En un blog que frecuento definen a la inefable Bibiana Aído como choni. Es un término malintencionado, pero merecido, creo, por nuestra jovencísima ministra, sin currículum, preparación ni talento, que ha pasado, en palabras del expresidente Aznar, de dirigir el flamenco andaluz -si es que eso se puede dirigir- a decidir sobre la humanidad de los fetos inequívocamente humanos.
Pero reconozco que Bibiana tiene una disculpa: a diferencia de Leire, está buena. Sin matices.
Y la choni tiene un novio, talludito él. Allá cada cual, y mejor para el novio, que a la gente de casi ninguna generación le es dado ligarse a una pareja de la generación siguiente. Una suerte reservada a unos pocos.
Y si es ministra mejor, porque eso puede llevar aparejado un cargo. Quizás eso fuera impensable en cualquier otro país europeo, y ya no quiero ni pensar en Estados Unidos. Pero en España no sólo es posible, sino muy probable. Y no pasa nada. Se asume como normal lo que debiera ser un escándalo, que en cualquier otro sitio hubiera provocado la dimisión (o quizás el procesamiento) de la ministra, del novio y de quienes han nombrado a ambos.
Porque, efectivamente, al novio, para que no estuviera alejado de la chica me lo designaron, a poco de nombrar ministra a Bibiana, delegado de la Junta de Andalucía en Madrid.
Qué quieren que les diga: es muy bonito esto de mantener unidas a dos personas que se quieren y a más de una “maruja” podrá parecerle incluso normal, pero a mí me parece vergonzoso que la Administración pública ponga sus cargos a disposición para que la ministra mantenga su vida sentimental.
Porque mientras, hay miles y miles de españoles que por culpa de ese y parecidos dispendios y cacicadas no pueden vivir con sus parejas ni formar una familia más o menos estable.
Una vergüenza, ya digo. But Spain is different.
Pero reconozco que Bibiana tiene una disculpa: a diferencia de Leire, está buena. Sin matices.
Y la choni tiene un novio, talludito él. Allá cada cual, y mejor para el novio, que a la gente de casi ninguna generación le es dado ligarse a una pareja de la generación siguiente. Una suerte reservada a unos pocos.
Y si es ministra mejor, porque eso puede llevar aparejado un cargo. Quizás eso fuera impensable en cualquier otro país europeo, y ya no quiero ni pensar en Estados Unidos. Pero en España no sólo es posible, sino muy probable. Y no pasa nada. Se asume como normal lo que debiera ser un escándalo, que en cualquier otro sitio hubiera provocado la dimisión (o quizás el procesamiento) de la ministra, del novio y de quienes han nombrado a ambos.
Porque, efectivamente, al novio, para que no estuviera alejado de la chica me lo designaron, a poco de nombrar ministra a Bibiana, delegado de la Junta de Andalucía en Madrid.
Qué quieren que les diga: es muy bonito esto de mantener unidas a dos personas que se quieren y a más de una “maruja” podrá parecerle incluso normal, pero a mí me parece vergonzoso que la Administración pública ponga sus cargos a disposición para que la ministra mantenga su vida sentimental.
Porque mientras, hay miles y miles de españoles que por culpa de ese y parecidos dispendios y cacicadas no pueden vivir con sus parejas ni formar una familia más o menos estable.
Una vergüenza, ya digo. But Spain is different.
¡Que viva el amor (socialista: esto es, a costa del erario público)!
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3 comentarios:
Y luego hablamos de Berlusconi.
Oroel, ¿ya te has olvidado de Maleni?
¡Con el arte que tenía esta moza! Cada vez que hablaba era un poema. Ahora ahí la tienes: candidata al Parlamento Europeo. Luego las malas lenguas dicen que es un cementerio de elefantes. Mal pensados....
La vice es otro caso aparte, algunos militares y la guardia civil se tienen que pagar el uniforme, pero ella va de sobrada. Debe tener un armario ropero del tamaño de una nave industrial porque cada día es diferente (y encima de mal gusto).
Barra libre, señores.
Pero Oroel, no se cómo puedes estar en desacuerdo con esto. Esta es la primera medida en pro de la familia que toma el gobierno. Ya se sabe, que la familia que mangonea unida, permanece unida. Porque estos rojelios, mucho aborto, mucha EPC (o EPZ, edcuación para la Zapatería)y mucha familia innovadora, pero con sus familias son de lo más tradicional. Como se puede uno imaginar, haz lo que digo, que no lo que hago.
Un slaudo. Se le echa de menos en el Periódico.
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