lunes, febrero 01, 2010

El fascismo lingüístico


Ahora la excusa son los derechos de los consumidores, que se anteponen, parece, a la libertad lingüística. Es en Cataluña.

El guión está perfectamente trazado y ya escrito desde siglos pasados. No se hace sino repetir la historia, adaptándola sólo a las circunstancias de cada tiempo y lugar.

El cimiento sobre el que se construye una nación es el “pueblo”, que debe ser diferente e identificable, y dotado de una clara conciencia de su singularidad.

Antes ese elemento diferenciador era la raza, pero ahora no es posible. Primero porque en un mundo globalizado no existe homogeneidad racial, y segundo, porque es una pretensión que no disfruta de buena prensa. Que alguien apelara a la raza para justificar su nacionalismo le haría inmediato acreedor de la repulsa de los demócratas escrupulosos y bienintencionados.

Es por eso que ahora se sustituye la raza por la lengua. Y aquí ya los demócratas escrupulosos y bienintencionados titubean.

La pureza racial requeriría la proscripción de la mezcla, algo ya ensayado en su momento por dos reconocidos racistas: Sabino Arana y Adolf Hitler. Al primero todavía se le honra en algún rincón de la Península por gente que se dice demócrata, aunque obviamente no lo es. Pero Hitler acabó por darle mala prensa a la ingeniería racial entre humanos.

El idioma es otra cosa. Admite la ingeniería social y permite conservar la buena conciencia. El uso de un idioma puede incentivarse, subvencionarse sus publicaciones, la producción intelectual en él, su enseñanza... No debería pasarse de allí. Pero, ¿qué hacer cuando la fortaleza del idioma a desplazar es abrumadora y no basta con incentivar el uso del que se pretende que identifique al pueblo? ¿Podríamos proscribir la lengua a erradicar ya que no podemos proscribir la mezcal racial? ¿Podríamos imponer el uso de la lengua a potenciar?

¿Qué diferencia conceptual, desde el punto de vista de los derechos ciudadanos, existe entre las políticas de ingeniería racial y las políticas de ingeniería lingüística? Creo que ninguna.

En Cataluña se ha laminado la libertad de educación en la lengua materna, a pesar de que el castellano sigue siendo la lengua mayoritaria y oficial, a pesar de las recomendaciones de la UNESCO, a pesar de lo que dispone la Constitución... Pero no es suficiente. Hay que proscribir el castellano y forzar el uso del catalán, no sólo en la Administración, sino en la vida social, en las relaciones comerciales... “Disponibilidad lingüística” le llaman. Disponibilidad sólo en catalán, por supuesto.

Cataluña endurecerá las sanciones por no rotular los comercios en catalán 

De momento la reacción ciudadana está siendo escasa, aunque empieza a articularse.

Protesta contra las multas lingüísticas en Cataluña


Pero uno de los aspectos, a mi juicio, más relevantes es el papel que está jugando el Partido Socialista de Catalunya, totalmente reconvertido en un partido nacionalista, que actúa con la fe del converso y llegando donde los nacionalistas genuinos nunca se atrevieron a llegar. ¿Está de acuerdo el PSOE con la política lingüística de su filial catalana? No se ha oído a Rodríguez Zapatero criticarla ni oponerse, ni últimamente pronunciarse sobre la laminación de libertades que están llevando a cabo sus correligionarios. La Historia le juzgará y espero y deseo que no sea indulgente con él.

El fascismo avanza en nuestro país, y, como la pobreza, de la mano del PSOE.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Se parecen mucho los "Nacionalismos" y los "Nacionalsocialismos" (¿Nizismos ambos?)


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