martes, enero 25, 2011

La mano en la caja

José Marco
José Marco fue un personaje peculiar que en su tiempo alcanzó cierta fama (bastante, en realidad) en Aragón. Llegó a ser presidente del gobierno autonómico.

Su gobierno, es cierto, fue breve y salpicado de escándalos. Llegó a presidente de la Diputación General de Aragón a mitad de legislatura, gracias a una moción de censura en la que fue apoyado por un diputado tránsfuga del PP. Sin embargo, ni siquiera llegó a concluir el mandato pues fue condenado por la apropiación de un sillón de la Diputación Provincial de Zaragoza, de la que había sido presidente con anterioridad, él, que siendo empresario de éxito, podría haberse comprado miles de ellos. Fue igualmente procesado por unas escuchas ilegales, a consecuencia de lo cual fue inhabilitado para el ejercicio de cargo público, aunque para entonces ya había sido expedientado por su partido y suspendido de militancia. Actualmente se dedica a sus negocios como propietario de una gran empresa aragonesa de transportes.

La historia del sillón siempre me recordó la condena de Al Capone por un delito menor, frente a los muchos que protagonizó en su vida, y de los que conseguía salir absuelto gracias a las artimañas legales de sus abogados y a la falta de pruebas.

Juan Alberto Belloch
Estos días ha surgido en la prensa aragonesa la noticia de otro de estos temas menores que demuestran la falta de respeto que llegan a tener ciertos políticos por el dinero público; falta de respeto que llega a la obscenidad.

Gracias a esa noticia nos hemos enterado de que Juan Alberto Belloch, el actual alcalde de Zaragoza y antiguo ministro de Justicia e Interior en el gobierno de Felipe González, ejerció en sus primeros años de profesión en la isla de la Gomera, islas Canarias, siendo nombrado años después hijo adoptivo de San Sebastián de la Gomera.

Pues bien, hace unos meses el equipo de fútbol de San Sebastián de la Gomera hubo de desplazarse a la Península a jugar un partido en Pinseque, pequeño municipio próximo a Zaragoza. Al parecer, para sufragar el viaje solicitó y obtuvo ayuda del alcalde zaragozano, que como consecuencia de su vinculación sentimental con aquella población canaria y el compromiso al que al parecer le obligaba su condición de hijo adoptivo, no dudó en “subvencionarle” con 3.738 euros procedentes del presupuesto municipal de Zaragoza.



Al parecer, según la oposición, no está claro que haya habido una solicitud oficial de subvención, una propuesta de pago, ni que ésta finalmente se hay sometido a la intervención municipal, haya tenido el visto bueno y haya sido formalmente aprobada. Es decir, la tramitación ha debido ser absolutamente ilegal.

Ante esto, Fernando Gimeno el vicealcalde de Zaragoza y consejero municipal de Presidencia, Economía y Hacienda, declaraba que “se trata de una propuesta más de la política basura que nos va a acompañar hasta las elecciones”.

En los mismos términos se ha expresado Belloch:



Que me perdone nuestro alcalde el escepticismo, pero ¿quién está haciendo realmente política basura? ¿Ustedes qué opinan?

Por cierto, estoy convencido de que aquel sillón que se apropió Marco y que le costó el puesto, debía ser más barato que lo que ahora se ha permitido regalar Belloch, con un dinero que no es suyo y por estrictos compromisos personales.

PD1.: Belloch no vive en Zaragoza, sino en Villanueva de Huerva, por lo que ni siquiera paga sus impuestos municipales en nuestra ciudad.


La trayectoria del personaje es coherente.
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, y que tal si habla alguna vez de Camps, Fabra o Ana Mato.

Oroel dijo...

Estimado anónimo:

De ese tema que me propone puede escribir usted. Incluso en estas mismas páginas.

Sepa que nunca he borrado un comentario y que si usted escribe sobre esos personajes que cita, tampoco será borrado. Le animo a hacerlo.


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