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Me contaba un funcionario del Gobierno de Aragón que un director general de su Departamento recibía cada año en su oficina, una dependencia oficial, durante cada uno de los diez o quince días previos a las navidades no menos de docena y media de regalos (jamones, botellas de vino, cajas, cestas…), a los que habría que sumar, decía, los que recibiera directamente en su casa. Provisiones para medio año. Pero imagino que no sería el único en recibir esos regalos o mayores.
Un cohecho impropio (artículo 426 del Código Penal), aunque amparado por los usos y costumbres, y por un valor sin duda alguna superior al de los trajes de Camps.
Aún así pienso que Rajoy se equivoca con Camps y sacrifica con él varios cientos de miles de votos (no sé si muchos o sólo unos pocos)
Pero viviríamos en el mejor de los mundos si éste fuera el caso más grave de corrupción (supuesta o real) en España.
Éste que nos contaba la prensa estos últimos días es el más insólito y desvergonzado que cupiera imaginar desde aquellas andanzas de Roldán, llevándose los fondos de los huérfanos de la Guardia Civil:
Fíjense que se trata nada menos que de un exconsejero de Trabajo de la Junta de Andalucía, cuya fecha de ingreso en la empresa González Byass -en la que figura como prejubilado tras haberse adherido a un ERE cuando todavía era consejero y sin tener la edad de 54 años requerida para ello- es la misma que la de su nacimiento.
El hombre lo atribuye a un error y aduce que no ha cobrado nada. Bien, otorguémosle el beneficio de la duda, pero solamente porque el caso no es sólo obsceno, ni siquiera muy obsceno y, apurando más aún, ni siquiera repugnantemente obsceno como lo es toda la enorme trama de los EREs falsos, sino -y ese es el único argumento que hallo para conceder un margen de duda- “sorprendentemente” obsceno. Los EREs falsos de Andalucía no se redimen porque aquí, en este caso concreto, haya habido un “pequeño” error, en el supuesto de que efectivamente lo sea.
Simplemente quería señalar un hecho. O una conjetura: ¿qué hubiera pasado si Antonio Fernández García hubiera sido un militante del Partido Popular? Coincido con Natalia Pastor: ya hubiera sido detenido y paseado esposado delante de las cámaras de todos los canales de televisión españoles.
Así, como es socialista, ya veremos… Muy posiblemente salga impune.
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