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Esto, junto con las deudas, el descalabro económico, las irregularidades detectadas por el Tribunal de Cuentas, los edificios vacíos y sin uso, también forma parte del famoso “legado de la Expo”.
Vaya mierda de legado, en definitiva.
El principal leitmotiv de la Expo fue precisamente el respeto al medio ambiente. El agua era su referente. Su nombre, recuérdenlo, era “Expoagua 2008”. Sin embargo, el ecologismo y la sostenibilidad brillaron por su ausencia. La Expo fue ante todo y sobre todo una orgía de hormigón y derroche.
Y por si había alguna duda, ésta de ahora es la demostración incontestable de la falsedad de aquel pretendido ecologismo con que se adornó aquella catetada pretenciosa.
Observen que el pliego de condiciones del contrato de suministro de aquellos chubasqueros fue firmado por Jerónimo Blasco, quien mañana jurará o prometerá su cargo como concejal electo del Ayuntamiento de Zaragoza por la lista del PSOE.
El importe máximo de la licitación era de 162.400 euros y finalmente se adjudicó por un precio curiosamente ajustado: 161.240 euros, a la única empresa que concurrió.
Pues bien, al final aproximadamente la cuarta parte de aquellos chubasqueros (y libros y juguetes educativos), entre 200.000 y 300.000 fueron arrojados a un vertedero junto al Ebro. Ni siquiera a un vertedero controlado o a un centro de reciclaje.
Ahora los autores de todo aquel despropósito vuelven, en virtud de los pactos, a gobernar el Ayuntamiento de Zaragoza.
Vuelvan a mirar las fotos que encabezan este artículo. Esta debe ser la Zaragoza "progresista" a la que se refieren.
Su castigo será tener que administrar su propio legado.
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1 comentario:
Es vergonzoso e inmoral en estas circunstancias.
Me pregunto si no se podría denunciar el hecho para que el responsable pague el dispendio. Ya hay precedentes en España, podríamos aprovechar la disposición de algunos tribunales a hacer justicia.
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