viernes, febrero 12, 2010

Televisión, mentiras y coste presupuestario

40.000 pesetas.

Hablo en pesetas, porque, al menos los de mi generación, todavía no hemos aprendido a valorar las cantidades de dinero expresadas en euros. 240 euros todavía no nos parece mucho. 40.000 pesetas, ¿recuerdan?, ya parece una cantidad importante.

Pues bien, el otro día el director general de la corporación de la Radiotelevisión aragonesa, Ramón Tejedor, de profesión socialista, se permitió decir que la televisión nos costaba a los aragoneses seis euros por familia. Mil pesetas, se supone que al año.


Algo que es rigurosa y estricta mentira.

El presupuesto de la televisión son ochenta millones de euros anuales, que salen íntegramente del presupuesto de la Comunidad Autónoma de Aragón, porque la publicidad no cubre más que una porción ínfima del coste. Es decir, salen casi íntegramente de nuestro bolsillo. Si somos un millón trescientos mil aragoneses, quiere decir que cada uno de nosotros paga, la veamos o no, lo queramos o no, sin posibilidad de practicar la insumisión fiscal, más de sesenta euros por cabeza. Aunque nos hayan embargado el aparato de televisión.

Una familia de cuatro miembros paga por tanto, obligatoriamente, algo más de doscientos cuarenta euros anuales, 40.000 pesetas al año, aunque haya de pasar estrecheces y privaciones para pagar la hipoteca, aunque tenga que alimentar a sus hijos con lo que puedan pasarles sus padres de su pensión, aunque estén todos sus miembros en paro. Con 240 euros una familia puede contratar la televisión por cable con más de cien canales por no sé cuanto tiempo, y además voluntariamente. Pero la televisión aragonesa la pagamos a la fuerza, y además con engaños.

Un personaje, Tejedor, para el que la continuidad de su sueldo depende de que los aragoneses sigamos pagando la televisión que dirige sin rechistar. Y que para que sigamos haciéndolo, es vital que creamos que nos sale prácticamente regalada, cuando no es cierto, cuando nos estamos privando de cosas que posiblemente necesitemos o nos importen más, para que él pueda seguir conservando su sueldo.

Lo he dicho muchas veces: no me importa tanto que me mientan por la evidente intención de engañarme, porque sé defenderme buscando por mí mismo la verdad. Me molesta que me mientan por la falta de respeto que me demuestran. Y un personajillo que me falta al respeto, no merece el mío. Vaya mi más profundo desprecio hacia él.

¿Socialista, dice? ¡Y una mierda!

(Y además feo)
.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Usted seguro que es muy guapo...

Alejandro dijo...

Pero, esas cuentas tan sencillas que has hecho, ¿no es capaz de hacerlas la oposición?

¿No es capaz de llevar los números y llamarle mentiroso a la cara?

Si lo que dices es cierto ¿Qué les pasa a esa gente?

Oroel dijo...

Querido anónimo:

Soy tan feo como Tejedor, pero ni la décima parte de mentiroso.

Y es que, claro, yo no soy socialista.

Oroel dijo...

A Alejandro:

Torpeza extrema, quizás. Es la única explicación que se me ocurre.


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