Recuperar a Vidal-Quadras

Rajoy no puede permitirse un discurso complaciente. Su triunfo no ha sido, ni mucho menos, general, sino focalizado en extremo. Es cierto que el PSOE empieza a tener dos enormes agujeros electorales en Madrid y Valencia, pero que en ningún caso son ni tan graves ni tan grandes como los que tiene el PP en Cataluña y Andalucía.

En Cataluña en particular, el PP ha seguido su descenso hacia la irrelevancia y posible desaparición. Ha disminuido su porcentaje de votos en todas las provincias y en alguna, como Gerona, ya está por debajo del 5%. Josep Piqué sigue cosechando derrotas. Es un líder -por llamarlo de alguna manera- totalmente amortizado y sin ninguna capacidad de arrastre. Ya no cabe esperar nada de él, salvo más de lo mismo. Y si la política está llena de vasos comunicantes, el fracaso de Piqué no sólo tiene consecuencias en Cataluña, sino en el resto de España. El PP es un partido nacional; algo que no deben olvidar sus líderes, ni sus votantes. Piqué es un miembro del PP tan significativo como Esperanza Aguirre, y los resultados globales del partido son la resultante de los obtenidos por ambos. Y por Camps, Gustavo Alcalde o Cospedal.

Hay otro dato importante para el análisis: la abstención en Cataluña ha sido del 46,20%, diez puntos más que la media nacional. También se han registrado allí 90.000 votos en blanco. Esa desmovilización sólo se produce porque los ciudadanos perciben la banalidad y ausencia de principios de los actuales líderes políticos catalanes. Tenemos un ejemplo contrario y reciente en Francia, donde un gran debate de principios y valores ideológicos ha movilizado al electorado como no ocurría desde hace décadas.

Es por eso que Rajoy, si quiere recuperar la iniciativa, debe traer inmediatamente a Vidal-Quadras. Hay que recuperar en Cataluña un debate de ideas y principios. Y Vidal-Quadras los tiene y, lo más importante, los defiende con inteligencia y convicción. No es posible que en la actual situación por la que atraviesa España en general y su partido en particular se permita dilapidar el talento y liderazgo de dos pesos pesados como Vidal-Quadras o Mayor Oreja en el exilio de Estrasburgo. Tiene que incorporar todos los valores de que dispone antes de las próximas elecciones. Se encuentra ya en tiempo de descuento. Aunque mucho me temo que dejará pasar el tiempo lastimosamente.

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Y así, con los datos de estas últimas elecciones y las tendencias mostradas, no veo posible que pueda gobernar. Espero que reaccione antes –pronto: ya- y tenga la lucidez y generosidad suficientes.

Es una decisión que debiera tener ya madurada y que habría de tomar en menos de diez días.