viernes, octubre 31, 2008

¡Qué vergüenza!

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Lo que habría que interiorizar es que los nombramientos de asesores que no van a ejercer ese trabajo, ni van a pisar una dependencia oficial, ni tienen despacho, ni cumplen horario, ni trabajan para la Administración que les paga, sino para el partido, son delito. Delito. Y quien delinque no es otra cosa que un delincuente. Allí concurren la prevaricación, la desviación de fondos públicos y la financiación irregular de un partido político. Estamos pagando a los agentes políticos de esos partidos con los impuestos que tendrían que destinarse a la prestación de servicios y financiación de infraestructuras y viviendas. Esos sueldos cobrados sin trabajar para quien los paga son un robo, sin paliativos. ¿Y cómo se llama a quien roba? ¿Qué se debería hacer con quien roba? Lo que se hace en cualquier país decente. Lo que al parecer se ha hecho con los asesores de la Diputación Provincial de Almería.

El Justicia ha dado su opinión: ha advertido de la posible ilegalidad de algunos empleos eventuales.


¿Y la Fiscalía ha dicho algo?
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