Está el juez Garzón, en la soledad y silencio de su despacho de la Audiencia Nacional, redactando una providencia de 400 folios, cuando, de repente, se ve interrumpido por un extraño sonido, como de alguien que chista:
.
-"Chisssss, chissssss"
.
Garzón levanta la vista de las cuartillas, pero no puede ver a nadie: está solo. Al cabo de unos segundos, se repite el sonido:
.
-"Chisssss, chissssss"
.
Perplejo, vuelve a extender la vista por todo el despacho: nada, nadie... Una tercera vez, se repite el fenómeno:
.
-"Chisssss, chissssss"
.
Se levanta de la silla dispuesto a lavarse la cara y entonces se percata de que el Cristo del crucifijo que preside su despacho ha soltado una mano y le hace gestos para que se acerque. Garzón, perplejo, se pone enfrente de él y le oye decir: -"¿Y de lo mío, qué?, ¿Cuándo procesamos a Pilatos?"
.
2 comentarios:
Muy bueno...
Pues lo siento por el Cristo, pues con Garzón tiene todas las papelatetas para ser encausado por ser el promotor intelectual de las cruzadas.
Un abrazo. Carlos56.
Publicar un comentario