a mostrarse como el referente de todo ese sector del electorado, de la clase media culta y trabajadora que está siendo laminada por los impuestos, los bajos salarios y la inflación. Ha apoyado una Expo con la que cada vez más los ciudadanos informados, los estudiantes universitarios (los nuevos votantes) están disconformes; ha apoyado una televisión cara e inútil; una comarcalización que no ha sido otra cosa que un proyecto clientelar de Biel; la policía autonómica; una reforma del Estatuto en la que nadie cree, ni siquiera el mismo Rajoy...
Los ciudadanos aragoneses no hemos podido pronunciarnos sobre nuestra reforma estatutaria. Pero si los andaluces y catalanes apenas han respaldado los suyos, ¿qué hubiera sucedido si se hubiera votado la reforma aragonesa? ¿Quién representa en Aragón a todos los ciudadanos que no apoyan ni desean la reforma estatutaria, esa profundización en la autonomía que nos va llevar a la ruina?
Se podría seguir, y de hecho seguiré analizando las carencias de esta pasada legislatura. Pero este somero repaso, necesariamente incompleto, puede servir para explicar los resultados del PP.
Durante la campaña electoral y hasta el último minuto he esperado -he deseado- el milagro. Pero sabiendo que el PP de Aragón no ha hecho nada en toda la legislatura para merecer la victoria. Lamentable, pero cierto.
Escribía una buena amiga que la oposición es un aliado natural de la ciudadanía frente a los abusos del poder. Si la oposición, por tanto, a quien le debe mover el legítimo deseo de desplazar a quien gobierna y sustituirle, no denuncia sus errores y, especialmente, sus abusos, ¿quién lo hará? ¿Quién defenderá a los ciudadanos si además la propia fiscalía se revela obediente al poder?
Ha habido varios temas a lo largo de esta legislatura donde la oposición, el Partido Popular, ha dejado escapar las ocasiones de forma lastimosa.
1.- Iniciativa legislativa popular para la defensa de la montaña aragonesa.
El 15 de diciembre de 2005 tuvo lugar el Pleno de Las Cortes de Aragón para el trámite de la toma en consideración de la “Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para la Ley de Protección de la Alta Montaña de Aragón”, avalada por 30.000 firmas, casi el doble que las 15.000 firmas exigidas por la ley que la regula. Esa toma en consideración fue denegada con los votos en contra de los dos socios de gobierno, PSOE y PAR.
¿Qué hizo el PP en ese Pleno?: abstenerse. Un error de libro. Algo en lo que no incurriría ni un principiante.
Posiblemente el texto presentado no fuera del agrado del PP. ¿Y qué? Ello no hubiera debido impedir su toma en consideración. A lo largo del debate hubiera podido cambiarse introduciendo las enmiendas que considerara oportunas. Pero ante una iniciativa popular, los diputados, que precisamente lo son por delegación popular, deben ponerse en “primer tiempo de saludo”, y tomar en consideración al menos lo que se presenta. Por estrictos principios democráticos.
La iniciativa, con los votos en contra de los dos socios de gobierno, no hubiera podido prosperar, pero allí quedaría, para su invocación posterior y su empleo en campaña, el voto favorable del PP. Que, estúpidamente, no se produjo.
2.- Acuerdo entre Eva Almunia y Caterina Mieras en el tema de los bienes eclesiásticos aragoneses.
Acuerdo sobre los bienes de la Franja
PSOE-PAR eluden la comparecencia de Iglesias por los bienes de la Franja
Sí que es cierto que aquí la actitud de los populares fue mucho más decidida y coherente, pero les faltó continuidad. Todo indica que en el acuerdo alcanzado por las dos consejeras de cultura, la aragonesa y la catalana, se cedía la posesión de los bienes, invocando la unidad museística. Una cesión intolerable contra la que se alzó la opinión pública, eficazmente liderada por el Heraldo de Aragón. Sin embargo, se impidió la comparecencia de Marcelino Iglesias y el conocimiento del texto del acuerdo, que nunca se hizo público.
Y es obvio que si la consejera Almunia no fue cesada, fue porque cumplía órdenes de Iglesias.
El Partido Popular -que aquí, insisto, sí lo intentó- no supo dar continuidad a su esfuerzo, ni llegar a movilizar a la opinión pública.
3.- La gestión socialista de la Reserva Hidráulica.
El 21 de abril de 2005 los socialistas aragoneses protagonizaron un episodio que debiera haber servido para desenmascarar de una vez la hipocresía y falsedad de sus maniobras en torno al trasvase y la gestión del agua. Ese día, los diputados socialistas en las Cortes de Aragón votaron a favor de una proposición no de Ley del PP para el mantenimiento de la Reserva Hidráulica (6.550 Hm3) en el Plan Hidrológico Nacional, mientras que los diputados socialistas en el Congreso de los Diputados votaban en contra. ¡El mismo día!
Una ocasión para haber apuntillado al PSOE, para haberles desenmascarado ante la opinión pública, para haber denunciado con toda la energía y en todos los foros su doble juego.
En el Partido Popular nadie pareció apercibirse de la increíble oportunidad que se les ofrecía. Más aún, incluso en esta pasada y reciente campaña hemos tenido ocasión de oír a Marcelino volver a agitar el fantasma del trasvase, sin que nadie le hiciera callar, sin que nadie le recordara que él apoyó no hace tanto años uno con el doble de caudal, sin recordarle que él apoyó las demandas de los republicanos catalanes para la desaparición de la Reserva Hidráulica de Aragón, sin recordarle que mientras el resto de las comunidades de la cuenca del Ebro han recurrido las prerrogativas que Zapatero ha concedido a los catalanes, él ha permanecido quieto y callado, sin recordarle ni recordar a los aragoneses que el trasvase nunca ha puesto en peligro nuestro suministro, ni nuestros intereses ni nuestras expectativas de desarrollo, sin recordarle en definitiva que nos embarcaron en una guerra donde no se nos había perdido nada, entre catalanes y valencianos, haciéndonos tomar partido por los primeros.
4.- La pérdida de la referencia para el centro derecha aragonés
El PP ha dejado sin referentes válidos al centro derecha aragonés, ha renunciado a diferenciarse, a mostrarse como el referente de todo ese sector del electorado, de la clase media culta y trabajadora que está siendo laminada por los impuestos, los bajos salarios y la inflación. Ha apoyado una Expo con la que cada vez más los ciudadanos informados, los estudiantes universitarios (los nuevos votantes) están disconformes; ha apoyado una televisión cara e inútil; una comarcalización que no ha sido otra cosa que un proyecto clientelar de Biel; la policía autonómica; una reforma del Estatuto en la que nadie cree, ni siquiera el mismo Rajoy...
Los ciudadanos aragoneses no hemos podido pronunciarnos sobre nuestra reforma estatutaria. Pero si los andaluces y catalanes apenas han respaldado los suyos, ¿qué hubiera sucedido si se hubiera votado la reforma aragonesa? ¿Quién representa en Aragón a todos los ciudadanos que no apoyan ni desean la reforma estatutaria, esa profundización en la autonomía que nos va llevar a la ruina?
Se podría seguir, y de hecho seguiré analizando las carencias de esta pasada legislatura. Pero este somero repaso, necesariamente incompleto, puede servir para explicar los resultados del PP.
Ello tiene varias lecturas, pero me quedaré con la más optimista: un cambio de actitud, y quizás de parte del equipo directivo, un sensato relevo, pueden hacer cambiar las cosas. El PP sigue siendo necesario. Ante unos gobiernos municipal y autonómico tan corruptos como los que hemos sufrido -y seguramente seguiremos sufriendo, puesto que no han experimentado ningún castigo- necesitamos una oposición digna, valiente y sin complejos. E inteligente.
2 comentarios:
Gracias a su link en el comentario al editorial de ayer de Aragón Liberal he visitado este su blog, que, como todos los artículos que he leído suyos, están llenos de agudas reflexiones y no poca información. Por ejemplo, el increíble asunto de la reserva hidráulica debo reconocerle que sólo me enteré del asunto por Vd.
Así pues, un afectuoso saludo.
Lo lamentable es que no se enterara usted del tema de la reserva hidráulica por boca de los responsables del PP, como hubieran debido enterarse todos los aragoneses. Es por eso, y por algunas otras cosas que se han desarrollado de forma similar, por lo que el PP no ha podido obtener la mayoría absoluta a la que los errores y felonías del gobierno aragonés le deberían haber abocado.
Pero, y lo digo con cierto conocimiento de causa, han fallado estrepitosamente en casi todos los frentes. Y eso es particularmente grave teniendo enfrente alguien como Marcelino Iglesias, irrelevante.
Gracias por sus cumplidos y un cordial saludo.
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