La edecán

No hay peor “facha” -ni más clasista- que un señorito de izquierdas. En este caso señorita.

He copiado este texto de Internet:

No recuerdo la fecha exacta, pero debió ser por los 50 del pasado siglo cuando el teniente general Gotarredona se convirtió en el gobernador militar de esa “plaza fuerte” del norte de Africa. Igual que ocurre hoy en día con calle Larios, el personal civil y militar de Melilla se volcaba en La Avenida, su arteria principal. La cafetería California, la heladería el Buen Gusto, el bar Zaragoza, Boix Hermanos, la papelería La Hispana y el Casino Español son los edificios que mejor recuerdo.

Se cuenta, y es verdad, que un día Gotarredona estaba sentado en la cafetería California, cuando pasó un asistente portando un envoltorio y fue requerido por el teniente general. Se cuadró y le preguntó qué llevaba. El soldado contesto que una tarta de cumpleaños para la esposa del capitán. Mandó que se sentara junto a él, abrió el paquete y emergió una hermosa tarta de chocolate. Pasaron tres legionarios por el lugar y el teniente general los llamó y entre los cinco devoraron la tarta.

No sé si Gotarredona era falangista. Seguro que sí, pero aquel mediodía abolió la explotación doméstica de soldados, asistentes, en la ciudad de Melilla. La señora Antonia se alegró un rato largo.

Navega por Internet una foto en la que se ve un edecán, ayudante de campo, capitana en este caso, llevando entre sus brazos el bolso y el abrigo de la ministra de Defensa Carme Chacón, mientras ésta habla con un general.

Me acerqué al diccionario para saber el significado del término edecán. Primera acepción: ayudante de campo (aid de camp). Segunda acepción: auxiliar, colaborador que cuando es demasiado servil se le conoce por “pelota”.

La fotografía ha levantado muchísimas suspicacias en el Ejército. No se entiende muy bien que la capitana se convierta en asistente de los antiguos, menos que el general lo consienta e inadmisible, por no decir vergonzoso, que de mujer a mujer, cuestión de jerarquía, se vuelva a las andadas.

Nos haría falta, entiéndanme, un nuevo Gotarredona. Y es que Carme Chacón ejerce de “militara”, no de militar.

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