domingo, agosto 10, 2008

Del artículo de José María Carrascal de hoy

Carrascal dice lo que pensamos muchos. Pero lo dice antes y mejor que la mayoría.

No sabemos dónde militaría hoy Adolfo Suárez, si militaba en algún sitio. Lo seguro es que no militaría en un partido cuyo líder dice «nación es un concepto discutido y discutible» refiriéndose a España. Sabemos también que en aquella romántica aventura de UCD estaban embarcados desde Rajoy a Arenas, pasando por Esperanza Aguirre y buena parte del PP. Como lo está su hijo, que fue candidato de ese partido a la presidencia de Castilla-La Mancha. Pero no estaba nadie de la actual cúpula del PSOE. Esto no es memoria histórica, tan fácil de falsificar, sino historia presente. Sin embargo, tratan también de falsificarla.

A estas alturas, el PSOE ha dejado de ser obrero, ya que sus reformas se orientan hacia grupos minoritarios no hacia la mayoría trabajadora, dejando por tanto también de ser socialista. Y ha dejado de ser español, al aliarse con el nacionalismo más rancio, más retrógrado, más excluyente, más antiespañol, para convertirse en un buque sin bandera, dispuesto a abordar cualquier nave que encuentre a su paso para quedarse con el botín, que en este caso es seguir gobernando, con quien sea y como sea.

La herencia de Adolfo Suárez

No es extraño que el PSOE de Zapatero se reclame heredero de la Segunda República, aquel régimen liberticida y repugnante, porque no puede declararse heredero de la Transición.


De hecho su empeño actual es laminarla.


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