El PP y especialmente sus dirigentes habrían de hacer un ejercicio de realismo, y no dejarse cegar por las apariencias, ni, mucho menos, suscitar falsas expectativas entre sus electores. El PP ha perdido importantes municipios españoles, y eso no puede suceder habiendo ganado, como dicen, las elecciones.
En las elecciones municipales, que son ahora mismo las únicas de las dos realizadas -municipales y autonómicas- que permiten extrapolar resultados a nivel nacional por celebrarse en todo el territorio, el PP ha ganado, es cierto. El PP ha obtenido 7.914.084 votos, frente a los 7.758.093 obtenidos por el PSOE. Sin embargo, los resultados de Madrid distorsionan el conjunto. Allí la victoria del PP ha sido tan abultada, con una diferencia a su favor de 388.745 votos, que obliga a mirar con más cuidado lo ocurrido en el resto de España.
En el conjunto nacional, descontando los resultados de Madrid, el PSOE aventaja al PP por 232.754 votos.
Esa es la realidad. No cabe permitirse falsos optimismos. El reto para las próximas elecciones generales es muy difícil. El PP no puede permitirse ningún error; pero, más aún, debería poder presentar algún acierto, algo difícil estando en la oposición, o al menos un conjunto de propuestas realmente ilusionantes. Es casi imposible que Zapatero pueda cometer más errores o más indignidades que las ya cometidas, y sin embargo estos son los resultados que ha obtenido: casi un cheque blanco, una amplia impunidad social y política que le legitima para seguir por la senda de la infamia y de la disolución nacional sin castigo ni repudio ciudadano.
En las elecciones municipales, que son ahora mismo las únicas de las dos realizadas -municipales y autonómicas- que permiten extrapolar resultados a nivel nacional por celebrarse en todo el territorio, el PP ha ganado, es cierto. El PP ha obtenido 7.914.084 votos, frente a los 7.758.093 obtenidos por el PSOE. Sin embargo, los resultados de Madrid distorsionan el conjunto. Allí la victoria del PP ha sido tan abultada, con una diferencia a su favor de 388.745 votos, que obliga a mirar con más cuidado lo ocurrido en el resto de España.
En el conjunto nacional, descontando los resultados de Madrid, el PSOE aventaja al PP por 232.754 votos.
Esa es la realidad. No cabe permitirse falsos optimismos. El reto para las próximas elecciones generales es muy difícil. El PP no puede permitirse ningún error; pero, más aún, debería poder presentar algún acierto, algo difícil estando en la oposición, o al menos un conjunto de propuestas realmente ilusionantes. Es casi imposible que Zapatero pueda cometer más errores o más indignidades que las ya cometidas, y sin embargo estos son los resultados que ha obtenido: casi un cheque blanco, una amplia impunidad social y política que le legitima para seguir por la senda de la infamia y de la disolución nacional sin castigo ni repudio ciudadano.
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Algo incompresible y desalentador, pero que es dolorosamente real.
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