Mientras los problemas sin resolver se amontonan en las puertas de Moncloa, Zapatero, con la inestimable ayuda de un famoso y conocido pseudojuez, con más vocación por la cosa mediática que por la de impartir Justicia, sigue sacando a pasear muertos antiguos.
Dispuesto a cargarse todos los logros colectivos obtenidos en España antes de su llegada al poder, Zapatero, quiere acabar también con la Transición que puso un final no deseado (no deseado por él) a la confrontación de las dos Españas, que perdieron los suyos hace ya tantos años y que se cerró con un encomiable esfuerzo por la reconciliación. Son otras las batallas que debemos librar ahora, pero esas Zapatero las está perdiendo.
Observen el coste enorme de la iniciativa de Garzón y su inutilidad desde el punto de vista de la Justicia (desde el punto de vista de la depuración de responsabilidades):
Batallas de antepasados
“Si se redujese a que los familiares de los fusilados por el mero hecho de ser de izquierdas o apoyar a la República tuvieran digno reposo, en vez de yacer en fosas comunes esparcidas por la geografía española, ¿quién podía negarles ese derecho? ¿Quién no estaría dispuesto a ayudarles en la labor, no ya por caridad, sino por humanidad?”
Pero “...algunos intentan, al socaire de un entierro digno de los vencidos, ajustar aquellas viejas cuentas. El auto de Garzón no es una obra de misericordia, sino unas diligencias judiciales, con todas las responsabilidades jurídicas que acarrea, aunque instancias más altas y entendidas que él le han advertido que la responsabilidad penal no cabe en este caso, por razones bien fundadas. Pero eso no parece importar mucho a un juez que, a juzgar por anteriores actuaciones, no parece atenerse demasiado a la letra de la ley, ni a un gobierno, que no se atiene ni a su propia palabra, lo que nos autoriza a pensar que está encantado con este caso, que barre de los titulares la crisis económica, la financiación autonómica, el desafío de Ibarretxe, el Estatuto catalán, la inmigración ilegal, los pederastas y tantos otros problemas a los que no ha prestado el menor caso. Reabrir el debate sobre la guerra civil podría ser una buena cortina de humo sobre ellos”.
Con un solo ojo
“Me aburre y me entristece escribir de los asesinados en nuestra Guerra Civil. Considero míos los huesos de un lado y los del otro. También creo humano y consolador que todas las familias encuentren los restos de los suyos. Todas, escribo. Va a resultar muy difícil”.
Esqueletos
Ya he escrito sobre la inmensa y cínica parcialidad que destila la iniciativa de Garzón, a la vista especialmente del auto con el desestimaba el inicio de actuaciones por la matanza de Paracuellos:
Vanitas vanitatis
Pero pedir información a la Iglesia sobre los muertos de la Guerra Civil, sólo de los de un bando, incrementa a mi juicio la carga de cinismo del pseudojuez:
Los 51 mártires de Barbastro
Dispuesto a cargarse todos los logros colectivos obtenidos en España antes de su llegada al poder, Zapatero, quiere acabar también con la Transición que puso un final no deseado (no deseado por él) a la confrontación de las dos Españas, que perdieron los suyos hace ya tantos años y que se cerró con un encomiable esfuerzo por la reconciliación. Son otras las batallas que debemos librar ahora, pero esas Zapatero las está perdiendo.
Observen el coste enorme de la iniciativa de Garzón y su inutilidad desde el punto de vista de la Justicia (desde el punto de vista de la depuración de responsabilidades):
Batallas de antepasados
“Si se redujese a que los familiares de los fusilados por el mero hecho de ser de izquierdas o apoyar a la República tuvieran digno reposo, en vez de yacer en fosas comunes esparcidas por la geografía española, ¿quién podía negarles ese derecho? ¿Quién no estaría dispuesto a ayudarles en la labor, no ya por caridad, sino por humanidad?”
Pero “...algunos intentan, al socaire de un entierro digno de los vencidos, ajustar aquellas viejas cuentas. El auto de Garzón no es una obra de misericordia, sino unas diligencias judiciales, con todas las responsabilidades jurídicas que acarrea, aunque instancias más altas y entendidas que él le han advertido que la responsabilidad penal no cabe en este caso, por razones bien fundadas. Pero eso no parece importar mucho a un juez que, a juzgar por anteriores actuaciones, no parece atenerse demasiado a la letra de la ley, ni a un gobierno, que no se atiene ni a su propia palabra, lo que nos autoriza a pensar que está encantado con este caso, que barre de los titulares la crisis económica, la financiación autonómica, el desafío de Ibarretxe, el Estatuto catalán, la inmigración ilegal, los pederastas y tantos otros problemas a los que no ha prestado el menor caso. Reabrir el debate sobre la guerra civil podría ser una buena cortina de humo sobre ellos”.
Con un solo ojo
“Me aburre y me entristece escribir de los asesinados en nuestra Guerra Civil. Considero míos los huesos de un lado y los del otro. También creo humano y consolador que todas las familias encuentren los restos de los suyos. Todas, escribo. Va a resultar muy difícil”.
Esqueletos
Ya he escrito sobre la inmensa y cínica parcialidad que destila la iniciativa de Garzón, a la vista especialmente del auto con el desestimaba el inicio de actuaciones por la matanza de Paracuellos:
Vanitas vanitatis
Pero pedir información a la Iglesia sobre los muertos de la Guerra Civil, sólo de los de un bando, incrementa a mi juicio la carga de cinismo del pseudojuez:
Los 51 mártires de Barbastro
Esta fotografía fue tomada en el seminario de Cervera. Algunos de estos jóvenes religiosos se trasladaron a Barbastro poco después, en el mes de julio de 1936, y fueron fusilados en agosto. No eran, obviamente, militares, ni participaron en la guerra.
Historias similares se cuentan por miles. La Iglesia aportó más de diez mil muertos durante la Guerra Civil, que fueron ejecutados -y algunos torturados- por el simple hecho de ser religiosos.
Paracuellos fue otro escenario del horror y la implicación de Carrillo ha sido ampliamente documentada, incluso con testimonios extranjeros:
Felix Schlayer
“También recoge su versión de la entrevista que mantuvo con el nuevo delegado de Orden Público de la Junta de Defensa de Madrid, Santiago Carrillo, al que afirmó haber transmitido las informaciones que disponía sobre los transportes de cientos de presos que en ese momento se estaban produciendo desde la cárcel Modelo y la de Porlier con destino incierto. Según su versión, Carrillo y el general Miaja afirmaron no saber nada al respecto. Pese a prometer investigarlo, dichas sacas se siguieron sucediendo en los días posteriores. El destino de las mismas fue descubierto por el propio Schlayer días después. Carrillo, que reconoce en sus memorias la entrevista con el diplomático (al que sin embargo confunde con el embajador de Finlandia, del que dice que era un "nazi" y que publicó un libro en Alemania tras la guerra,[5] ) y con el delegado de la Cruz Roja, afirma sin embargo que nada supo sobre los asesinatos masivos que se estaban produciendo en Paracuellos”.
Carrillo, que fuera amigo personal de Ceaucescu, en cuyas dachas de verano se alojó con frecuencia, fue, no lo olvidemos, homenajeado por Zapatero el día de su noventa cumpleaños.
Paracuellos fue otro escenario del horror y la implicación de Carrillo ha sido ampliamente documentada, incluso con testimonios extranjeros:
Felix Schlayer
“También recoge su versión de la entrevista que mantuvo con el nuevo delegado de Orden Público de la Junta de Defensa de Madrid, Santiago Carrillo, al que afirmó haber transmitido las informaciones que disponía sobre los transportes de cientos de presos que en ese momento se estaban produciendo desde la cárcel Modelo y la de Porlier con destino incierto. Según su versión, Carrillo y el general Miaja afirmaron no saber nada al respecto. Pese a prometer investigarlo, dichas sacas se siguieron sucediendo en los días posteriores. El destino de las mismas fue descubierto por el propio Schlayer días después. Carrillo, que reconoce en sus memorias la entrevista con el diplomático (al que sin embargo confunde con el embajador de Finlandia, del que dice que era un "nazi" y que publicó un libro en Alemania tras la guerra,[5] ) y con el delegado de la Cruz Roja, afirma sin embargo que nada supo sobre los asesinatos masivos que se estaban produciendo en Paracuellos”.
Carrillo, que fuera amigo personal de Ceaucescu, en cuyas dachas de verano se alojó con frecuencia, fue, no lo olvidemos, homenajeado por Zapatero el día de su noventa cumpleaños.
Otras matanzas dignas de investigación y recuerdo podrían ser las que se llevaron a cabo en Cataluña, entre las distintas facciones del bando republicano. Pero eso, como todo lo demás, no debe ser a estas alturas objeto del trabajo de los jueces, sino de los historiadores.
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5 comentarios:
Estimado Oroel:
Es difícil plasmar los sentimientos que individuos como Garzón, sólo a la altura personajes como Pepín Blanco, pueden producir.
Y cómo tampoco tengo ganas de abordar empresas de ese tamaño, no lo pienso intentar.
Si quieres sonreírte un poco ahí van un par de acotaciones:
a) Se ha dirigido a la Conferencia Episcopal pidiendo datos de las parroquias…. La Conferencia Episcopal no tiene ninguna competencia sobre las parroquias.
b) …sobre los desaparecidos del franquismo. Si constan en las parroquias, esos no están precisamente desaparecidos, pues figuran en registros que son públicos.
Este chico se describe por sus actos, el solito.
Un abrazo, Carlos56
En su último articulo, Alfonso Ussia dice: Mi familia quiere encontar entre 8000 calaveras y esqueletos enterrados en Paracuellos del Jarama, los huesos de nuestro abuelo materno y es que zETAp, se ha propuesto dividir España a la vez que tapar sus fracasos y mentiras, hoy ha prometido una subida de las pensiones en el 2009,¡y no para de hacer promesas! esta es su forma de gobernar y su clientela de talibanes aplaudiendo como posesos
He visto tu comentario en el Heraldo, muy esplícito,
tienes suerte que te lo han publicado, a mi ya no me publican nada, el Heraldo ya no es lo que era, ¡¡¡COMO FUNCIONA LA TIJERA!!! cada vez quedan menos medios de comunicación libres.
Saludos.
A Javier:
A mí también me han censurado bastantes cosas. Parece que Marcelino es intocable. Le protegen. Una vergüenza: periodismo independiente, dicen. He pensado dejar de escribir en él, pero en cuanto veo las noticias no puedo resistir hacer algún comentario.
Menos mal que aún nos queda algún medio, como Intereconomía TV, El Gato al Agua de 22 a 24 horas
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