Mi pregunta impertinente del otro día (¿existe una izquierda reaccionaria?) ha suscitado algún comentario en el foro, y algunos más fuera de él. Es por eso que creo necesario detenerme en el tema.
“¿Qué entiendes por reaccionario?”, me pregunta uno de mis contertulios. El diccionario, con más o menos acierto, o más o menos extensión, nos dice que es el que se opone a las innovaciones, o, en política, partidario de restablecer lo abolido (¿todo lo abolido?: ¡qué exageración!). Una definición muy pobre y poco precisa que lo equipararía a “conservador”, y aún lo supera, creo.
“Reaccionario” tiene para mí una connotación peyorativa, y así lo empleé yo cuando me referí a la “izquierda reaccionaria”. Su sinónimo más cercano sería “retrógrado”.
Permítanme, puesto que son términos que, sobre todo desde la izquierda, se intenta asimilar, que ofrezca la definición de “conservador” que nos ofrece el filósofo Michael Oakeshott: “Ser conservador consiste, (...) en preferir lo familiar a lo desconocido, lo contrastado a lo no probado, los hechos al misterio, lo real a lo posible, lo limitado a lo ilimitado, lo cercano a lo distante, lo suficiente a lo superabundante, lo conveniente a lo perfecto, la felicidad presente a la dicha utópica”. No parece tan terrible. Incluso explicaría el cambio de actitud ante la vida que acompaña a la madurez.
Pero sigo sin explicar qué es la izquierda reaccionaria.
Voy a ofrecer primero mi propia versión sin grandes explicaciones, basándome de tres ejemplos:
- "El partido que yo aquí represento aspira a concluir con los antagonismos sociales,... esta aspiración lleva consigo la supresión de la magistratura, la supresión de la iglesia, la supresión del ejercito... Este partido está en la legalidad mientras la legalidad le permita adquirir lo que necesita; fuera de la legalidad cuando ella no le permita realizar sus aspiraciones" (Pablo Iglesias)
-"Quiero decirles a las derechas que si triunfamos colaboraremos con nuestros aliados; pero si triunfan las derechas nuestra labor habrá de ser doble, colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir a la Guerra Civil declarada. Que no digan que nosotros decimos las cosas por decirlas, que nosotros lo realizamos". (Largo Caballero. El Liberal, de Bilbao, 20 de enero de 1936)
"Muchos de los objetivos y de las grandes aspiraciones de la II República están en plena vigencia”. "Es un buen recordatorio para saber que la España de hoy mira a la España de la II República con reconocimiento y, sobre todo, con satisfacción y orgullo por ver lo que hemos sabido hacer entre todos en esta etapa constitucional". (José Luis Rodríguez Zapatero. 27 de abril de 2007)
Bueno, admitamos que ni Pablo Iglesias ni Largo Caballero eran reaccionarios puesto que aspiraban a cambiar el orden imperante. Pero tampoco creo que se les pueda llamar en puridad “progresistas”, puesto que es dudoso que sus aspiraciones supusieran algún progreso, antes al contrario. Ellos eran propiamente revolucionarios. Y desde luego, no eran demócratas.
Pero si analizamos la nostalgia zapateril por aquel régimen liberticida y sectario, que el propio PSOE intentó derrocar en el 34 y en el que obviamente no creía, cabe pensar que él si es un reaccionario (partidario de restablecer lo abolido, recuerden)
También se suele equiparar reaccionario a fascista o no demócrata. La pregunta que hacía yo cobra más sentido: ¿Existe una izquierda no democrática?
Permítanme responder con otro ejemplo actual:
“Prometo hacer del Parlamento el centro de la vida pública” (José Luis Rodríguez Zapatero)
Aunque del dicho al hecho…
Pero hay gente que ha hecho análisis mucho más profundos de la cuestión. Les invito a leerlos:
E incluso se ha escrito un ensayo con este título:
La izquierda reaccionaria, de Horacio Vázquez-Rial
La izquierda actual es un síndrome y una mitología. Los síntomas son el antiamericanismo como única filosofía central, la renuncia a las nociones de proceso, de soberanía y de Estado, entre otras, el multiculturalismo -que lleva al proislamismo acrítico y, en consecuencia, a servidumbres políticas e intelectuales perversas-, el antisemitismo, el nacionalismo, la manipulación de la memoria y de la historia, el desconocimiento de la realidad moral de ciertas prácticas, tanto positivas como negativas -la familia o el cultivo de opio-, las consignas que se repiten sin que tengan ya ningún vínculo con la realidad.
Y aunque no se refiera estrictamente a esa característica reaccionaria de la izquierda, me parece de lectura obligada este artículo de Fernando García de Leániz, zaragozano, sobre el pretendido monopolio de la izquierda sobre la ética y la virtud. Filosofía política, que es tanto como decir filosofía moral.
Bueno, es a esta impostura a la que nos enfrentamos quienes creemos en la Libertad.
Y poco a poco la vamos desenmascarando.
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1 comentario:
Gran entrada. Mi teorá hipçotesis, tesis sobre el tema: http://chech0.blogspot.com/2009/10/hipotesis-tesis-teoria.html
Saludos desde Jaca.
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