El director de Recursos Humanos de una importante consultoría se dispone a hacer una prueba de selección de futuros trabajadores.
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Desde la tarima, propone a los candidatos el siguiente problema:
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-Teniendo en cuenta el volumen que ocupan ustedes, la velocidad de un rayo lumínico solar, la suspensión del polvo desplazado por la tiza y las vibraciones emitidas por mis cuerdas vocales, calculen la edad que tengo...
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Todos los candidatos tiemblan ante el problema, excepto uno que levanta la mano y dice de inmediato:
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-Cuarenta y cuatro...
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El director se sorprende y pregunta:
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-Y usted, ¿cómo lo sabe?
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-Porque tengo un hermano que tiene 22, y es medio gilipollas.
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3 comentarios:
Buenísimo.
Este chiste también se le podría adjudicar algún que otro "historiador".
Al amable anónimo:
¿Podrías ser un poco más explícito? No te entiendo, sencillamente.
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