Lo he dicho muchas veces y lo repito una vez más: siento un profundo desprecio, intelectual y moral, por Zapatero.
La última -o una de las últimas, porque a estas alturas ya habrá cometido o dicho dos o tres indignidades más- ha sido el decir que Jaime Mayor Oreja "nunca ayudó en la tarea de la lucha antiterrorista" en la pasada legislatura y que “difamó de manera hipócrita al Gobierno".
A ver si nos aclaramos: quien ha dicho esto ha sido Zapatero, el político que mintió durante al menos tres años sobre sus tratos con ETA, el que ideó y dirigió el plan de rendición a la banda. El hombre que estaba dispuesto a llegar a acuerdos políticos con los asesinos acusando a quien los perseguía. Estamos hablando de quien decidió resucitar a la banda terrorista y le otorgó el beneficio de una negociación de tú a tú. Quien sacó de la cárcel a presos sanguinarios, calificó de hombre de paz a Otegui, legalizó los partidos paralelos, instaló a los etarras en las instituciones, llevó hasta la indignidad al Estado en la negociación subterránea, hizo concesiones vergonzantes, Navarra incluida, y cuando ETA le recordó que con los terroristas no se podía jugar como con Carod-Rovira, perpetrando la atrocidad de Barajas, no varió su política: sólo la ocultó. Tras mentir concienzudamente a la opinión pública, Zapatero continuó negociando de forma subterránea con ETA, despreciando la sangre derramada en Barajas. Esa es la realidad.
Como hoy señala Edurne Iriarte en ABC: “La negociación de Zapatero con ETA acabó bien por un motivo, porque ETA rompió la negociación. Y mal, por otros dos. Nunca se destapó toda la verdad y, además, Zapatero y su Gobierno jamás pagaron políticamente por aquella responsabilidad, la de la traición a los principios democráticos y constitucionales que estuvieron dispuestos a consumar”.
La última -o una de las últimas, porque a estas alturas ya habrá cometido o dicho dos o tres indignidades más- ha sido el decir que Jaime Mayor Oreja "nunca ayudó en la tarea de la lucha antiterrorista" en la pasada legislatura y que “difamó de manera hipócrita al Gobierno".
A ver si nos aclaramos: quien ha dicho esto ha sido Zapatero, el político que mintió durante al menos tres años sobre sus tratos con ETA, el que ideó y dirigió el plan de rendición a la banda. El hombre que estaba dispuesto a llegar a acuerdos políticos con los asesinos acusando a quien los perseguía. Estamos hablando de quien decidió resucitar a la banda terrorista y le otorgó el beneficio de una negociación de tú a tú. Quien sacó de la cárcel a presos sanguinarios, calificó de hombre de paz a Otegui, legalizó los partidos paralelos, instaló a los etarras en las instituciones, llevó hasta la indignidad al Estado en la negociación subterránea, hizo concesiones vergonzantes, Navarra incluida, y cuando ETA le recordó que con los terroristas no se podía jugar como con Carod-Rovira, perpetrando la atrocidad de Barajas, no varió su política: sólo la ocultó. Tras mentir concienzudamente a la opinión pública, Zapatero continuó negociando de forma subterránea con ETA, despreciando la sangre derramada en Barajas. Esa es la realidad.
Como hoy señala Edurne Iriarte en ABC: “La negociación de Zapatero con ETA acabó bien por un motivo, porque ETA rompió la negociación. Y mal, por otros dos. Nunca se destapó toda la verdad y, además, Zapatero y su Gobierno jamás pagaron políticamente por aquella responsabilidad, la de la traición a los principios democráticos y constitucionales que estuvieron dispuestos a consumar”.
Creo sinceramente que desde los tiempos de Fernando VII no ha habido en la política española nadie más cínico que Zapatero.
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4 comentarios:
Suscribo todo cuanto has dicho
Las cotas de ignominía a las que es capaz de llegar este individuo,son proporcionales a su falata de decencia, de respeto a la verdad y de dignidad.
Mayor Oreja ha sido un extraordinario Ministro del Interior,que avisó de la "tregua trampa" y alertó de los propósitos de claudicación de Zapatero ante los asesinos.
"... nadie más cínico que Zapatero.", y Adolfo Suarez, Felipe Gonzalez y Jose Mª. Aznar (el dol movimiento vasco de liberación nacional).
Quizás sea indispensable un cierto -un alto- grado de cinismo para ser político... pero hay niveles, como en todo. Y quien gana, sin duda -para mí al menos- es Zapatero. Es cínico hasta la vileza.
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