viernes, enero 28, 2011

La Expo y el Tribunal de Cuentas

La Expo (Zaragoza, 2008) siempre me pareció una catetada. Fui por compromiso un día y me aburrí. Nunca pude entender el entusiasmo que suscitaba en la gente (en determinada gente), salvo por el hecho evidente de que “hay gente pa tó”.

Uno de los argumentos con que se justifica y aún pondera aquella bendita Expo es porque permitió acometer o finalizar infraestructuras zaragozanas largo tiempo pendientes. Y es curioso que quienes más las valoran sean luego quienes menos las usan. Por el contrario, precisamente yo me encuentro en el grupo de esos ciudadanos que más las usamos, ciclistas y paseantes. Pero algo que siempre me ha resultado evidente es que esas infraestructuras hubieran podido hacerse con la cuarta parte del dinero que costó toda aquella parafernalia pretenciosa y vacua de que se les rodeó. Y muchas de ellas, incluso, han sido inútiles, innecesarias y sin demanda ciudadana ni uso posterior que las justifique.

Siempre imaginé, y lo dije, que la “postexpo” sería tan ruinosa como lo fue la de Sevilla en el 92. Y al final ha sido así, aunque la crisis haya servido de perfecta coartada para todos esos fracasos, que, se argumenta, sin ella hubieran sido éxitos. Y es que con la crisis les ha venido Dios a ver. Ya tienen excusa para su incompetencia.

Pero el problema es que aquel fiestorro fue un prodigio de improvisación, descontrol, gasto desproporcionado y opacidad de las cuentas públicas, como ahora acaba de demostrar el Informe del Tribunal de Cuentas, que se viene a sumar, en Aragón, al que recientemente se publicaba sobre las cuentas de la comunidad durante los años 2004 y 2005.

La secuencia de noticias y comentarios que ha suscitado es impresionante y preocupante:






Y cómo no, el alcalde y el vicealcalde de Zaragoza se defienden atacando:



Un comportamiento que demuestra un escaso talante democrático y una evidente falta de respeto institucional:


En definitiva, según el informe del Tribunal de Cuentas, aproximadamente la mitad de la deuda actual del Ayuntamiento está vinculada con la Exposición Internacional.

¿Alguien puede extrañarse de que estemos en crisis? Lo extraño sería que no lo estuviéramos.
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