lunes, marzo 16, 2009

¡Qué vergüenza!

Escribía yo ayer (El peor escenario posible) que no veía que nadie estuviera tomando medidas para atajar la crisis y que quienes nos gobiernan son unos irresponsables. Me quedé corto, muy corto.

La DGA destina 600.000 euros a una campaña publicitaria de reafirmación aragonesa

Esto no puede ser estupidez: esto ha de ser maldad. Alguien desea fervientemente que nos hundamos como nación y está haciendo todo lo posible por acelerar el desenlace. Es imposible que con la que está cayendo, cuando aumenta la morosidad, los robos de comida, las colas ante los comedores sociales, el mismo día en que se da la noticia de que la Universidad de Zaragoza va a tener que endeudarse por primera vez en su historia para poder pagar los sueldos, aparezca esta noticia. Todavía me cuesta creerlo.

Si alguien tenía alguna duda sobre la categoría personal y política de nuestros gobernantes ahí tiene la prueba de lo que son: unos estúpidos malversadores.


Si lo que pretenden es reafirmar mi aragonesismo, con esto no han conseguido otra cosa que hacerme sentir vergüenza de serlo, especialmente por sufrir la indignidad colectiva de tener estos gobernantes en Aragón.
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38 comentarios:

Anónimo dijo...

- "Somos Aragón"
- Ya, ¿y qué?.

¿Hace falta esta campaña de ámbito regional? Porque la comparan con campañas de Extremadura y Andalucía, que tienen como objetivo publicitar el turismo en estas comunidades. Esta no, esta es de "reafirmación", sólo para los que vivimos en Aragón, o aquellos que nos visitan.

La gestión de los recursos públicos que realizan los políticos que, entre todos, elegimos, es en demasiadas ocasiones incomprensible.

Anónimo dijo...

creo que en el anuncio de la tele ,al final , debajo de las letras de gobierno de aragon pone¿vicepresidencia?alguien lo ha visto o son imaginaciones mias

Jose CM dijo...

Deberías saber que para los socialistas el dinero público no es de nadie.

Estos son los políticos que nos merecemos.

Oroel dijo...

A Pascual:

Una persona me ha comentado esta tarde que en una conversación con un militante socialista, éste criticaba la campaña diciendo que eran cosas de los "del cachirulo". ¿A quién se referiría?

Anónimo dijo...

gracias Oroel,no sabia que se les llamaba "los del cachirulo".Hablar del eterno vice seria para muchas lineas.

Anónimo dijo...

La campaña es muy acertada y está dirigida a gente como los que escribís aquí, a ver si un día os sentís aragoneses dentro de un estado español.
Será muy difícil cambiar vuestra forma de pensar: "soy español y me sobra Aragón".

Aragón ye el copón.
Seguiremos esperando a Carles56....

Oroel dijo...

Querido Marianico Rajoitz:

Debo suponer que me lees con cierta asiduidad, y si es así, me resulta incomprensible que hayas podido llegar a la conclusión de que yo pueda no sentirme aragonés (hasta la médula además) o de que siendo español como soy, a mí pueda sobrarme Aragón. Habré de concluir que eres tan tonto como te supone Carlos56. Quizás sea esa la razón por la que me suscita tanta pereza mental contestarte, tan poco estímulo: la sospecha de estar intentando hacer entender algo a alguien radicalmente obtuso.

Te diré qué Aragón me sobra: el tuyo, el que tú pretendes lograr, y al que yo me opondré con todas mis fuerzas. Ese Aragón me desagrada y me repugna. No es el Aragón en el que yo creo, ni el que yo amo. Y el hecho de que para lograr ese Aragón que a ti te gustaría, alabes esa estúpida, inútil y humillante campaña publicitaria, me reafirma más aún -si ello fuera posible- en mis convicciones y mi propósito de oponerme a lo que pretendes. El Aragón que tú deseas, que sólo puedo intuir de tus breves intervenciones, yo lo aborrezco.

Y esa campaña publicitaria que a ti te gusta y que consideras apropiada, a mí me insulta como aragonés, me ofende como contribuyente y me humilla como ciudadano libre e informado, dotado de discernimiento. Un gasto de 600.000 euros en inútil cartelería mientras se incrementan las colas del paro y ante los comedores sociales es un sarcasmo incalificable, por el que habría que procesar a su autor intelectual, a quien desde estas páginas dedico mi más indignado desprecio.

Anónimo dijo...

La Voz de la Conciencia

Oroel, pura demagogia. No voy a entrar en si la campaña es buena o no (son criterios subjetivos). Pero esa campaña ha implicado a muchas empresas: el fabricante de la pintura, el fabricante del soporte, el rotulador, la empresa creativa, el instalador, y algunas otras que puedo suponer.
Esto, oroel, al margen de la valoración subjetiva del contenido de la campaña, es: ACTIVIDAD ECONOMICA, trabajo.
Quizás hubieses preferido que ese dinero se invirtiese en los fondos para parados?, en alta tecnología?, en ensalzar el españolismo?, etc.
O es que hay algunos sectores de la actividad económica que deben estar vetados por las administraciones públicas en épocas de crisis?. Es que las subvenciones solo deben ir a la industria de la automoción o la banca?.
En fin, oroel, pura demagogia barata.

Anónimo dijo...

Suscribo letra por letra las apreciaciones de nuestra (siempre acertada) Voz de la Conciencia. Lo peor de todo es que el propio Oroel se lo cree. Eso sí que es preocupante.

Desmantelar el Estatuto aragonés, las competencias autonómicas, el Gobierno de Aragón, y las Diputaciones Provinciales es borrar a Aragón, borrarse de Aragón, aborrecer Aragón. Por eso te repito una y cien veces: "te sientes español y te sobra Aragón".

600.000 euros me parecen una inversión escasísima y rácana. La potencialización de nuestro esencia aragonesa merece una mayor inversión e interés de nuestros gobernantes. Afortunadamente, cada vez queda menos gente a la que hacer comprender que renunciar a sus orígenes no es bueno. Ni somos baturros, ni paletos, somos una sociedad moderna (con muchas cosas por mejorar, como otras) y envidiable en muchos aspectos, además somos aragoneses.

Por lo que dices y escribes, Oroel, a ti te sobra Aragón. Pues bien, a nosotros no nos sobras tú, queremos que todo el mundo que viva aquí, participe y se sienta aragonés. Tú, Ivo y Mohamed que son los que menos lo entendeis. Me parece un buen lema: SOMOS ARAGÓN.

Anónimo dijo...

La Voz de la Conciencia

Es que, Marianiko, una persona que ante esta campaña, utiliza adjetivos y expresiones tales como: "eres tan tonto", "pereza mental", "radicalmente obtuso", "me desagrada y me repugna", "estúpida, inútil y humillante", "lo aborrezco", "me ofende", "me humilla", "sarcasmo incalificable", "procesar a su autor intelectual", "indignado desprecio" en un solo post, solamente puede ser una persona que se siente impotente, incapaz de razonar, radical.
Y dado el tema de que se trata, sin ningun lugar a dudas, un nacionalista español.

Oroel dijo...

Querida Voz de la Conciencia:

No esperaba de ti que tuvieras muchas nociones de economía, pero tampoco imaginaba que tuvieras tan poca. Es cierto que lo deseable es que haya actividad económica y generación de empleo, pero el objetivo de esa actividad económica y ese empleo ha de ser la generación de riqueza. Esto es, la producción de bienes y servicios. Y más aún, no unos bienes y servicios cualquiera, sino aquellos que satisfacen una demanda y unas necesidades reales. Estas son las nociones básicas, las que ni siquiera forman parte del capítulo primero de la teoría económica más elemental, sino del preámbulo. No requieren ni siquiera conocimientos económicos, sino sentido común.

Cualquier otra cosa que se pretenda, fuera de la satisfacción de necesidades reales, sí es pura demagogia. O más aún, pura estupidez. La generación de actividad y de empleo para otros fines distintos, para satisfacer caprichos, ocurrencias, tonterías o campañas publicitarias que no solucionan nada, más allá de la nómina de quienes las ejecutan y la vanidad de quienes las encargan, son una forma de acelerar la marcha hacia el desastre. Pero quizás sea algo muy difícil de entender para ti. Lee, estudia más, documéntate y conseguirás decir menos tonterías.

Ejemplo de demagogia: “Pero esa campaña ha implicado a muchas empresas: el fabricante de la pintura, el fabricante del soporte, el rotulador, la empresa creativa, el instalador, y algunas otras que puedo suponer”. (Un dato menor pero, aún así, significativo: la empresa publicitaria ni siquiera es aragonesa). Como decía Clint Eastwood en su última película, y yo suelo repetir a menudo: ¡Hay que joderse! ¿Te imaginas qué actividades y qué empleos pueden ponerse en marcha si ese dinero se usa con otros objetivos más útiles para la sociedad? Otros distintos, claramente, y más eficaces.

PD.: Respecto a tu último mensaje, la explicación es más sencilla: estás ante una persona simplemente indignada, muy indignada. La campañita publicitaria de marras me ha indignado hasta la exasperación. La justa indignación.

No soy nacionalista. Creo habértelo repetido ochocientas veces. Tengo apéndice, pero no sufro apendicitis.

Soy español, soy ciudadano de la Nación española, no solamente del Estado español. Quiero decir que hago míos los sentimientos de pertenencia a esa nación. Pero no soy nacionalista. Entre otras cosas porque no comparto ni una sola de carencias argumentales y lacras ideológicas que definen a los nacionalistas. No me invento la historia, no oprimo a mis conciudadanos ni recurro a políticas de ingeniería social para crear una sociedad a la medida de mis deseos, no impongo una lengua, ni tengo como empeño crear una nación. Sólo defiendo la que tengo si la alternativa es trocearla, y dejaré de defenderla si la alternativa es integrarla en otro ente supranacional mayor y mejor que garantice mis derechos ciudadanos y amplíe mis horizontes. Tengo lo que se llama patriotismo constitucional, una lealtad que exige la correspondencia de la defensa y garantía de mis derechos ciudadanos, algo que los nacionalistas no sólo no garantizan sino que amenazan.

Ser nacionalista es una de las cosas más estúpidas que se pueden ser en esta vida.

El nacionalismo es una de las doctrinas políticas más primitivas y poco evolucionadas, sólo un escalón por encima del integrismo religioso.

Oroel dijo...

Querido Marianiko Rajoitz:

Puesto que suscribes punto por punto la intervención de nuestra querida Voz de la Conciencia, aplícate, por favor, punto por punto, la respuesta que le dedico.

Pero además, aparte de que me atribuyes una voluntad revisionista que excede a la que yo mismo me reconozco, yo no pretendo ni borrar ni borrarme de Aragón. En todo caso de “tu” Aragón. De la misma forma, yo no aborrezco Aragón. Yo aborrezco “tu” Aragón, el que pretendes. A mí no me sobra Aragón. Soy aragonés por los cuatro costados. Me sobra “tu” Aragón. Yo no quiero ese Aragón falso, irresponsable y estúpido que pretendes imponernos. Me gusta un poco más de rigor y de responsabilidad. Y eso no es ni triste ni aburrido. Pero sí nos garantiza un mejor presente y un futuro más seguro.

Yo, mi querido Marizaniko, no renuncio a mis orígenes. Jamás. ¿De dónde has podido concluir eso? ¿Acaso no ves la silueta de la Peña Oroel al entrar en mi blog? Y yo no soy ni me considero baturro ni paleto. Es por eso que me revientan las paletadas indecentes y estúpidas como esa campaña de propaganda. ¿Pero tú crees que yo necesito que se gasten 600.000 euros de nuestros impuestos para decirme que “Somos Aragón? ¿Lo necesitas tú? ¿Lo necesita alguien? ¿Tan poco aragonés te sientes que necesitas que te lo recuerden? Inversión escasísima y rácana, dices. ¡Dios mío!

Aborrezco ese Aragón con el que tú estás conforme, y en el que unos gobernantes paletos -estos sí, paletos hasta la náusea- malversan de manera tan ignominiosa nuestros impuestos habiendo tantas necesidades reales que satisfacer. Eso es un insulto para las familias con necesidades, para los parados, para quienes nos sentimos aragoneses responsables sin necesidad de que nos lo publiciten ni nos reafirmen…

Después de tu lastimosa intervención -porque ha sido descorazonadoramente lastimosa- sólo puedo repetir lo que antes he dicho: ¡hay que joderse!

Sólo me cabe la esperanza de que no haya muchos como tú, porque si así fuera el desastre al que nos dirigimos con paso firme se me antoja inevitable.

Anónimo dijo...

La Voz de la Conciencia

Verdaderamente estás mas enfermo de lo que me imaginaba.
Eres otro fundamentalista rabioso y lleno de odio. Desquiciado completamente.
En fin, hace años que vives solo con tu odio.

Anónimo dijo...

Oroel, no me inculcaron el odio en mi educación. Así que no lo siento hacia nadie, ni hacia ninguna idea. Pero a base de leer tus delirios vas a conseguir que aborrezca "tu" España.

Oroel y su escudero Carles56 se gustan de usar la palabra "tonto" con asiduidad, entre otras calamidades verborreicas, lo cual no digo que me satisfaga ni me procure placer pero... me reafirma, ¡vaya que si me reafirma!
Insultad, bárbaros, insultad!!!

Anónimo dijo...

A mi me gustaría que estos individuos tan aragoneses y patriotas contestaran sinceramente a esta cuestión hipotética:

Imaginemos que un gobierno (pongamos por caso del PP) lanzara una campaña a nivel nacional con al lema "SOMOS ESPAÑA".

¿Qué os parecería entonces?

Ruego un mínimo de sinceridad y honradez en la respuesta.

Anónimo dijo...

Y otra cosa, a mi los razonamientos de Oroel me parecen impecables y expresados con mucha corrección.

Se puede estar de acuerdo o no, por supuesto, pero no veo rastros de "enfermedad" ni de "fundamentalismo rabioso y lleno de odio"

Me gustaría que me explicaran donde ven ellos indicios de semejantes taras de la personalidad.

A mi me parece que caen en el tópico de cierta progresía que, cuando se queda sin argumentos, procede a insultar a los que no opinan como ellos. (Os habéis dejado lo facha y franquista.)

Esto si que da indicios de fundamentalismo, de poco respeto democrático y de poca altura intelectual.

Argumentos, por favor, argumentos. No espumarajos de rabia. Oroel los ha dado "in extenso". Os toca.

Cristóbal dijo...

Marianiko:

¿Quién te ha insultado? ¿Quién te ha ofendió e irritado?

¿Te irrita el que seas incapaz de exponer unos argumentos, que informen o convenzan? ¿Te ofende el que en ausencia de tus argumentos los demás mantengan sus convicciones? ¿Te insulta el que te tildara de tonto?

No era mi propósito el faltarte al respeto, pues no se falta al respeto de quien claramente no se lo tiene a sí mismo o ¿cómo llamas a tu Nick, el primero, el segundo,… o cualquiera de ellos? ¿A caso es loa, amor o cariño por tu adversario ideológico…? Me temo que no. Manifiestas tu desprecio desde la misma elección de tu carta de presentación.

Existen profesiones en el que la identificación de las cualidades intelectuales de terceros es un requisito, no se trata de un vilipendio, es un diagnóstico, nada más. En la docencia te aplicarían una adaptación curricular, en psicología una ración de autoestima y en psiquiatría unas pastillitas para dormir… en mi caso lo más que te puedo recomendar son unas sesiones de calceta.

Observarás que el método interrogativo, como procedimiento de exposición, es un recurso del que abuso con frecuencia. Por favor no preguntes por las respuestas, son obvias lo sabes, así que no las esperes. La Penélope de Serrat esperó a su antiguo novio en la estación, en vano, no supo reconocerlo. Tú, déjalo estar y a la calceta… otra Penélope, otra persona que también esperó durante mucho tiempo, también se dedicó a las labores de aguja e hilo… pero esa es otra historia.

Oroel dijo...

Querida Voz de la Conciencia:

Me temo que te estás haciendo una composición errónea. No soy fundamentalista, ni nacionalista, ni vivo solo con mi odio. Al revés, me gusta el deporte (practicarlo más que verlo), me gusta leer, escribir, debatir de política, oír música, hacer fotografías, hacer sudokus, beber cerveza, montar en bici...

Soy una persona que disfruta de muchos y buenos amigos. Tengo abundantes compromisos y me considero básicamente liberal y condescendiente con casi todo. Pero ser liberal no significa ser blando de corazón (que no lo soy, ni estoy dispuesto a serlo) ni tolerante con todo. Al revés, soy y quiero seguir siendo intolerante ante la injusticia, la corrupción, la hipocresía y la estupidez. Soy un liberal celoso de mis libertades y mis derechos y los de mis conciudadanos. Quiero mantener intacta, porque es un signo de juventud, al menos mental, mi capacidad para escandalizarme e indignarme. Y a los años que tengo no me importa nada ser políticamente incorrecto y decir exactamente lo que quiero decir.

No estoy enfermo ni desquiciado. Nadie de los que me conoce creo que piense eso de mí, puesto que nadie que yo no quiera evita mi compañía. Al revés, soy una de las escasas diez o doce personas normales que vamos quedando en España. ;-) Y entre ellas, no figuras tú. Debes mejorar bastante para entrar en esa selecta nómina.

Oroel dijo...

A Marianiko Rajoitz:

Perdóname, Marianiko, pero harías bien en repasar las muchas impertinencias que has vertido en mi blog. Nunca te borraré nada, pero puedo asegurarte que al menos por mi parte serás respondido como mereces.

Respecto a tu aborrecimiento hacia "mi" España, ya contaba con ella y no creo que te reafirmen mis "delirios". ¿Son delirios pretender que no se gaste el dinero público en estupideces sin sentido ni utilidad para nadie?

Anónimo dijo...

Pero, vamos a ver...
A parte de aumentar vuestro ya disparado ego escribiendo con cansina ironía y verborrea, vuestros discursos os hacen desagradables. En ellos no encuentro nunca razonamientos fundados. Todavía no sé lo que es la progresía y me queréis incluir en ella. Tengo un extenso currículum y me llamáis tonto. Y así, un largo etcétera.

No pierdo más el tiempo con esta cuestión: Mi opinión es que la campaña se queda corta en difusión y montante económico porque hay muchas personas que necesitais comprender que si vivís, soñais y amáis aquí, SOIS ARAGÓN, el Mohamed, Catalina Prahova y Oroel con sus teorías refundacionalistas.

Mi opinión es esa, y la vuestra es otra. Seguramente ninguno de los dos tenemos la razón al 100%, pero lo que no puedo es aceptar que tus razones las proclames como absolutas verdades.

Carles56... Tus acusaciones... agua de borrajas-jas-jas. Decepcionante.

Alejandro, seguramente una campaña PPera con el lema SOMOS ESPAÑA nos vendría muy bien a los que no lo sentimos como tal. Igual nos convencían. Sería un simpático acto de un partido nacionalista que defiende y fomenta su nación. No lo criticaría, ni diría que ese dinero habría que invertirlo en comedores para pobres, porque eso sería triste demagogía.

Saludicos a todos, que me voy de fin de semana.

Anónimo dijo...

1. Lo siento pero no me creo que calificaras una campaña nacionalista Pepera como un simpático acto. Si me lo confirmas (después de haberte hecho un verdadero repaso de conciencia) me lo tendré que creer. Pero me extrañaría mucho.

2. Dudo mucho que ver un cartel que ponga "somos Aragón" o "somos España" aumente mi sentimiento de integración o pertenencia en ninguno de los dos casos (que son bastante escasos en ambos).
Necesitaría argumentos más convincentes (o algún argumento en cualquier caso).

Creo sinceramente que a la mayoría de la gente le pasará como a mi, esta campaña va a tener una incidencia cercana a cero. Y de publicidad algo entiendo.

3. Normalmente cuando se plantea una campaña publicitaria, se deben especificar unos objetivos concretos y, a ser posible, medibles y cuantificables.

¿Cuál es el objetivo de esta campaña? ¿Hacernos sentir aragoneses? Y ¿qué es eso exactamente?¿En qué consiste? ¿cómo repercute esta campaña en mejorar la vida de los aragoneses?¿Y la mía en particular?

Yo soy aragonés, toda mi familia lo es. Yo no sé qué es "sentirse" aragonés. Lo siento pero no me gusta la jota, me gusta más el jazz, ni me he puesto en mi vida un cachirulo ¿Me convierte eso en un mal aragonés? ¿Qué es ser un "buen aragonés"?

Y si (lo dudo mucho) una campaña de publicidad consiguiera que me gustara la jota ¿¿!?? ¿Mejoraría en algo mi vida? ¿Estaría bien invertido ese dinero?

Como veis no se trata de una discusión entre diferentes tipos de nacionalista sino entre nacionalistas y NO-NACIONALISTAS.

Y no quisiera pecar de mal pensado pero ¿no será que a quien le hace la vida más fácil esta campaña es al que usa argumentos identitarios para conseguir votos?

Anónimo dijo...

Evidentemente, el anterior anónimo soy yo.

Anónimo dijo...

Y va apareciendo la claca.

Pues, Alejandro, te parecerán impecables a ti porque, sencillamente, sois de la misma cuerda.

Pero demuestran un odio feroz (a mi me lo parece).

Y ya es costumbre que los nacionalistas españoles se definan como no-nacionalistas. Quizás lo justifican porque les gusta el jazz.

Anónimo dijo...

Odio feroz ¿a qué? ¿o a quién?

Por qué no haceis más que repetirlo, pero ¿a quién odiamos? ¿Podrías concretar?

Y ¿dónde encuentras tú una sola palabra mía que me defina como nacionalista español?

Precisamente, pringao, no me siento (como ya he dicho) nada identificado con España, ni con lo español. La bandera y la patria me la traen al fresco, y los símbolos patrios me importan menos que nada.

Lo cual evidentemente, quiere decir que no tienes ni puta idea de lo que estás hablando y lo único que haces es repetir una y otra vez las mismas consignas sin dar ningún argumento.

¿Te das cuenta? en las dos o tres últimas intervenciones no haces más que repetir que estamos llenos de odio y que somos fundamentalistas rabiosos.

Repito: ¿Fundamentalistas de qué? ¿Odio contra quién?

Argumenta algo, da razones y deja de farfullar las cosignas que te han metido en la cabeza.

Piensa por ti mismo por una vez.

Oroel dijo...

Querida Voz de la Conciencia:

Yo no llego al nivel de desapego que demuestra Alejandro, porque yo sí me reconozco español y mi bandera es un símbolo (sólo un símbolo) con el que me identifico. Insisto: tengo apéndice, pero no apendicitis.

Pero yo, como él, no siento ningún ningún tipo de odio, ni me siento fundamentalista.

No sé si conseguiré resumir mi pensamiento de la forma más breve posible:

Estoy dispuesto a dejarme cortar una mano (metafóricamente hablando) por defender tus derechos, y que puedas, si lo deseas, hacer que tus hijos estudien catalán. Pero estoy dispuesto a cortártela a ti como trates de impedir que los míos o los de mis conciudadanos puedan estudiar en castellano. Ese es mi compromiso con las libertades y eso exactamente significa ser liberal militante. No pretendo vulnerar los derechos de nadie, pero no estoy dispuesto a consentir que nadie intente privarme de los míos.

Y el nacionalismo no tiene precisamente inconveniente en vulnerar los derechos de quien le estorbe para sus propósitos, cultivar las desiguladades culturales (poco importantes) y de derechos (éstos sí, indeclinables)o inventarse agravios y una historia mítica.

Resumo: no odio, pero no consiento.

Anónimo dijo...

Quizás me extralimité. ¿Odio?, no lo se. Sería mas certero: RABIA. Rabia de creerse superior y ver como los que son considerados inferiores, a los que se desprecia, imponen, gracias a la democracia, sus criterios. Si, es mejor así, rabia e impotencia.

Y, Oroel, niegalo cien, mil, diezmil veces. Eso no cambia la realidad.

Anónimo dijo...

Y, Oroel, el subconsciente te traiciona. ¿Te dejarías cortar la mano (metafóricamente, claro) porque mis hijos estudiasen catalán o por que los tuyos estudiasen en castellano?.

Supongo que ves la diferencia.

Y, finalmente, ¿que historia no es mítica?, ¿la tuya?.

Anónimo dijo...

A ver. Tus (vuestros) análisis psicológicos baratos son basura.

La idea es muy fácil y cualquiera puede entenderla:

El gastar dinero público en una campaña con el eslogan "Somos Aragon" es una idiotez. Hay formas mucho más útiles de gastar el dinero de los contribuyentes.

Se trata tan sólo de una opinión legítima sobre como se debe o no se debe gestionar el dinero público. Se puede estar o no de acuerdo con esta opinión pero desde luego no denota ni odio, ni rencor, ni frustración ni fundamentalismo.

A lo mejor el problema y el complejo de superioridad está en vosotros, que no podeis concebir que alguien tenga una opinión distinta a la vuestra sin que tenga una grave tara de la personalidad.

Esto es muy propio (la demonización del adversario) de gente intolerante, sectaria y con muy pocas convicciones democráticas.

Si tuvierais un mínimo de respeto a la diversidad de ideas y a la discrepancia usaríais argumentos en vez de (des)calificar al contrario sin ninguna base racional ni lógica para hacerlo.

Oroel dijo...

Querida Voz de la Conciencia:

Quizás fuera deseable que dejaras de hacer interpretaciones o conjeturas psicoanalíticas sobre mi subconsciente y sobre lo que crees que quiero decir y no digo. Suelo escribir, creo, con bastante precisión. Me esfuerzo en ello. Por eso digo lo que digo y no lo que tú quieres creer o atribuirme. Y si hay algo que no he dicho, es porque no es eso lo que he querido decir.

No sé qué subconsciente ves tú traicionado. Estoy dispuesto a defender tus derechos y los míos. Me esforzaré por no vulnerar ninguno de los tuyos, pero me tendrás enfrente como pretendas recortar los míos. ¿Ves alguna traición del subconsciente en eso? Lo que he dicho lo he dicho muy conscientemente, sabiendo exactamente qué quería decir.

Nunca me he creído superior a nadie, ni tampoco inferior. Para creerme superior, o solamente distinto, debería ser nacionalista. Y no lo soy. Creo en la igualdad de derechos. Por tanto, no siento ningún odio. Rabia, sí: la que me produce la injusticia, la estupidez, la hipocresía o el abuso de unos -los nacionalistas- sobre quienes no lo somos. La imposición de criterios por parte de la mayoría en democracia nunca puede ser absoluta e incontestable, sino que tiene unos límites. La esencia de la democracia es más compleja de lo que tú podrás nunca entender, no por joven o por indocumentado, sino por nacionalista. En democracia prevalece la opinión de la mayoría, cierto, pero el límite son los derechos de las minorías. Los derechos son imprescriptibles, y ni siquiera una mayoría puede abolirlos. ¿Puede una mayoría someter a la esclavitud a una minoría, democráticamente?

¿Qué historia no es mítica? Aquella que honestamente trata de acercarse a la realidad de los hechos, contarlos e interpretarlos con un solo objetivo: la verdad. Es historia mítica la que tiene otros objetivos, justificar y dar soporte argumental a determinadas políticas o cimentar una idea de nación. No digo que la Historia no pueda contribuir a todo eso, pero siempre que cumpla la premisa básica: el respeto a la verdad. Esa es la primera condición. Si se sacrifica esa para conseguir lo otro, ya no se hace Historia, sino novela, fabulación, leyenda, literatura de ficción.

Querida Voz de la Conciencia: la verdad es la verdad. Y te acercarás más a mi verdad, a lo que pienso y a lo que siento, si lees lo que escribo. No necesito que lo compartas. Pero el que te inventes mis motivos, mis intereses o hasta mi subconsciente quizás te produzca alguna satisfacción mental, pero se aleja de la verdad. Quizás prefieras pensarlo así, quizás convenga a tus esquemas argumentales suponer que soy nacionalista, pero desengáñate, o no te engañes a ti mismo: no soy nacionalista. Jamás podría ser algo tan estúpido y tan primitivo como eso. Tres mil años de civilización para volver a caer en el tribalismo, ¡Dios mío! Yo valgo más, creo, y me debo el mínimo respeto de no ser nacionalista.

Anónimo dijo...

A los que tanto les gusta proclamar a los cuatro vientos esta aberración les recomiendo una campaña más acorde a su estilo:
"Esto es la Muela".

Decir que este montaje no nos lo imponen, si no que es gracias a la democracia demuestra un grado de hipocresía infumable.

Por cierto, no siempre la opinión de la mayoría es la mejor opción, pero es el mejor método que existe por ahora donde todos puedan opinar.

Menos nacionalismos casposos y más invertir en el futuro de la juventud, aquí es donde demuestran algunos que no son precisamente mileuristas ni hipotecados.

Anónimo dijo...

Vaya parrafada, Oroel, para no decir nada concreto. Bueno, ya nos tienes acostumbrados.

Pues eso.

Oroel dijo...

Querida Voz de la Conciencia:

¿Demasiado espeso para tí? Lo siento, no lo sé hacer más digerible.

Y sí he dicho cosas, sí... aunque con seguridad no las que a tí te gustaría leer. Lo siento.

Anónimo dijo...

"Menos nacionalismos casposos y más invertir en el futuro de la juventud, aquí es donde demuestran algunos que no son precisamente mileuristas ni hipotecados."

Pues mira, eso lo suscribo totalmente.

Y supongo que Oroel también lo suscribirá.

Oroel dijo...

Nacionalismos casposos... valga la redundancia.

Anónimo dijo...

Sí. Parece ser que ahora es mas moderno que los nacionalistas se llamén no-nacionalistas. Ja, ja, ja, ja.

Oroel, leete bien que en tus parrafadas pseudosesudas parece que intentes decir algo y no dices nada aunque pretendes decirlo pero no te atrevés a decirlo con claridad, ne sea que te descubras a tí mismo. Ja, ja, ja, ja.

Oroel dijo...

Querida Voz de la Conciencia:

¿Otra vez conjeturando? Eres incorregible. ¿Por qué no te limitas a tratar de entender lo que lees y te dejas de interpretaciones absurdas? Esto es un diálogo de besugos, porque al final respondes a lo que tu crees o quieres creer que digo o que pienso y no a lo que realmente pienso (que es exactamente lo que digo).

Vuelvo a repetir: lo que quiero decir es lo que escribo y no otra cosa. Y tú respondes a esa otra cosa, que yo ni pienso ni digo.

Deja de reirte compulsivamente y sosiégate. Léeme despacio y admite de una vez lo que hay escrito.

Lo demás son imaginaciones tuyas.

Anónimo dijo...

Hombre Oroel, que nos conocemos desde hace muchos años. ¿A quién quieres engañar?
Te daré una pista, ¿recuerdas aquel día que dijestes que, en unas vacaciones en el Pirineo catalán, habías conocido a los dos únicos catalanes que no sabian castellano?.

Oroel dijo...

Querida Voz de la Conciencia:

Eres un pesado.

Sí era cierto, ¿y qué? Me encontré con muchachos que rondaban los veinte años que hablaban castellano con extraordinaria dificultad, y con una tremenda falta de vocabulario. Es su problema, culpa posiblemente de la imposición nacionalista. Una carencia que les limitará, salvo que decidan no salir de Cataluña y hablar sólo con catalanoparlantes. Todo un éxito, algo que agradecer a las políticas nacionalistas que anteponen la creación de sus nacioncitas a los derechos o intereses de los ciudadanos.

¿Constatar el hecho de aquellos muchachos -ahora sólo me viene a la memoria una dependienta- me convierte en nacionalista?

Insisto, no conjetures, no fabules. Digo lo que digo y nada más que lo que digo.


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