¿Oposición?

“Una parte de las malas prácticas de cualquier Gobierno son responsabilidad directa de la oposición”. (Manuel Martín Ferrand)

Cuando un político, o alguien que pretende incorporarse a la política, se presenta en unas listas electorales sabe que se enfrenta a dos alternativas: la de gobernar, o apoyar a los suyos para que gobiernen, si cuenta con suficiente respaldo, o ejercer la oposición si no obtiene apoyo electoral suficiente. Y en cualquiera de estas dos opciones, si no ejerce su papel de la mejor manera que sepa y pueda, está traicionando a quienes le han votado y nunca debiera haberse presentado a unas elecciones.

Hoy hay un interesante artículo de José Luís Trasobares en el Periódico de Aragón del que me permito extraer este párrafo:

“El bajísimo perfil de la oposición conservadora contribuye claramente a que en Aragón el debate político y social esté bajo cero. El PP no logra articular alternativas ni halla espacio por donde entrarles a los gobiernos PSOE-PAR. Éstos, a su vez, están moviéndose con pachorra pero con soltura en una especie de Limbo centrista que deja a la derecha sin espacio para tomar distancias y coger carrerilla. Rudi y los demás portavoces o se refugian en las típicas y manidas vaguedades del argumentario al uso o esperan a que los medios les saquen las castañas del fuego. Si el PP no puede, no quiere o no sabe analizar qué ha supuesto la Expo, si no es capaz de investigar las sociedades públicas, si está de acuerdo con la retorcida e inexplicada operación Romareda, con Gran Scala y con las recalificaciones a manta... ¿qué les queda para hincar el diente?”

Y otro no menos interesante de Manuel Martín Ferrand en el ABC de hoy, del que igualmente tomo prestado el siguiente:

“Una parte de las malas prácticas de cualquier Gobierno son responsabilidad directa de la oposición. No se trata, como algunos acostumbran, de esperar el turno de poder; sino de, mientras llega, vigilar con atención, estudiar con responsabilidad, exigir con ahínco, señalar con energía, contrastar con lealtad y divulgar sin saña”.

Es curioso que dos comentaristas de tan distinto perfil político y en dos medios con orientaciones opuestas hagan prácticamente las mismas consideraciones el mismo día. Debe resultar muy obvio.

Efectivamente, en Aragón es un secreto a voces el de la enorme red clientelar creada en torno a las comarcas. El listado de hijos, hijas, cuñados, yernos y demás familia colocados en ellas en virtud de su parentesco con quien detenta el poder debe ser enorme, con centenares de nombres. ¿Dónde coño tiene la oposición los correspondientes dossieres? ¿Existen esos dossieres? ¿Han trabajado por recopilarlos? Y otro tanto cabría decir de los nombres de los empleados de las empresas públicas que el Gobierno se resiste a dar a conocer en las Cortes. ¿No tiene la oposición otras fuentes de información, aunque sea sólo parcial? ¿Y la adjudicación de viviendas de protección oficial al margen del conducto habitual del sorteo? ¿No le es posible recopilar información sobre esas impresionantes bolsas de fraude y llegado el caso hacerla pública y efectuar las correspondientes denuncias? Resulta difícil de creer. ¿Realmente quieren ser alternativa?

Porque, vuelvo a insistir, quien renuncia a hacer oposición, renuncia a ser alternativa. A estas alturas deberían saberlo.

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