martes, noviembre 10, 2009

La verja

Una pareja de ancianos estaban celebrando su quincuagésimo aniversario de bodas. Es por eso que decidieron volver al pequeño pueblo donde se habían conocido, hacía tantos años ya.

Llegaron al café donde habían intercambiado las primeras miradas y las primeras palabras, que todavía permanecía en el mismo sitio, con otros dueños más jóvenes pero con pocos cambios en la decoración. Sentado junto a ellos, en una mesa próxima, estaba el policía local que oyéndoles hablar se sonreía enternecido al darse cuenta del motivo que había llevado a la pareja de ancianos hasta allí.

-¿Recuerdas la primera vez que hicimos el amor?- dijo el anciano a su mujer -Fue en ese prado que está al otro lado de la carretera, nada más salir del café... cuando te puse contra aquella verja.

El policía no perdía palabra.

-¿Por qué no lo hacemos otra vez?- sugirió ella con una sonrisa insinuante a pesar de la edad ‑Por los viejos tiempos.

-Por los viejos tiempos- asintió él.

Salieron del café y con pasitos renqueantes cruzaron hasta el prado. El policía se sonrió, pensando cuan románticos eran, y ante el temor de que pudieran hacerse daño decidió vigilarles de lejos, sin que ellos se dieran cuenta. No pensaba importunarles.

Los ancianos se desnudaron después de cerciorarse de que estaban solos, sin percatarse de la discreta vigilancia del policía. El viejecito tomó a su mujer y la apoyó contra la verja. El policía, que seguía mirando, no podía creer lo que veía. Con la vitalidad de una jovencita, la mujer se movía violentamente arriba y abajo, mientras el marido se convulsionaba como un salvaje. No podía imaginarse tanta vitalidad en una pareja de ancianos y con ese aspecto tan frágil. ¡Cómo debieron ser en su juventud!

Siguieron así durante un buen rato hasta que los dos cayeron al suelo, totalmente exhaustos.

El policía no pudo resistirse y se acercó. Los ancianos jadeaban en el suelo.

-Ha sido la forma de hacer el amor más ardiente que he visto en mi vida...- les dijo -No me lo podía imaginar en una pareja de su edad. Debieron ser insaciables cuando eran jóvenes-

-No... realmente...- dijo el viejecito con voz entrecortada y apenas repuesto -Pero es que... cuando lo hicimos la primera vez..., ¡¡¡esta verja de mierda... no estaba electrificada!!!


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1 comentario:

Cristóbal dijo...

¡El mejor chiste en varios días!


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