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Dice Joaquín Leguina en su blog:
Un buen día del año 2006, y siendo yo diputado por Madrid se me acercó en la Carrera de San Jerónimo un muy conocido diputado del PP y, tomándome por el brazo, me dijo al oído:
-Mira, Joaquín, entre nosotros no debe haber equívocos: los Presidentes españoles se vuelven todos locos. Por ejemplo, el nuestro (Aznar) enloqueció durante su segunda legislatura, pero es que el vuestro (Zapatero) ya venía loco.
Callé entonces, ateniéndome a una prudencia impropia de mi condición, pero ahora estoy convencido de que por la boca de aquel diputado hablaba la verdad.
Con lo que viene a confirmar lo que yo siempre he sostenido:
"Es cierto que el poder corrompe. Pero mucho antes de corromper, agilipolla".
"A Rodríguez Zapatero el poder sólo puede corromperle."
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