viernes, febrero 27, 2009

¿Sentido de Estado?

Que nadie lo espere. No lo hay.

Las encuestas auguran, al parecer con poco margen para el error, que por primera vez en mucho tiempo será posible un gobierno constitucionalista en el País Vasco, formado por PSE-PSOE, PP y quizás UPyD, si estamos dispuestos a admitir que todas estas fuerzas son constitucionalistas, es decir no nacionalistas. Ese pacto sería hoy día el único capaz de enderezar el rumbo suicida que lleva nuestro país. Abriría las puertas, ventanas y, sobre todo, los cajones y archivos de una administración vasca que ha dado demasiadas oportunidades al clientelismo y, peor aún, a la complicidad, activa o pasiva, con el terrorismo. Y significaría una reconsideración imprescindible, más que necesaria ya, a esa permanente huída hacia delante de las sucesivas ampliaciones competenciales de las autonomías.

Pero no espero que esa situación se produzca. Las condiciones para que ocurra sí que se darán. Pero falta generosidad, inteligencia y sentido de Estado. Hemos de verlo. Zapatero carece de todas esas cualidades. Es el presidente del cordón sanitario y entre sus rasgos más acusados cabe señalar la irresponsabilidad y el sectarismo.

Y peor aún, el Partido Socialista lleva en su programa la propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía del País Vasco. Recordemos la frase, ya antigua, de José Blanco:
“Apoyaremos cualquier reforma del Estatuto vasco que sea constitucional" ¿Cualquier reforma? ¿Incluso si es tan constitucional como la reforma del Estatuto catalán? ¿Basta que sea constitucional -con los laxos criterios sobre el constitucionalismo que maneja el Partido Socialista- para que esa reforma sea buena?

Y recordemos también que el País Vasco disfruta ya de una amplísima autonomía fiscal, de la que, salvo Navarra, no disfruta ninguna otra región europea. Lo que quiere decir que una ampliación competencial como la de Cataluña, unida a esa autonomía fiscal, convertirá al País Vasco en esa Nación Libre Asociada que pretendía Ibarreche. Una independencia de facto, y además subvencionada, pues no otra cosa significa esa “asociación” con la que se conformaría el PNV. Subvención de la que, por cierto, ya disfrutan.

Todo ello induce a pensar que finalmente veremos un gobierno de coalición PNV-PSE, cuyo primer objetivo será la reforma del Estatuto con lo que quedará definitivamente consagrada la Confederación española, que sin duda es uno de los objetivos nunca confesados de Zapatero.

Planteaba yo al principio la hipótesis de considerar al PSOE un partido constitucionalista. Montilla es socialista, dice. ¿Lo es realmente? ¿O es nacionalista?

Pues mucho me temo que con Patxi López tendremos que formularnos las mismas preguntas.
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4 comentarios:

Anónimo dijo...

La Voz de la Conciencia

¿Constitucionalistas?. Vaya manera de tergiversar y retorcer las palabras para no decir lo que se es en realidad. Esta muy bien eso de llamarse "constitucionalista" y, después, criticar la constitución. ¿Constitucionalista de qué?.

Oroel dijo...

Tienes razón. Por una vez tienes razón.

He pretendido referirme con ese nombre a los partidos que no son nacionalistas. O que nominalmente no son nacionalistas,... aunque alguno, como el PSOE-PSC realmente lo sea. O como creo que demostrará serlo el PSOE-PSE.

No obstante, me has entendido desde el principio. N'est-ce pas?

Mike dijo...

Si se dan las condiciones para este gobierno de coalición, será la piedra de toque para conocer las intenciones reales de cada partido.

Supongo que el PSE acabaría teniendo conflictos con Madrid, siendo como es un partido de nacionalistas blanditos camuflados de "constitucionalistas".

Ya veremos...

Anónimo dijo...

La Voz de la Conciencia

Efectivamente, Oroel. Te he entendido desde el principio. Y tú, también me has entendido.

Это не так?.


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